*PDV HAYLEY*
Con el ceño fruncido miro extrañada el café y la cookie. No sé qué decir ni que pensar, esto me ha dejado fuera de juego. Quiero ir a la habitación y preguntarle a la niña qué diablos es todo esto pero pensándolo mejor, ¿qué sabe ella de todo lo ocurrido ésta mañana? Cuando entré en el Starbucks no había ninguna niña pequeña. Vuelvo a leer la nota.“Deberías haber aceptado mi café esta mañana…”, ¿en serio? Recuerdo que un chico me ofreció comprarme otro café y yo rotunda me negué. ¿Será él?, tenía las manos tan suaves y calientes… me levanto del sofá dispuesta a ir a la habitación.
*PDV HARRY*
Miro el móvil y veo que faltan poco más de veinte minutos para empezar la última sesión de ensayos para el próximo tour hasta después de año nuevo. Cómo no me vaya ya, voy a tardar siglos en llegar a los estudios con la de tráfico que hay en el centro de Londres a estas horas.
- Enana, tengo que irme o llegaré tarde a los ensayos. ¿Me prometes que te vas a portar bien?
- ¡Sí, tío!, lo prometo – y acercándome el meñique de la mano derecha lo entrelaza conmigo. Es nuestra forma de hacer promesas.
Lou nos mira encantada sentada en la cama al lado de su hija. Ya está más tranquila al ver que a Lexie no le ha pasado nada grave. Cojo el abrigo y el sombrero y dándole un beso en la frente a la pequeña, le doy otro a Lou en la mejilla y saliendo por la puerta le digo que solo tiene que llamarme y estaré aquí en cero coma un segundos. Las dos me despiden con la mano y Lexie me lanza un beso que cojo al vuelo. ¡Esta niña me tiene el corazón robado!
De camino a los ascensores, al pasar por el office de las enfermeras, veo entre el hueco que deja la puerta a medio cerrar cómo la señorita cascarrabias tiene entre sus manos el vaso con el café que le he traído. Divertido, me fijo en su expresión, creo que acaba de leer el nombre que le he puesto, ¡su expresión no tiene precio, está totalmente descolocada!. Mira el vaso, y después la nota. No sabe qué hacer. Y yo cada vez más divertido con la situación, tengo que taparme la boca si no quiero que se me escape una carcajada. Deja el vaso y la nota en la mesa y veo que se toca la oreja y resoplando se tira un poco de los pelos de la coleta. ¡Madre mía, que pelos se está poniendo! Parece que ni se haya peinado esta mañana… en el Starbucks ya había apreciado que es preciosa, pero ahora, que la veo en la distancia, aprecio que no lleva ni pizca de maquillaje. Tiene una piel aterciopelada, pálida y las mejillas sonrosadas. Tiene unos labios que… ¡qué labios!, carnosos, rosados. Unos ojos azules grandiosos, pero me llama la atención que aún y tener ese color tan vivo, sus ojos no desprenden luz, no tienen vida… y ya sabéis eso que dicen de los ojos, o de la mirada, no sé, que son el espejo del alma. Me quedo un rato más mirándola hasta que veo que se está levantando del sofá. Antes de que salga, corro hacia los ascensores, justo uno de ellos se está cerrando, meto la mano antes de que las puertas cierren y me meto en él.
*PDV HAILEY*
Antes de salir del office e ir a la habitación, miro el café que lo he dejado encima de la mesa y sin poder resistirme, le doy un trago. ¡Qué calentito y rico está! Con espumita, como a mí me gusta. Lo saboreo. Aún y desconcertada por la situación, doy las gracias mentalmente a quien quiera que haya sido el que me lo haya traído, lo necesitaba.
Cuando llego a la habitación veo que la niña está dormida y que en la cama junto a ella hay una chica con el pelo de color, ¿gris?, ¿violeta?, ¡qué cool!, que la acuna y le toca el pelo mientras la pequeña duerme.
La chica al darse cuenta de mi presencia en la habitación me sonríe y me saluda. Igual lo hago yo.
- Hola, soy Louise, la mamá de Lexie – se presenta.
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Broken
FanfictionCuando sientes que has perdido la esencia de tu propio ser, es el momento de huir. Es el momento de empezar a vivir de nuevo. Eso es lo que hizo Hailey hace dos años al mudarse a Londres, dejarlo todo atrás y encontrarse a sí misma.