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— Cheol. —el pelinegro desvió su mirada desde su teléfono hasta su novio. Casi se le cae la mandíbula, estaba hermoso, con una camisa de rayas azules y rojas, un pantalón de mezclilla oscuro y unos zapatos blancos, y como complemento su hermoso rostro junto con su precioso cabello rubio.

El pelinegro carraspeó y se acomodó en el sofá, para luego responder serio e indiferente.

— ¿Qué quieres?

— Yo.. Quería saber si querías salir un rato a dar un paseo. —dijo tímido jugando con sus dedos.

El pelinegro tardó un poco en contestar, estaba a punto de decir que sí, pero un horrible recuerdo lo hizo cerrar los ojos para luego responder.

— No quiero. —dijo serio ignorando la opresión en su pecho.

No puedo dejar atrás el miedo, así que miento otra vez.

El pelinegro notó que los ojos del rubio se cristalizaron, tuvo que apartar la vista para no lanzarse a abrazarlo.

— E-entonces. —carraspeó para no tartamudear. — ¿Quieres ver una película? —dijo el rubio con un poco de esperanza, esperanza que se esfumó en unos segundos.

— Tengo cosas más importantes que hacer. —respondió el pelinegro levantándose del sofá y yéndose por la puerta principal.

Por favor, cariño. Tienes que alejarte de mí.

あ;  𝐅̲𝐄̲𝐀𝐑 ৡ 𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠𝐜𝐡𝐞𝐨𝐥 。+⸙͎.ˇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora