Capítulo 2.

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-Mucho gusto, Eunice -Sonreí, aunque algo confundida.

-Servirá -Dijo la tal Eunice ignorando mi comentario -¿Entonces 25,000?

-30,000 -Dijo mi tía, Eunice gruñó.

-Bien -Le dio un montón de dinero y me miró -Vámonos preciosa.

Yo solo miré a mi tía Deida quién seguía concentrada en el dinero, me aclaré la garganta para que me mirara y cuando lo hizo, me miro con desprecio.

-¿Qué esperas? Ya escuchaste a Eunice. ¡Largate!

-¿Qué? -Pregunté aún confundida.

-____, ¿Alguna vez haz oído hablar de las prostitutas?

Esto no podía estar pasando, despiertenme por favor.

-Jódete -Le dije a mi tía Deida, Eunice solo río.

-Luego te acostumbraras, aparte que pagan muy bien eh -Me guiño un ojo.

Me empecé a imaginar si yo fuera prostituta, que horror, empecé a ver nublado, y sentí que todo me daba vueltas.

***

-¡Señorita Eunice! ¡Ya despertó! -Abrí los ojos y vi una chica, era algo chaparrita, tez blanca, ojos cafés y cabello negro lacio.

-Ahora voy, Britanny, puedes retirarte -Escuché la voz que no quería escuchar, Eunice -No te cayó bien la noticia ¿Eh? ____, el sexo no es malo, te va a gustar, y como dije, tendrás bastante dinero, más porque eres virgen.

-No quiero ser una puta -Eunice rió.

-Tienes 17, y mírate, eres un esqueleto, no quieras ofender a las putas, cariño. Pero no te preocupes, aquí te vamos a enseñar a cómo tener un buen cuerpo, tenemos un año para que empieces a trabajar, es buen tiempo. Ahora ven, te presento a tus compañeras.

Eunice tomó mi mano y me levantó de la cama donde estaba, que asco, quién sabe cuántos orgasmos habrán estado ahí, entramos a un salón, donde había muchas chicas, todas estaban haciendo ejercicio, la más pequeña a excepción de mí tendría unos 19 y la mayor, unos 33.

-Hola chicas -Un "buenas tardes señorita Eunice" se escuchó como respuesta, hasta parecían coro -Ella es _____, su nueva compañera. Quiero que la traten bien, es una.chiquilla de apenas 17 años -Se escucharon unas risas y yo sentí que me sonrojaba -Bueno, sigan trabajando -Todas siguieron con sus ejercicios. 

-Déjame ir -Lloriqueé.

-Cariño una vez que entras ya no sales. A menos que un cliente te compre, claro. ¡Odalys! Ven por favor.

Una chica de unos 20 años se acercó a nosotras.

-Dígame señorita Eunice.

-Quiero que cuides a _____, es nueva -Odalys me vio de pues a cabeza -Enseñale el lugar, y hablale de lo que hacemos.

-Claro que sí, señorita Eunice.

-Nos vemos en la cena -Dijo Eunice y salió del gran salón.

El prostíbulo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora