Amor Olvidado 💕 [COMPLETA]

Parque de diversiones

- Quiero subirme a la montaña rusa!! – chillaba Rubén mientras estiraba la manga de Marcus intentando jalarlo sin éxito –

- Vamooos , por favooor- decía el menor –

Marcus solo lo miraba con una gran sonrisa, le daba bastante gracia ver a Rubén tratando de jalarlo, parecía a un niño pequeño.

- Marcus, no seas malvadoooo,anda vamoooos – volvió a hablar el menor volviendo a jalarlo sin éxito –

Dio un suspiro y soltó la ropa de Marcus para luego patalear como cuando no se le da lo que quiere a un niño malcriado, sin aguantarse un segundo más Marcus comenzó a reírse en gran manera.

- Yo me quiero subir – añadió en un susurro con la cabeza gacha mientras jugaba con los dedos – Tú ¿por qué no quieres subir? – preguntó alzando la mirada mientras ladeaba la cabeza para un costado con un tono suplicante –

Marcus paró de reírse en seco ante tal pregunta, ¿De verdad se iba a poner triste porque no iba a subirse a la montaña rusa?, ¿utilizaría con él los ojos de perro mojado para convencerlo?, pues parece que sí.

Pero, ¿Qué le diría cómo respuesta a su querido Rubén? Se pondría mal si sabe que la razón fue para cumplir un simple capricho suyo, o ¿no?

Se mantuvo con un rostro serio y sorprendido ya que no le venía a la mente un buen argumento para no subir a la montaña rusa, no se le ocurría un buen argumento como respuesta para Rubén.

Los segundos eran eternos para el muchacho que se encontraba ante los ojos suplicantes de su amado, era tortuoso y vergonzoso al mismo tiempo ¿Alguna vez ya te ha pasado? ¿Te ha pasado no tener una buena respuesta para lo que hacías? ¿Sí? Entonces sabes por lo que estaba pasando, ¿No? Entonces no sabes lo que es vergüenza principalmente si esto te pasa con la persona que te gusta.

Dio un gran suspiro al ver que Rubén no tiraba la toalla con su arma y abrió la boca...

- Aquí están los algodones de azúcar – dijo Raven llegando junto a los dos muchachos con el pequeño en brazos –

Marcus fue interrumpido por la voz de la dama y sintió como su corazón se alegraba, en cambio para Rubén fue una tortura, en verdad quería saber la razón.

Raven al ver el rostro de disgusto del menor, le preguntó dulcemente si le ocurría algo mientras lo miraba con preocupación y algo de curiosidad y antes de que respondiera giró su cabeza hacia la dirección de Marcus con el ceño fruncido, como si con la mirada quisiera intimidarlo y regañarlo.

- Yo quería subir a la montaña rusa pero Marcus no quiere – dijo algo apenado mientras pasaba su mano sobre su brazo derecho y miraba en dirección de la montaña –

- Marcus, ¿Por qué no te subes a la montaña con el pequeño? O ¿Tienes miedo? – preguntó sonriente la mujer-

Sabía perfectamente que a Marcus no le gusta que otros piensen que tiene miedo ante algunas cosas y como se lo imaginó la dama, el caballero negó con la cabeza y sin hablar dio media vuelta dirigiéndose en dirección de aquel juego.

- Ve antes de que se arrepienta – susurró Raven al oído de Rubén – yo me encargo del pequeño – volvió a añadir para luego darle un pequeño empujoncito al joven –

Rubén, que se encontraba más que emocionado corrió tras Marcus y formó la fila tras él, el mayor no le dirigió mirada alguna de manera directa pero al poner los ojos de lado pudo ver como Rubén daba pequeños saltitos de la emoción y eso hizo que su valentía subiera por las nubes. Si él estaba feliz después de la montaña rusa él también lo estará.

Al fin y al cabo cuando amas a alguien dejas tus miedos atrás cuando él o ella se encuentra a tu lado.

Esperaron unos minutos para poder subirse, pero mientras más cerca estaban de subir a Marcus se le aceleraba el corazón a mil por minuto; a la hora  de sentarse a lado del joven le dio un escalofrío tremendo, sudaba por todas partes principalmente en las manos ¿En verdad se tendría que subir en una montaña rusa? se preguntaba.

Es la primera vez que lo hace ¿Por qué o de qué tenía miedo? ¿Acaso tantas películas de muerte en montañas rusas le hacían sentir aquel nudo en el estómago y las ganas de salir corriendo? Oh, seguro que sí, seguro que es eso, porque, no se supone que también es la primera vez de Rubén ¿Por qué no tenía miedo? En cambio de ello estaba tan feliz y emocionado.

Dio un suspiro y el recorrido comenzó, arriba y abajo, círculos y ondas, tanta velocidad chocaba por el rostro de todo el público, todos gritaban de la emoción en las empinadas bajadas, todos menos Marcus que trataba de no abrir la boca  para no vomitar sobre todas las personas, tantas vueltas hicieron que el pobre joven se mareara, su cabeza le daba tantas vueltas que no aguantó y pasó lo que no tenía que pasar...

El pobre vomitó sobre sus pantalones para suerte de los demás, pero no para el de él ¿Y ahora que haría con el pantalón manchado? Moría de vergüenza que no se dio cuenta de que el recorrido ya había terminado y todos ya se estaban bajando, alzó una mirada de culpa y vergüenza que conectó con la mirada de pena y culpa que tenía Rubén.

-No te preocupes, regresemos a casa – dijo dulcemente el joven mientras le extendía la mano para ayudarlo a salir de aquel asiento –

Nuevamente Marcus se sintió tan mareado que empujó a Rubén hacia un lado y bajó lo más rápido que pudo para usar "el baldecito de emergencias" y bueno, el pobre siguió vomitando un bueeen rato. Al fin y al cabo él no tenía miedo de la montaña rusa, él tenía miedo de lo que la montaña rusa causaba en él.

Raven fue acercándose lentamente a ellos y solo se dieron cuenta de su presencia cuando comenzó a reírse escandalosamente mientras miraba apenada a Marcus.

- Pensé que ya no te mareabas – habló viendo la inminente montaña y Marcus la fulminaba con la mirada – ya no te mareas en los viajes en bus ni en los de coche pensé que también ocurriría esa transformación con este tipo de juegos - añadió encogiéndose de hombros mostrando su bella sonrisa –

El joven encargado del funcionamiento de aquel  juego le pasó una servilleta al afectado para que pueda limpiarse y también le dio una pastilla de menta. Pero que buen servicio ¿no? Ojalá también quitaran la mancha de vomito que quedó por el pantalón ajeno.

- Gracias – susurró Marcus con mucha vergüenza mostrada en el rostro –

El joven asintió un par de veces y volvió a su puesto de trabajo mientras que los demás solo posaban la mirada en los pantalones del joven Marcus mientras se dirigían a la montaña rusa echaban pequeñas risas y alguno que otro comentario.

Los tres estaban en absoluto silencio, Marcus con pena, Rubén con culpa y Raven porque los otros dos estaban más serios que el pez infeliz y con un silencio impresionante, ni sus respiraciones hacían notar presencia.

- Tome las fotos de recuerdos, son cortesía de la empresa – habló una joven de pelo castaño-

Estaba con la cabeza gacha al ver la situación de aquellas personas, pero ella solo cumplía órdenes de su superior, no la podían culpar de nada, absolutamente nada.

Marcus con el ceño fruncido tomó las fotos y guardando silencio siguió su camino.

Nadie habló durante el camino a casa, absolutamente nadie lo hizo, los minutos parecían toda una eternidad con el ambiente bastante incómodo que se había formado, el pobre Rubén no sabía si pedir disculpas o no, la cara de pocos amigos de Marcus espantaba hasta a las moscas, pero aparte de eso de lo único que estaba seguro Rubén y no solo el, sino también todos nosotros es de que en ninguna otra oportunidad le pedirá subir a una montaña rusa.

¡Ni lo dioses permitan que suceda nuevamente eso!

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