Cookies ~ Juliantina OS

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Juliana daba saltitos por el solitario pasillo camino a la cafetería, su maleta se elevaba y caía sobre su espalda a cada salto.

Su estómago gruñó, tenía demasiada hambre, no había comido nada en todo el día incluso no había podido desayunar esa mañana gracias a que el tiempo no le alcanzó pues se levantó un poco tarde.

Al llegar al negocio, se fijó que estaba un poco vacío, sólo habían algunos cuantos niños, sus compañeros de clase con los que casi no hablaba pues era demasiado tímida.

Se acercó al mostrador donde vio diferentes tipos de golosinas, gomitas, galletas, alfajores, postres, tortas, dedos rellenos, caramelos, pirulitos, etc... no sabía bien porqué decidirse.

—A la orden. —Le dijo la mujer que atendía y Juliana la miró algo asustada, ahora debía elegir bajo presión.

Miró de nuevo la vitrina y esta vez algo le llamó la atención, habían unas nuevas galletas de chocolate que tenían stickers. Sus ojos brillaron levemente.

—¿Ya decidiste?, hay una fila. —Avisó la mujer y Juliana miró atrás, se encontró con la chica de ojos azules de su clase y quedó más muda que antes, siempre quiso ser su amiga pero cada que se acercaba se sentía un poco nerviosa.

Valentina no dijo nada, ella era aún más  callada que Juliana, si es que eso era posible.

Juliana volvió la vista hacia la señora y señaló las galletas. La mujer tomó el último paquete de esas galletas y se lo dio a la niña pelinegra quien le pagó, y mientras ella esperaba las vueltas Valentina habló:

—¿Hay más galletas de esas?

—No mi amor, ese era el ultimo paquete. —Dijo la mujer mientras le daba el dinero a Juliana.

Juliana miró a Valentina queriendo decirle algo, no le importaba compartir sus galletas con ella, de echo, lo iba a hacer, ese iba a ser el comienzo de su amistad era la oportunidad de oro, de esas que sólo se daban una vez en la vida.

Pero una vez Juliana había tomado el valor de hablar, Valentina lo hizo primero en una especie de susurro tímido.

—Quiero estas, por favor. —Apuntó a un paquete de gomitas y la mujer lo sacó y se lo dio. El tiempo se agotó y Juliana no pudo hablarle.