Aroma#5: Final

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Cuidar de Sakumo no era tan difícil como se había imaginado, era él bebe más tranquilo que él hubiese conocido (bueno no conoce muchos bebes, considerando que era una repudia de su clan y muchos padres no dejaban que sus hijos se juntaran con el) pero también tenía sus desventajas. Como cualquier bebe este lloraría en cuestión de horas cuando tuviese hambre o estuviese incomodo, comúnmente cuando necesitara un cambio de pañal o se sintiese solo. 

También era un dormilón de primera, que, si no estuviese el 100% por ciento que era un hijo suyo y de Kakashi, pensaría que era un cachorro Nara albino.

También era un dormilón de primera, que, si no estuviese el 100% por ciento que era un hijo suyo y de Kakashi, pensaría que era un cachorro Nara albino

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- Oye Kakashi, puedes echar un...- Intento hablar Obito, con un Sakumo adormilado entre sus brazos, quien estaba cansado por jugar con su madre. Pero no pudo continuar al ver la escena que estaba formada ante él.

La cama que compartía con su pareja, se encontraba un Kakashi dormido profundamente en medio de esta con unos rollos de misiones en unos de sus brazos. Últimamente estaba tomando demasiadas misiones con su antiguo equipo debido por el transcurso de la guerra y su ascenso como Anbu. En varias ocasiones se preguntaba si había algo que él podía hacer, solo se sentía impotente al ya no estar al servicio de su aldea.

Fueron unos gemidos lo trajeron de vuelta a la realidad, bajando su mirada se detuvo de como su hijo se estaba revolviendo entre sus brazos ya irritado debido al cansancio que estaba experimentando en aquellos momentos.

Con un paso decidido se acercó dónde estaba Kakashi y con un brazo sujetando a Sakumo y la otra ahora libre se apresuró a mover cuidadosamente los rollos encima de la mesa de noche de Kakashi, una vez que la cama estuvo libre de rollos, se acercó a colocar a Sakumo sobre el pecho de Kakashi.

El pequeño al sentir el olor y calor de su padre no dudo en acurrucarse más en el pecho de este, Obito solo pudo ver la escena con una sonrisa plasmada en su rostro, camino en paso silencioso a un armario para sacar unas almohadas que tenía guardadas para ponerlas alrededor de Kakashi y así evitar que Sakumo cayera cuando este rodara y colocar una pequeña manta azul con dibujos de perritos sobre la espalda de un Sakumo ya dormido.

Viendo que su hijo y pareja descansaban tranquilamente se retiró de la habitación para preparar la cena.

Tal vez prepararía sopa de berenjenas, seguro que Kakashi le gustaría.

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