[CAPÍTULO 06]

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/Chat Noir/


Esperé fuera de la cafetería, por la salida de empleado exactamente, la azabache en algún momento tendría que salir.
¿Por qué hago esto? ⎯pienso mientras observo impacientemente la hora en mi reloj de muñeca.
Es tarde.
La puerta se abre y me oculto en la oscuridad por encima del muro, son fáciles de escalar así que soy veloz al momento de esconderme. Como predije Marinette aparece, se ha puesto un suéter y tiene la mirada perdida en su mochila. ¿Está buscando algo? Creo que si porque se siente frustrada cuando no lo encuentra.
Sonrío. Esta chica es demasiado curiosa por algún motivo. Entra por un callejón y la sigo sigilosamente, de seguro este es un atajo hacia su casa, porque está para esa dirección. Quizás cuando llegue podré divertirme con ella.
Camina, sus zapatos suenan con cada pisada, su cabello se mueve por la fuerte corriente de aire... ¿Hace esto todos los días? Trepo el tejado y la sigo desde arriba, puedo notar lo largo que es este callejón, parece que no tiene fin. La vuelvo a mirar, luce calmada, como si no temiera o tuviera algo que repele el temor.

⎯¡Hooola! ⎯dice alguien cruzándose en medio del callejón y me pongo alerta

Ha aparecido de la nada.

⎯¿Quién eres? ⎯preguntó Marinette, pude detectar un ligero temblor en los labios y casi quise gritarle que no pregunte eso

Ha demostrado un poco su preocupación con aquella pregunta, ante cualquier amenaza siempre es bueno lucir confiado.

⎯Soy Hades⎯se presentó el desconocido acercándose más a la peli azul

Lo único que los iluminaba eran los faroles al final del callejón y la luz que daba la luna llena.

⎯El chico de la mesa tres⎯respondió Marinette deteniendo su retroceso

Supongo que debe ser lo suficientemente inteligente para darse cuenta de la situación: está siendo acosada.
Espero que esté planeando su huida, la forma en que escapará o tendré que intervenir aunque no sea ese mi traba... mierda. Si, ese es mi trabajo. Retrocedo un poco y tomando un impulso seguro caigo desde el tejado hasta estar detrás ella. Mis botas especiales no ayudaron mucho a amortiguar la caída pero al menos no me hice un daño profundo como lastimarme la pierna, si rompo un ligamento posiblemente no vuelva a caminar nunca más.
Todo lo demás se resolvió en tan solo un minuto. Me acerqué, tomé a Marinette de la cintura, la atraje a mi cuerpo y comencé a correr con ella anonadada. Dejamos al chico nadador atrás quien solo pudo verme caer e irme. Sus ojos son rápidos. Eso es de temer.
Trepé un poco, salté de tejado en tejado hasta por fin llegar frente a su casa. Intenté recuperar el aliento mientras que ella parecía haberse mareado en el camino.

⎯¡¿Qué ha sucedido?! ⎯exclamó ella y rápidamente me apresuré a callarla con mi mano, cualquiera podría oírnos

⎯Hablemos en otra parte⎯le susurro y cargándola nuevamente en mis brazos doy un salto largo hasta caer en su balcón

La bajo y me siento en el suelo, saltar casas es fácil pero cuando tienes que hacerlo con alguien en brazos es demasiado complicado. Marinette busca en su mochila y saca un manojo de llaves, cuando encuentra la que quiere se acerca a la puerta que conecta con su habitación y la abre.
Vaya, yo pensaba que no se podría abrir si no es por dentro supongo que es igual a otras puertas.
Una vez ingresamos ella tira su mochila a su cama y se apresura a salir de su habitación al pasillo que conecta con el resto de la casa. Yo no la sigo y me quedo en su habitación observando todo el lugar, hace mucho que no venía, una semana.
Al cabo de un rato Marinette regresa con un vaso de agua en su mano, me la da y me invita a sentarme. No la noto nerviosa ni tímida como usualmente esta cuando vengo a visitarla ¿Será que consiguió confianza? No, noto como no se me quiere acercar y sus mejillas se sonrojan. Intenta evadirme.

