Narra Nicki
Estaba acostada en la cama cuando escuché el timbre, no me levanté y seguí acostada hasta que otra vez comenzaron a llamar repetidamente, me levanté de la cama y me dirigí al living a abrir la puerta, estaba medio dormida, cuando abrí la puerta me quedé paralizada al ver quien era.
- ¿Mateo que hacés acá? - pregunté fijando mi mirada en él -
- Vine a explicarte todo lo que ocurrió -
- No hace falta que me expliques nada - cerré la puerta -
- Dale, Nicole por favor, dejame explicarte todo - llamó otra vez al timbre - Por favor gorda - cuando dijo eso abrí la puerta -
- No volvás a llamarme así- le di una cachetada-
Él se quedó mirándome y suspiró
- Me lo merezco - noté como se le empezaron a aguar los ojos al igual que a mi -
- Lo siento yo no quería... - Mateo me cortó -
- No no, Nicole me lo merezco, pero por favor al menos dejame entrar a explicarte todo - Volví a cerrar la puerta, pero esta vez para ponerme unos pantalones ya que solo tenía una remera y salir al patio a hablar con él -
Volví a abrir la puerta y salimos al patio, me prendí un cigarrillo, Mateo se sentó en el césped mientras me miraba.
- Venga hablá - dije rompiendo el silencio-
- Vale, pero solo te pido una cosa por favor, no me cortes- me retó -
- Voy a empezar por el principio, yo estaba en tu apartamento... - lo corté -
- ¿Que hacías en mi apartamento? - pregunté -
- Te dije que no me cortaras, ahora vivo allí, mi viejo me echó de casa, después te explico todo bien pero ahora sí, dejame hablar - asentí -
(Me contó todo lo que pasó)
- Si no me crees preguntaselo a Val - rodee los ojos cuando dijo eso-
- No me hace falta preguntarle nada a nadie, yo te creo, pero no tendrías que haber reaccionado así - me senté con él en el césped -
- Ya, ya se, pero no supe reaccionar de otra manera, te vi ahí con otro pibe que no era yo y no pude controlarme - una lágrima cayó por su mejilla - Perdón - se tapó la cara con las manos -
- Te he echado de menos - levanté su cabeza y le di un beso - por favor no me volvás ha hacer esto - le sequé una lágrima -
- Te amo - al escuchar eso no puede evitar sonreír -
- Pase lo que pase, sabés que yo a vos también - me besó -
El beso se comenzó a intensificar, Mateo me agarró y me subió a upa para llevarme a la pieza, cuando llegamos me lanzó a la cama y se puso encima de mi, le di vuelta para quedar yo sentada encima de él y le quité la remera, comencé a dejar besos por su cuello y pecho, nos terminamos de sacar toda la ropa, él quedó en bóxer y yo me quedé solo con al tanga, me comencé a mover encima de su "amiguito" hasta que él me paró.
- Nick, no llevo forros, como sigás así me da igual tenerlo o no - se mordió el labio -
- Yo te consigo uno - le di un pico y salí de la pieza -
Me dirigí hacia la pieza de Izan, sabía que él iba a tener forros, abrí el cajón de su mesita y ahí estaban, subí, lo dejé en el baño y me tiré encima de Mateo, él me dio vuelta quedando encima y empezó a besarme todo el cuerpo hasta llegar a mi tanga.
- ¿puedo? - me miró, yo solo sonreí y me mordí el labio dándole a entender que si -
Me la quitó y comenzó ha hacer su trabajo, después de un rato le levanté la cabeza y él volvió a mi boca, se dio vuelta y me subió arriba suyo.
- Mateo, yo nunca... - me reí -
- si no querés no tenés por qué hacerlo - me levantó la cabeza -
- No es que no quiera, es que me da vergüenza - me reí -
- Vergüenza? Venga dale Nick, ni que tuviéramos siete años, si querés miro para otro lado - se rió y giró la cabeza -
Introducí su miembro en mi boca hasta que Mateo me levantó.
- ¿Seguro que nunca hiciste esto?, por que te juro que la chupás como los dioses - se mordió el labio -
- Sos un pelotudo - me reí y Mateo fue al baño para colocarse el forro -
Cuando volvió se tiró sobre mí y noté como empezó a entrar, me dolía bastante ya que hacía tiempo que no garchaba, él comenzó a aumentar la velocidad y cada vez dolía más, hasta que apreté con fuerza su espalda cerrando los ojos.
- ¿Que te pasa? - dijo preocupado -
- Más lento amor - le sonreí y le di un beso -
No dijo nada, sonrió y siguió con lo suyo, cuando pasaron unos minutos volvió a aumentar la velocidad.
- ¿Querés que vaya más len...? - dijo mientras paraba pero lo corté -
- Mateo no pares - solté un gemido -
Sonrió y siguió, después de un rato los dos llegamos juntos como siempre y yo apoyé mi cabeza sobre su pecho mientras él me hacía mimos en el pelo y así nos quedamos dormidos.
