C A P I T U L O T R E S◆

156 17 7
                                    

—¡Corramos a los árboles! —indicó Keyla y corrimos a ellos, yo trataba de cubrirme el copete con las manos y ella lo hacía con un cartón que encontró en el piso. Vaya suerte que tiene ¿eh?

Ella y yo tenemos el mismo problema con el agua y nuestro cabello.

—¡Maldita lluvia! —dije molesta. Bryan río entre dientes.

—No está tan mal, es refrescante —él sacó la lengua y permitió que una gota de lluvia la tocara.
Arrugue la nariz.

—¿Sabes que eso podría enfermarte de algo?

—¿Hablas en serio? —él río de lado.

—Si.

Alzó las cejas. —No te preocupes, no enfermaré.

Me puse rígida, eso me tomó de sorpresa. ¿Pensó que me preocupaba su salud? No quería decir que no me importara su salud, sino lo que me dio a entender él fue: Si no me importaba él.
Mierda.

—No me importa tu salud.

—¿No te preocupa mi salud? Entonces no te importa que enferme.

—Ehh, yo... —me interrumpió.

—Y muera.

—No lo sé, puede...

—Si muero ¿irías a mi funeral? —abrí la boca para responder, pero no me dejó —No, no, no. ¡Espera! Mejor; ¿me dirías algunas palabras para que descanse en paz? —me sonrió.

Un momento ¿Estaba jugando conmigo? Estaba haciéndome enojar.
Y yo odio, odio, que me interrumpan y sobre todo: que jueguen con las palabras.

Bufé.

—¡Ya cállate! —lo fulmine con la mirada —No sé si iría a tu funeral, no sé si morirás por una gota de agua. Ni siquiera sé si es dañino. Creo que es... —Se cruzó de brazos y me miró a los ojos. Un escalofrío me recorrió la nuca y la espalda, pero yo continué —...Es, un,  un poco...tonto... —No sé porqué comencé a titubear, pero eso me hacía ver débil.

—¿Admites que es tonto lo que dijiste?

—No, sólo digo que... —¿Qué digo? Vamos Brenda, piensa algo —tu eres el tonto.

¡Noooo!
Tonta, ¿Qué hiciste ahora? Odio ser tan torpe.
Bryan alzó las cejas y abrió la boca ofendido.

—Lo...lo siento Bryan. No quería decirte eso yo... —agaché la cabeza —...Perdona.

—No te preocupes. ¿Sabes? Me encanta hacer enojar a las personas.

—Qué peculiar forma de diversión —rodé los ojos.

¿En serio? ¿Se divertía haciéndome enojar? Debo decir que por un momento creí que era lindo. Que estúpido de mi parte haber pensado eso.

—Tus chapetes son lindos. ¿Así se hacen cada vez que te enojas?

Abrí los ojos como platos.
Oh no ¡Mis chapetes!
Desde siempre mis chapetes me habían delatado ante todo; si tenía calor, si tenía vergüenza, si había llorado y, si me enojaba.
Los cubrí con mis manos.

—Ya te dije que te calles.

—Tu no eres nadie para callarme.

—Y tu no eres nadie para burlarte de mis chapetes —entrecerré los ojos y él hizo lo mismo.

—¡Ya chicos! Tranquilos, no pasa nada —Keyla llegó a salvar el momento.

—Como sea —me giré dándole la espalda a Bryan —me voy.

Comencé a caminar dejando a todos por detrás. Ya no me importaba que mi cabello castaño se mojara, pues ahora estaba tan enojada conmigo por haber creído eso de Bryan, y también estaba enojada con él por ser tan idiota.

—No me burlé de tus chapetes —gritó Bryan a mis espaldas. Me puse rígida — Sólo dije que eran lindos.


•Eternamente• Bryan Mouque. |TEMPORALMENTE DETENIDA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora