Capítulo 1

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Camino lentamente hacia mi habitación, tratando de no despertar a mí tía Helen. Son las 3:30 de la mañana, debí haber llegado hace 5 horas pero el estúpido de Josh me convenció de quedarme un rato más, esperando a que alguna hermosa chica se acercara a nosotros. No recuerdo que paso exactamente durante la noche, lo único que recuerdo fue haber bebido unos tragos con un chico, estoy completamente seguro de que no era Josh, era alguien que jamás había visto, pero después de eso no logro recordar nada.

Cuando por fin llegue a mi habitación, me tire a mi cama, cayendo como un saco de arena en esta, después de un día estresante y una noche poco prometedora era justo y necesario descansar. Siento mis parpados bastante pesados, apenas logro sacarme la chaqueta, los zapatos y el pantalón, mientras mis ojos se cierran para recibir un nuevo día.

Comencé a abrir mis ojos lentamente, los rayos del sol que entraban por mi ventana fulminaban mis ojos, me di la vuelta y vi el despertador, eran las 9:45 de la mañana, me levante acelerado a vestirme, pero luego recordé que hoy no tenía que ir al instituto, me recosté de nuevo en la cama, sin lograr conciliar el sueño.

Salí de la habitación, fui al baño y lave mi cara, mientras bajaba las escaleras sentí un leve aroma a frutas, en ese momento mi tía Helen me saco de mis pensamientos con un fuerte grito.

-          ¡RAYMOND! Baja ya a comer, el desayuno está servido -

-          ¡Tía, sabes que odio que me llames así, solo dime Ray! -

Me apresure a sentarme en el comedor, Bese a tía Helen en la mejilla y me senté, la comida se veía espectacular. Ahora recuerdo que anoche no comí nada y cuando vi tanta comida, mi estómago gruño, esperaba que tía Helen me acompañara en la mesa para comer. Pero como siempre se tomaba su tiempo organizando todo antes de sentarse, mientras ella limpiaba yo me fije en el desayuno. Al parecer mi tía se levantó temprano a preparar tarta de frutas acompañada con huevos rancheros y té.

Moría de hambre y tía Helen nada que se sentaba, fruncí el ceño me voltee.

-¿Por qué me torturas de esta manera? – ella soltó una risita y      luego saco su lengua burlándose de mí.

- no me causa gracia- Dije sarcásticamente

-basta ya de lloriqueos Ray,  solo esperamos a Josh, llamo esta mañana pero estabas dormido, así que lo invite a desayunar.

Josh es mi mejor amigo, lo conozco desde los 6 años, es un poco más bajo que yo, pelo rubio, ojos azules claros y piel muy blanca, era deseado por muchas en el instituto y me atrevo a pensar que también era deseado por MUCHOS.

Ya estaba pensando en muchas formas de asesinar a Josh, por su culpa yo estaba muriendo de hambre, hasta que por fin sonó el timbre. Me levante y corrí hacia la puerta mientras tía Helen por fin se sentaba, abrí la puerta y ahí estaba el estúpido de Josh con su sonrisa de galán.

-          ¿crees que por sonreírme de esa manera voy a perdonarte que me estés matando de hambre?-

-          Me halagas.-

 Josh soltó un bufido mientras guardaba las llaves de su auto.

-          anda a sentarte Ray, que de pronto tu tía se acaba la comida – soltó una risa estúpida, mientras mi tía decía…

-          Ray, escuche eso.

-          pero, tía no he sido yo, fue Josh

Josh estaba rojo, riéndose como loco, en medio de las risas dijo:

-          sí, Ray respeta a tu tía Helen

-          bueno, ¿piensan venir a comer en algún momento? – dijo mi tía Helen.

