*Malia*
Me encontraba en la puerta, parada a un lado de mi mamá viendo a un hombre no muy alto, viejo con el cabello canoso y con aspecto cansado, el cual decía conocernos.
-¿No me recuerdas?- pregunto el hombre, yo voltee a ver a mi mamá la cual solo le sonrió y de nuevo al hombre el cual me miraban con una sonrisa mostrando su amarillenta dentadura.
Acaso ¿tengo que recordarlo?
-Veo que no- dijo el al notar que yo no respondía su pregunta -Soy Carlos, pequeña, vive con ustedes hace ya algunos años- dice mientras extiende su mano hacia mí y hago lo mismo por educación.
Espero y este señor no me comienze a contar cosas sobre cuando vivía con nosotros, la verdad es que tengo algo de prisa y no tengo ganas de escuchar la aburrida plática entre el y mi mamá sobre cuando yo era más pequeña y cosas que no recuerdo y que ni me importa recordar, por algo se me olvidaron no creen.
-Creo que talvez si lo recuerdes Malia, el solía llevarte paletas de limón cada vez que salia- comenzó la mujer alta de piel algo clara, con ojos cafés y cabello largo color negro a la cual llamo mamá o jefa cuando su humor es bueno.
-Es verdad, recuerdo que siempre me esperabas en la entrada de la casa...-
-Lo siento, no recuerdo- lo interrumpí -como ustedes lo dijeron, eso fue hace mucho y no es por ser grosera pero tengo cosas que hacer y un lugar a donde ir y no quiero llegar tarde- me acerque a la pequeña mesa que estaba cercas de allí y tome un juego de llaves.
De reojo alcanze a ver cómo mi mamá me daba una mala mirada, de esas con las cuales expresa su molestia sin tener que regañarte enfrente de nadie y con las cuales casi puedes sentir la chancla invisible con la que te está puteando.
Mamás, que te puedo decir. Bueno no es como que todas las madres sean así, pero se entiende el punto, creo.
-Me tengo que ir, nos vemos- me me despedí con una sonrisa y salí de allí algo apresurada, no quería que se les ocurriera algo un otro recuerdo y me retuvieran allí por más tiempo.
[...]
El día era agradable había unas cuantas nubes en el cielo pero el sol aún se podía ver y una suave y fresca brisa golpeando mi rostro, si era un día agradable, tanto que decidí pasar por el parque antes de ir al lugar al cual iba a ir en realidad.
Al llegar al parque, el cual no estaba tan lejos de mi casa, me senté en una banca debajo de un gran árbol al cual se le estaban cayendo las hojas. Había varios niños jugando algunos estaban en los columpios, otros en las resbaladillas y otros simplemente corrían de aquí para allá, se ven tan felices sin preocupaciones, sin obligaciones sin nada, solo disfrutando de lo que todo niño debería disfrutar, su felicidad.
<<Alguien se puso sentimental>>
Agh tu cállate Joe, nadie te pidió tu opinión.
<<Estúpida, soy tu es lo mismo>>
Bueno entonces nadie nos pidió mi propia opinión...espera ¿que?
<<Idiota>>
Cierra el pico.
A lo lejos un gritó me saco de mis pensamientos, mire en dirrección de aquel gritó y visualice a a dos niños jugando con unas pequeñas espadas al estilo Minecraft mientras corrían escapando el uno del otro, no pude evitar sonreír ante aquella escena se miraban tan tiernos.
Aunque quisieran atravesarle la espada uno al otro, lo bueno que son niños y esas cosas son de plástico.
De pronto sentí como alguien se se sentaba a mi lado, bueno no justamente a mi lado más bien al otro extremó de la banca en la cual yo le encontraba también. No le preste atención y seguí mirando a aquellos niños jugar, pero algo me llamo la atención a lo lejos había un hombre viéndome, bueno al menos eso le apareció.
Mire hacia otro lado "disimuladamente" y me refiero a que prácticamente gire mi cabeza con un búho, y al hacer esto ví a aquella persona la cual estaba sentada conmigo, era un chico vestía unos jeans oscuros una sudadera negra con el gorro cubriéndole la mayor parte del rostro unos tenis azul marino y el las manos llevaba una mochila del mismo color.
Se me hizo algo extraño, lo decía ya que parecía estar nervioso movía el pie con algo de desesperación y jugaba con los tirantes de aquella mochila como para distraerse, no sé si fue cortesía o algún estúpido impulsó que me dió por querer hablarle y eso hize.
-Hola- dije amable y el chico dejo de mover su pie y giro levemente casi nada, su cabeza hacia mí. Me quedé callada unos segundos hasta que lo oí hablar.
-Hola- respondió serio y en un tono bajo y ronco mientras que con una mano se acomodaba el gorro, logré ver algunos mechones blancos antes de que viniera su rostro nuevamente.
Estaba apuntó de hablar nuevamente cuando el chico se levantó de golpe de su lugar, logrando sacarme de onda.
<<Ok, raro mejor deberíamos irnos>>
-Oye ¿estás..?- no termine la frase cuando note como se ponía la mochila rápidamente y salió corriendo a toda velocidad.
Eso fue raro.
<<Eso te dije yo>>
Mire en la dirección en la cual estaba viendo el chico justo antes de hecharse a correr como el Rayo, y fue allí cuando ví como el mismo nombre el cual había visto hace un momento ahora mismo caminaba hacia mi ¡Hacia mi!
Por alguna extraña razón tenía un no muy buen presentimiento sobre esto.
Sentí que me cagaba, baje la mirada para disimular mientras que por mi mente pasaban varios cosas, por ejemplo: talvez ese hombre era algún psicópata y venia a sacarme las tripas con una cuchara para luego vender las o hacer chorizo con ellas o que se yo, o bien, yo podría estar siendo algo paranoica y este vato ni en cuenta con mi existencia.
<<Si se optimista, seguro es eso, talvez su casa queda de este lado, nada por lo cual alarmarse>>
Si, si, si seguro es eso, estoy siendo paranoica ni siquiera noto mi existencia.
-Disculpa- dijo alguien frente a mí, yo sentí como me congelaba en mi lugar.
<<Creo que sí nos noto>>
Si, también lo creo.
Gracias a Maleja08092000 por la linda portada me encantó y a la editorial Editorialtrueke💚 ya saben si gustan una portada, reseñas, crítica etc, se pueden contactar con ellos👻💚
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Engañosa Apariencia
Fiksi RemajaA aunque a simple vista todos se vean como unos idiotas, cuando llegas a conocerlos te das cuenta de que, hasta el más frío tiene sentimientos, el que siempre ríe llega a llorar, el más rudo se debilita. No siempre somos lo que aprenatamos.