¿Y si jugamos a ser novios? | Ruggarol |

Intranquilidad.

Karol

Soy la primera en despertar, por suerte, me siento notablemente mejor, no hay rastros de fiebre o efectos secundarios. Usualmente me enfermo poco y por poco tiempo, asique no me sorprende. 

Paso una de mis manos por el pecho desnudo -ya que seguro le había dado calor- de Ruggero, en el cual por alguna razón había terminado apoyada por la noche. Nuestros pies estaban enredados y uno de sus brazos descansaba sobre mi espalda. De alguna forma era cómico, siempre pasaba igual, no importa como o en que contexto estuvieramos, terminabamos demasiado juntos. Me pregunto si podriamos evitarlo si nos lo propusieramos.

Probablemente no.

Necesitando ir al baño, me las arreglo para salir de sus brazos, desenredandome lo mas suave posible para no despertarlo. Ruggero se remueve un poco cuando me alejo pero toma la que se suponía sería mi almohada, abrazandola en vez de a mi.

Compruebo la hora en mi celular notando que ya son las diez, hace demasiado que no dormía tanto, es un poco extraño, la verdad, hace mucho que tenía un reloj mental que me despertaba ocho y media. Sin excepciones.

Ruggero

Despierto notando que estoy en mi cama, debo haberme dormido anoche con Karol, la cual, no veo por ninguna parte. Supongo que quizo tomar una ducha, tambien noto que sería un buen momento para llamar a mi madre e informarle que debería estar esperandonos en algún momento del mediodia de mañana. Seguro se quejara de la poca antelación que le estoy dando, pero solo estará bromeando, ya que se lo mucho que me extraña y nunca pasaría la oportunidad de que la visitara. O a Karol.

Mi madre siempre la ha adorado, pero tuvo que verla menos a medida que pasaba el tiempo y Ruggarol era enterrado más y más para el resto del mundo. Creo que mi madre no la ha visto en verdad en unos cuantos años, quiza desde el concierto que dimos en Italia, pero se que tienen cierto contacto. Es lo mismo conmigo y Carolina, pero es mucho mas facil con la familia de Karol, en realidad, siempre ha sido mucho mas facil porque siempre han sabido la verdad, nunca ha habido ninguna razon para ocultarles nada, para estar siempre en guardia como con mi familia.

Decido llamarla y el celular suena dos veces antes de que ella conteste.

"¿Ruggero?" Ella respira, su voz familiar, incluso a través del telefono. Ha sido demasiado tiempo desde que he ido a casa, desde que hemos hablado. Para ser honesto, he estado ignorandola, sabiendo perfectamente que ella preguntara acerca de Karol, exigiendo una expicación y la verdad... aun no se que decirle.

"Buen dia, mamá"

"Ruggero Pasquarelli" Esa voz, ugh. "Me has estado ignorando durante las ultimas dos semanas, tu, sinverguenza. Casi he decidido ir hasta a Argentina a ordenarte que me hablaras ¿es esa la forma de tratar a tu madre?"

"Lo siento, mamá"

Escucho como suspira en el otro extremo "Esta bien, cariño. Solo... ¿esta todo bien contigo? ¿estas en problemas? Sabes que puedes decirmelo todo."

Sonrio, la preocupación de mi madre me calienta y protege como una manta. Tengo 25 años... casi 26 y ella aun me trata como si fuera un niño, todavia se preocupa por mi como la primera vez que me despidio en aquel aeropuerto. A veces podía llegar a parecer molesto, sin embargo ahora, era reconfortante.

"Todo esta bien pero debo decirte algo"

"¿Es sobre Karol?"

Me sorprendo y me quedo en silencio un momento antes de aclarar mi mente "¿que?"

"No vivo en la luna, amor, he visto las redes, yo-"

"¡No!" la interrumpo "No, no, quiero decir, no es lo que parece, pero si se trata de Karol, es una especie de... mierda, mamá-"