⎯Ha pasado mucho tiempo⎯digo sin más creyendo que así podría cortar la tensión que ha crecido entre nosotros pero me equivoqué porque solo parece empeorar

⎯Una semana

⎯Ajá

Marinette guarda silencio, se ha sentado en el sillón frente a su cama.
¿Estará bien mencionar lo del tipo nadador? No tengo un buen presentimiento sobre esto. La veo marcar el número de alguien por su móvil, se lo lleva a la oreja y parece que a quien ha llamado no responde porque oigo como farfulla.

⎯¿Qué hacías sola en medio de la noche? ⎯le pregunto ya poniéndome serio⎯. Es peligroso

⎯Trabajo, no sé en qué trabajes aparte de ser un héroe pero para mí no es tan fácil⎯su pesar era obvio

⎯El chico que te acorraló ¿Lo conoces?

⎯¿Preguntas policiacas? ⎯no estaba bromeando y ella lo notó⎯. No, no lo conozco, era un cliente y nada más

⎯Entiendo, cuídate

¿Cómo puede ser posible que una semana que no nos veamos pueda cambiar abruptamente nuestra relación? Tampoco tenemos una, somos amantes, en toda la extensión de la palabra. Ella me da placer y viceversa.

⎯Tengo algo de miedo, nunca antes me había encontrado en una situación similar, jamás pensé causar algún tipo de efecto en los chicos, no soy tan bonita como el resto de mis compañeros de trabajo⎯dijo ella sin tan siquiera pensarlo, se estaba desahogando

⎯Tú eres muy guapa, tarde o temprano iba a suceder esto⎯le digo en un intento de abrirle los ojos⎯. Este es el mundo real Marinette, ser mujer y andar sola en medio de la noche ya es un riesgo

⎯No sé cómo sentirme

⎯¿Siempre sueles trabajar hasta tan tarde?

⎯No, estaba cubriendo el turno de una de mis compañeras, usualmente salgo a las cinco o antes y me acompaña Luka, mi mejor amigo

⎯¿Por qué no te acompañó hoy? ⎯Sentía una furia hacia su amigo que la había abandonado

Si su excusa era buena quizás me ahorre buscarlo y darle unos golpes.

⎯Su hermana ha enfermado, la está cuidando en el hospital, su prioridad es ella

⎯¿Cuántos días más estarás cubriendo su turno?

No respondo.

⎯Bien, seré yo el que te vaya a buscar en estos días que te quedan

¿Por qué le estoy preguntado ello? ¿Me preocupo por ella? No, supongo que quiero resguardarla para lo que se aproxima, sería muy tedioso buscar otro señuelo a estas alturas.
Me acerco a ella, retrocede hasta que sus talones tocan la cama. La tomo de la cintura y ella pone sus manos sobre mis pectorales.

⎯Tu-tu-tu heri-he-herida

Sonreí porque se veía tan graciosa.

⎯No te preocupes, está mejor que nunca ¿Quieres ver? ⎯dije pícaro y ella asintió, se relamió los labios y aquello fue suficiente para enloquecerme por completo

Me incliné rápidamente y la besé, el ímpetu fue suficiente para caer sobre su colchón, yo encima de ella. Se abrió de piernas un poco para que me colocara en medio, fue automático como si su cuerpo se hubiera adaptado al mío en cuestión de segundos, sabe dónde iba a tocar y eso me gustó mucho.
Los besos abandonaron sus labios para descender por su cuello, ella comienza a emitir ciertos gemidos inaudibles que solo me hicieron tocarla por debajo de su ropa... pero me detuvo, me tomo las manos y me las quitó.

⎯¿Qué pasó?

Puso ambas mano al lado de su cabeza y me reincorporé un poco para verla.
No exageraba cuando dije que era una diosa de ojos celestes.

⎯Es que... pues... veras... yo...

Mierda. Me quedé con las ganas.
Marinette acuna su cabeza en mi hombro y me abraza el torso desnudo. Si se pregunta qué fue lo que hicimos, pues nada. NADA.
Solo está dormida encima de mí. Nunca ha experimentado lo que ha sucedido hoy y eso la tiene, de cierto modo, aterrada.
Un abrazo y vanas palabras como lo son "yo estaré a tu lado" la ayudaron mucho. Y eso es todo lo que puedo ofrecer. Pero de algo si estoy seguro, hay algo más en que puedo ayudar.
Me encargaré de ese chico, nunca más se volverá a acercar a ella.
La pregunta antes hecha vuelve a mi cabeza: ¿Me preocupo por ella?

NINGUNO CONSIGUE LO QUE QUIEREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora