*PDV Hailey*
Al salir del Hospital empieza a chispear. Es una de las cosas que me encanta de Londres. Caminar bajo la lluvia. Sentir como acarician la piel de mi rostro las pequeñas gotas de agua. Inspiro hondo, el olor a lluvia me relaja. Echo a caminar cuando la lluvia empieza a ser un poco más persistente, y como no quiero mojarme el pelo, me pongo el maravilloso sombrero que mi misterioso hombre, H, se ha dejado al llevarme el café. Espero que no le importe, y si le importa, no habérselo dejado.
Las calles están adornadas con sus mejores galas. Guirnaldas, flores y lucecitas que hacen que la ciudad se vea realmente bonita en esta época, Navidad. Es pasado mañana, y desde que vine aquí no la celebro. Me recuerda a mi familia, a la que dejé atrás. Mi plan para estas navidades al igual que el año pasado, es no tener plan.
De camino a casa decido que no me apetece cocinar, así que me paro en el primer restaurante de comida rápida que veo. Solo quiero llegar a casa, sentarme en el suelo, recostarme en el sofá y hacer zapping mientras me pongo morada a patatas fritas.
Mientras espero mi pedido miro a través del cristal del establecimiento y veo como la gente va cargada con grandes bolsas de lo que presumo son regalos. Con lo que a mí me gustaban estas fechas… pero ya no queda nada.
Por mucho que me guste sentir la lluvia en mi piel, reconozco que me ha caído encima un buen chaparrón. Cuando llego a casa estoy calada hasta los huesos, ¡hasta las bragas tengo empapadas! Nada más entrar en casa me quito las botas y los calcetines. El abrigo lo cuelgo de la percha que hay detrás de la puerta junto con la bufanda y el sombrero. Dejando la bolsa con la comida y mi bolso en la isla de la cocina, avanzo por el pasillo quitándome toda la ropa hasta llegar al baño donde me doy una ducha rápida. Me pongo el pijama y… ¡ya estoy lista para afrontar una tarde de acción!
Mientras caliento la comida en el microondas, veo aparecer a Noodles por la trampilla de la puerta del patio trasero. Es mi gato. Cuando me mudé, el primer día ya cruzamos caminos. Al bajarme del coche para entrar por primera vez en casa estaba estirado frente a la puerta y al escuchar como abría la verja salió corriendo perdiéndose por la parte de atrás. Por la noche, con todas las cajas en medio y cuando estaba a punto de cenar, recuerdo que me sonó el móvil y al volver el gato se estaba comiendo mi cena, mis Noodles, de ahí el nombre. Supongo que se colaría en una de las cajas, o saber por qué recoveco de esta vieja casa.
- ¡Noodles! – el gato se acerca a mí y se hace un ovillo a mis pies - ¿tienes hambre bolita? – el gato me mira con ojos melosos y ronronea mientras le acaricio.
Le preparo un cuenco con una lata de comida para gatos y otro con leche y se lo pongo a mi lado en el sofá. Me siento en el suelo y apoyando la espalda en el sofá empiezo a saborear mi hamburguesa doble con queso y las patatas fritas. Mmm… ¡achís! Noodles me mira con ojos llenos de perdón.
- No pasa nada Noddles. – le acaricio mientras se acurruca junto a mí. Desde que le vi comiéndose por primera vez mi cena aquella noche en casa, fui incapaz de echarle. Sentía que él estaba tan solo como yo y… simplemente no pude. Así que, él, mi horrible alergia a los gatos y yo hemos aprendido a convivir de la mejor manera posible. ¡achís!
*PDV HARRY*
- Oye, Lou. ¿Me he dejado ahí el sombrero?, llevo más de media hora buscándolo por la oficina y no lo encuentro por ninguna parte.
- Aquí no está, quizás te lo has dejado en el coche. Algún día de estos te vas a dejar la cabeza… - tiene razón, últimamente voy corriendo a todas partes y siempre me olvido algo. - Sí, sí, ya… - le contesto restándole importancia - recuerda que mañana por la noche cenamos con Gemma y mi madre, aunque si Lexie sigue ingresada la aplazamos.
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Broken
FanfictionCuando sientes que has perdido la esencia de tu propio ser, es el momento de huir. Es el momento de empezar a vivir de nuevo. Eso es lo que hizo Hailey hace dos años al mudarse a Londres, dejarlo todo atrás y encontrarse a sí misma.