Un cambio de sexo 2 / TG/

Clases intensivas

Lorena se quedó con José explicándole para que se pueda igualar con la materia. Afortunadamente José era un chico muy inteligente que entendía rápidamente las explicaciones.

Aunque Pamela se había robado el corazón de José, Lorena tenía un aquella sensualidad que llamaba la atención de José. Para José era muy extraño el trato que recibía por parte de Lorena, pues ers muy afectuosa manteniendo contacto corporal.

- Si fuera un chico podría tomarlo como coqueteo. - José pensaba.

José constantemente se miraba para recordar que era una chica y al hacerlo notaba como sus piernas que eran cubiertas por una larga falda  estaban separadas. Al notarlo inmediatamente las cerraba para no sentirse la burla de las chicas de otras mesas.

- Eso es todo por hoy. - Lorena cerraba el cuaderno de apuntes.

- Debes ir donde la directora - No le gusta los atrasos.

José respiró y se levantó para dirigirse hacia el salón 70 dónde estaba la directora. Antes de irse, recibió un abrazo de Lorena.

- Entiendo cómo te sientes, espero que puedas superar todas las pruebas.

José a diferencia de su vida anterior, no recibía ese tipo de aprecios y atenciones con sus amigos. Al recibirlo podía sentiste cálido y apoyado en un terrible momento. Lo que no sabía es que toda la atención que recibía era parte de la metodología del instituto.

El instituto utilizaba métodos similares a la de la manada de lobos. El ser humano al ser un ser social como los lobos es muy fácil manipularlo de esa manera. Es decir, primero el nuevo integrante debía sentirse parte de la manada o en este caso de un grupo para después por temor a ser rechazado a futuro la persona comienza a actuar como el grupo.

Tanto Pamela como Lorena no están concientes de la metodología pero son las líderes elegidas por la directora debido a su atractivo y carisma.

José con una sonrisa caminaba por los pasillos con de una manera más rápida pero no perfecta. Al entrar al salón efectivamente la directora estaba en el lugar esperándolo.

- Justo a tiempo.

- Felicidades.

-  Pamela es igual de puntal que usted.

- Me gusta mucho eso - La directora premiaba el buen comportamiento de José.

La directora miraba a José de pies a cabeza mientras daba vueltas a su al rededor. José, se sentía paralizado ante la imponente presencia de la directora.

- Hoy vamos a aprender a caminar con los tacones.

- Por una extraña razón tus caderas no se han desarrollado y eso complica esto.

- Así que debes caminar como si las tuvieras.

- Porfavor junta los talones en la pared y con la mirada fija al frente.

José no sabía porque hacía caso a todo lo que decía la directora, lo único que sentía era terror.

- Apoya primero el talón y después la punta de los pies y no dobles las rodillas más de lo habitual.

-Camina sobre una línea imaginaria, pero nunca vayas mirando a tus pies. - José con miedo comenzó a caminar.

- Mirada al frente - La directora levantaba la quijada de José con una regla.

Inclina tu barbilla ligeramente hacia abajo. No cuelgues ni dejes caer tu cabeza.

- Relaja las rodillas y caderas y ten en cuenta que una mala postura repercute en las rodillas, las caderas y la espalda. - La directora movía las caderas de José.

Las instituciones no paraban y las horas pasaban.

-Mueve tus piernas dando pasos deliberados mientras caminas con determinación y actitud.

La directora tenía una metodología experimental mediante micro castigos y recomepsas sutiles que funcionaban muy bien con José. Lo que José debía aprender en una semana las chicas del instituto lo hacían en un mes.

Llegaron las 6 y José estaba completamente agotado.

- Te estaré observando en los pasillos.

- Si no caminas como una señorita temo que tendré que aplicar el castigo.

- Mañana reforzaremos tu caminar

José a pesar de estar cansado el castigo había generado un fuerte trauma haciendo que salga caminando como toda una señorita.

- Estoy en todos lados

- Si no quieres castigo tendrás que aplicar lo aprendido para siempre.

José se retiró y en el pasillo se encontró con Pamela.

- Wow , que diferencia. - Pamela miraba a José con alegría.

- Te dije que es muy buena enseñando.

- Ven caminemos juntas hasta la habitación para practicar.

José ahora que había aprendido sobre como caminar, podía notar con la naturaleza y sensualidad que caminaba Pamela.

La semana paso y José ya se había acostumbrado a caminar como una señorita con tacones de 5 centímetros gracias al apoyo de Pamela y a la amenaza de la directora, a lo lejos, tanto José como Pamela y Lorena caminaban casi iguales dirigiéndose a la habitaciónes después de la última clase de la directora.

Durante este tiempo se habían hecho buenas amigas y José se sentía más cómodo cuando estaba con ellas. Mientras se desvestía, notó que al sacarse el brasier sentia un alivio que llamó la atención de Pamela.

- ¿Te está aparentando? - Pamela preguntó.

José miró a Pamela sin saber que responder.

- He visto tus pechos tantas veces que no me he fijado si han crecido.

- Prueba este brasier.

José, ya casi sin ayuda de Pamela, se lo colocó y efectivamente sintió que era más cómodo.

- Mmm te quedó súper.

- Está es una talla un poco más grande.

- Este igual tiene relleno pero no tanto como el anterior

- De ahora en adelante mediremos tus pechos.

A José ya no le molestaba mucho estar desnudo frente a Pamela mientras se vestía.

- Ahora que caigo en cuenta, también voy a medir tus caderas.

- Creo que han crecido un poco.

Pamela con una cinta métrica se puso manos a la obra mientras tomaba apuntes.

- Tengo una duda.

- ¿Si fuiste hombre, porque tienes un depilado perfecto en todo tu cuerpo?.

- ¿Como le haces.?

- No fue algo que yo quise - José respondió algo triste.

-  uno una alteración en mi genética haciendo que no me crezca vello en ciertas partes.

- Pues... - Pamela miraba a José de pies a cabeza.

- Es algo de envidiar déjame decirte.

- Por lo menos no sufrirás con eso.

- Es entretenido llevar tu desarrollo. Yo sin darme cuenta ya tenía estos pechos y mis caderas ya no eran como antes.