Cerré la puerta y seguí a Josh a la mesa, apenas el estúpido rubio se sentó, empecé a devorar mi comida como si no hubiera comido nada en años, mientras Josh apenas daba su segundo mordisco a la tarta de frutas yo ya estaba reposando sobre la silla, no me cabía ni un solo pedazo más de tarta . Cuando todos acabaron, tía Helen recogió los platos y los llevo al fregadero.  

-          Gracias señora Helen, estuvo delicioso.

-          Tranquilo hijo, puedes venir cuando quieras, esta vieja siempre cuidara de Ray y de ti – mire a mi tía dedicándole una sonrisa de agradecimiento

-          Ray ¿qué tal si me acompañas a entrenar? - musito Josh.

-           no gracias, prefiero quedarme a dormir que salir a verte correr tras una estúpida pelota. -dije mientras me recostaba en el acolchado sofá.

Josh entrenaba futbol americano, en el instituto los sábados por la mañana, debes en cuando lo acompañaba cuando no tenía nada que hacer, como hoy por ejemplo.

-          vamos Ray, ¿qué te parece si cuando salgamos te llevo a almorzar a Nando´s, si?

 Nando´s es mi restaurante preferido en todo el mundo, era el restaurante con la mejor variación de pollo en todo Reino Unido, amaba ese lugar. Pollo gratinado, en salsa, frito, tostado, se me hacía agua la boca de solo pensarlo.

-          Está bien pero pediremos lo que yo quiera - , Josh arqueo una ceja y sonrió.

-          Creo que tendré que llevar más efectivo, dijo Josh mientras reía.

Me levante para despedirme de tía Helen, casi caigo cuando tropecé con la pata de la mesa, escuche la risa burlona de Josh a mis espaldas, bese a mi tía en su mejilla y salí con mi chaqueta de cuero en mis brazos y las llaves de la casa, me detuve frente al auto de Josh esperando a que terminara de agradecerle a  tía Helen por la comida. El auto de Josh era precioso, no entiendo por qué sus padres le daban un obsequio tan costoso y lujoso a un tonto como Josh, era un Mercedes Benz C 180 K negro, un muy buen auto, veloz y elegante, Josh lo usaba para atraer a las chichas y llevarlas a su casa, era un idiota.

-                    ¿Terminaste de admirarlo, querido Ray? – Josh se encontraba detrás de mí con una expresión de niño creído, que me hacía hervir la sangre.

-          ¡Oh! ¿hablas de esta chatarra? Por favor Josh no tengo tan mal gusto, solo admiraba el reflejo de mi cabello en la puerta-

-          Pues es mejor que tener una moto que apenas llega a los 90 km  – dijo Josh ya algo molesto por mi comentario

-          Más bien abre la puerta señor perfección, antes de que se te haga tarde para el entrenamiento.

Abrí la puerta y me senté en el puesto de copilotó, Josh se subió y arrancó rápidamente, no me gustaba la idea de ir al instituto a ver a un montón de hombres usando ropa apretada corriendo detrás de un balón mientras se golpeaban. Odiaba el fútbol americano, llegamos y Josh estaciono el auto en el puesto número 16, el salió corriendo hacia el campus, mientras yo me detuve en la cafetería para comprar una soda. 

El entrenador Lewis, ya tenía a todos los muchachos corriendo de un lado a otro sin parar, yo me senté en las gradas a jugar con mi celular, pasaron unos 15 minutos cuando note que un muchacho  que jamás había visto se acercaba a las cosas de Josh, dejando una gran maleta en el asiento mientras se cambiaba. Levanto su camisa para ponerse la playera con la que jugaría, dejando ver todo su abdomen bien formado, se notaban sus musculosos, note que me observó desprevenidamente y yo baje la mirada hacia mi celular, sentí como el calor recorría mi cara, y supuse que tenía mi rostro totalmente rojo.

No entendía por qué me sentí de esa manera, era solo otro chico otro estúpido jugador, otra persona que no me interesaba en lo absoluto conocer.

Nada termina hasta que tú sientes que termina...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora