Historias Cortas de Betty la fea

No me dejes (2/3)

(Narrado por Beatriz)

-Bueno Armando, fue un gustazo verte, suerte en tu vida- se despidió doña Marcela de MI esposo,  besandolo en la mejilla, a unos centimetros de su boca.

-Cuidate Marcela- respondió Armando y se encerro en su oficina.

La llegada de doña Marcela a Ecomoda nos tomo por sorpresa a todos, especialmente a Armando, que se habia quedado a solas en su oficina con ella. No queria ser paranoica, ni imaginarme cosas que nunca pasarian por que, bueno, doña Marcela no lo permitiria. No se dejaria hacer daño de nuevo por parte de ese hombre.

Asi que decidi entrar a ver a mi esposo, y cuando yo entré se puso nervioso, tan nervioso que pensé que habia hecho algo con doña Marcela.

-Hola mi amor- lo saludé con un beso en la boca- ¿como te fue con doña Marcela?.

-Ehh, hola mi vida, me fue bien- dijo pero no entendia por que se habia puesto nervioso.

-¿Por que estas nervioso?- pregunté y me puse seria, ya que cuando me pongo seria logro sacarle la verdad, siempre.

-Por nada mi amor, me tomaste por sorpresa. Eso es todo.- y seguia nervioso.

- Armando, te conozco y se que me estas ocultando algo, asi que por favor dime la verdad. ¿paso algo con doña Marcela?- demande saber.

-No, no mi vida no es lo que piensas, y no te enojes mi vida por favor. - dijo esto levantandose de su silla para darme un abrazo.- es mas, te invito a comer a Le Noir, esta noche- dijo guiñandome un ojo.

-Bueno esta bien mi amor, te creo, y te dejo por que tengo mucho trabajo que hacer- dije y me despedi de el con un beso, de esos que a el le gustan.

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Cuando llegamos  a Le Noir, para mi "suerte" estaba doña Marcela , sola, sentada en una silla. Parecia que ya se iba. Armando no dijo ni una sola palabra, y cuando llegamos, nos sentamos un poco lejos de ella. Pero hasta eso, ya me habia montado una pelicula en mi cabeza. Decidi calmarme y cuando llegó el mesero, nos trajo unas copas de champan.

-Esto es cortesia de la dama que se encuentra allá- dijo el mesero y Armando volteó rapidamente a verla, y ella levantó la copa en señal de brindis, y solo brindaron ellos. Luego doña Marcela se levanto y se fue.

"De esta noche vivo no sales, Armando Mendoza" pensé. Estaba seria y no podia aguantar las lagrimas.

-Amor, ¿estas bien?- Armando me miró y se preocupó.

-No me digas amor, ¡estoy harta!- exclamé.

-Amor por favor no es lo que tu estas pensando- respondio Armando.

Despues empece una discusion y sali del lugar, tome un taxi y le dije que me llevara lejos del lugar, para que Armando no me siguiera. Como seguia insistiendo llamando a mi celular, lo apagué. Luego le dije al taxista que me llevara a la direccion de mi casa.

Y cuando llegue empece a empacar para largarme, estaba en eso hasta que llamaron a mi casa

"¿Quien podria ser a estas horas?" pensé . 

-¿Alo?- conteste, y reconoci la voz. Era Aura Maria, que me estaba pidiendo un permiso para llegar tarde debido a que el niño debia hacerse unos examenes ... en fin. Le concedi el permiso, y colgue.

Cuando acabe de empacar mi ropa y ya estaba a punto de llegar a la puerta, me dolio la cabeza  y me dio un mareo horrible. Me senté en un mueble hasta que mejorara, y cuando me sentí algo bien, me levanté. En ese momento escuché el carro de Armando llegar y de pronto todo se volvió oscuro.

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-Betty, mi vida, soy yo.- apenas estaba despertando- soy tu esposo, Armando.

-¿Que me paso?- y luego recorde todo...- ¿estoy en el hospital? 

-Amor, te encontré desmayada en la sala. Por eso te traje aqui- dijo Armando, acariciando mi rostro.

-Armando...

-¿Que paso mi amor?- respondió 

-Dime la verdad... tu...¿estuviste haciendo algo con doña Marcela?- demande saber, pues eso fue lo primero que recorde.

-Mi amor, yo no estaba haciendo algo malo con Marcela, al contrario, hablabamos de negocios y como le iba de bien a Marcela en su negocio en Estados Unidos.- me dijo, con una sinceridad enorme.- yo nunca me perdonaria perderte de nuevo por culpa mia.

En eso entró el doctor, y nos interrumpió.

-Buenas noches señores

-Buenas noches doctor- respondimos.

-Doctor, ¿se puede saber que tiene Beatriz?- pregunto Armando.

-Pues bien, a la señorita Beatriz Pinzon se le hicieron examenes y pues bueno... la señorita tiene 7 semanas de embarazo. Felicidades, van a ser padres- nos dijo el doctor. Fue entonces cuando abrí los ojos como platos.

-¿Que?- dijo Armando, estaba sorprendido. - ¿de verdad doctor? ¿va-vamos a ser padres?- en su rostro poco a poco se formaba una sonrisa, de esas que tanto amaba ver yo.

-¿De verdad doctor? ¿voy a ser madre?- dije al borde del llanto.

-Si señores, muchas felicidades, van a ser padres. Ahorita, me disculpan, voy a atender a otros pacientes.- dijo y se fue.

-¡AMOR! ¡VAMOS A SER UNA FAMILIA!- exclamo Armando, mientras sonreia. En ese instante, supe que de verdad me amaba y lo que mas deseaba era formar una familia conmigo. El amor le ganó al enojo y a la sospecha. Entonces dije:

-¡Claro que si mi amor! ¡TE AMO!- y lo besé.

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Cuando salí del hospital, mis padres, Nicolas,  Margarita y el cuartel de mis amigas me estaban esperando para felicitarme por mi embarazo. Me abrazaron, me felicitaron y inclusive se alegraron muchisimo al saber que yo seria madre.

Mi papá al principio le costó aceptar la noticia de que seria abuelo muy pronto, pero al final terminó aceptandolo. 

Por su parte mi mamá estaba super emocionada por que seria abuela,  y me prometió que me ayudaria a cuidar al bebé, y lo amaria mas que yo. ¡Ay mamita! por eso y muchas cosas mas la amaba tanto. 

Y Nicolas, ni se diga. El dijo que iba a estar con mi mamá ayudandola para ganarse sus buñuelitos extra en la casa. Me hizo reir mucho.

Los padres de Armando aceptaron gustosos la noticia, y nos apoyaron mucho en este paso que dabamos frente a la vida.

No podia pedir mas, ya lo tenia todo.