Capítulo 2: Adios a la Normalidad

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Desperté en un Hospital, mi pierna derecha y brazo derecho estaban enyesados, al parecer el auto solo me había roto algunos huesos, la herida en mi cuello ya no estaba, no sabia porque, por un momento pensé en que todo había sido un simple sueño, pero el momento me contradecía, como seria un sueño si estaba en el hospital? y en todo caso, esa sería una pesadilla, no un sueño...
Mis pensamientos fueron interrumpidos al ver que la enfermera entro en la habitación.
Enfermera: Joven, al fin despierta, imagino que tendrá hambre.

Yo: La verdad si... Disculpe, la chica que iba conmigo en el accidente, donde esta?
Enfermera: Lamentablemente su novia no pudo sobrevivir.
Yo: Ehhh!! No saque conclusiones apresuradas, no era mi novia, ni si quiera la conocía.
Enfermera: lo siento joven, bueno le traeré algo de comer, imagino que después de 2 días dormido ah de tener mucha hambre.

La enfermera antes de salir llamó al Doctor para que viniera a ver mis heridas, ella salió y 2 minutos después entro el Doctor.

Doctor: Al fin despertaste, creí que que seguirías dormido por mucho mas tiempo, fue un golpe muy fuerte, vea sus radiografías.

Me mostró las fracturas de mi brazo y pierna, el impacto fue tan fuerte que también me había roto unas costillas. Estaba sorprendido porque la verdad ya no me dolía nada, sentía que mi cuerpo estaba normal.
La enfermera entró al cuarto con mi comida.

Enfermera: Aquí esta su comida, no se si será mucho pero, imagino que debe tener mucha hambre.
Yo: Si, Gracias.

Todo se veía muy rico.
El Doctor y la enfermera salieron de la habitación, yo comencé a comer, pero había algo raro, aunque no sabía que era lo raro, seguí comiendo hasta darme cuenta que la comida no me quitaba el hambre, me había comido todo y eso que era mucha comida, la verdad creo que nunca había comido tanto, pero aun así, tenía hambre, mucha hambre.
De repente a mi nariz llego un olor muy delicioso, nunca había olido algo así, sin darme cuenta al parecer mi cuerpo había reaccionado a ese olor, me sentí tan atraído que sin darme cuenta ya estaba a punto de caerme de la camilla y eso fue lo que paso, caí al suelo, pero logre poner mis manos, en ese momento note algo muy extraño, mi mano derecha me había sostenido a pesar de estar fracturada, como era posible? No le di mucha importancia y decidí ponerme de pie. Era extraño, ni si quiera mi pierna dolía, me sentía totalmente bien. Recordé el olor, me concentre de nuevo y regreso, aquello sea lo que sea olía muy bien, empecé a buscar el lugar de dónde provenía ese aroma, después me di cuenta que provenía de una hielera que estaba en la habitación, camine directo a ver que contenía la hielera, pero cuando la abrí solo había una bolsa de donación de sangre, lo que había olido era sangre?
Sentía que mi ojo derecho palpitaba un poco, mi boca empezó a producir más saliva de lo normal, vi mi reflejo en el vidrio de una ventana que estaba en la habitación, noté que mi ojo derecho estaba rojo y palpitando, me asuste, lo que provocó que diera un salto atrás, cubriendo rápidamente mi ojo.
En ese instante el Doctor entro en la habitación, y rápidamente cubrí mi ojo, usando mi cabello, vi como el doctor se quedo viéndome, se veía asustado.

Doctor: Co... Como es posible que puedas caminar? Tus fracturas deberían impedirlo.
Yo: No lo se, la verdad me siento muy bien, de hecho, me siento mejor que antes.
Doctor: Déjame hacerte otra radiografía y si todo sale bien, podrás irte ahora mismo a tu casa.
El doctor me quito los yesos de mi mano y mi pierna, luego me quite las vendas que estaban en mi cuerpo.
Doctor: Pasa por aquí y acuesta en la camilla.

Aun con hambre me acosté en la camilla y el doctor salió de la habitación, yo seguía pensando en porque tenía tanta hambre si me había comido todo lo que me había dado la enfermera, después de 2 minutos el doctor me pidió que saliera.

Doctor: Ve a la sala de espera, yo te llamare cuando salgan tus radiografías.
Yo: Esta bien.

No me había dado cuenta que mi ojo ya había dejado de palpitar, sin descubrirlo me dirigí al baño a verme en el espejo, mi ojo ya estaba normal, pero decidí no arriesgarme y dejarlo cubierto, mojé mi cara y salí, cuando llegue a la sala, el Doctor ya me esperaba con mis radiografías, me las mostró, al parecer mis huesos estaban totalmente sanos, el doctor estaba sorprendido al ver eso, dijo eso no era posible, que debería haber tardado un mes mas o menos en sanarme.

Doctor: En serio, no puedo explicarme como paso esto... Pero bueno, ya puedes irte a casa, al parecer tu cuerpo sana rápido, no se como pero es lo único que puedo decir.

Salí del hospital y comencé a caminar a casa, ya que no estaba muy lejos, estaba como a unos 10 o 15 minutos caminando, después de unos 6 minutos había llegado al lugar en el que ocurrió el ataque, a mi mente vino el recuerdo, lo que provocó que me asustara y comenzará a correr, en el camino iba teniendo ilusiones de lo que había ocurrido, eran como flashbacks que rápidamente entraban y salían de mi mente, cuando finalmente llegue a mi casa, me asuste al ver que en la puerta estaba Kenia, la vampiro que me había atacado.

Yo: Co... Como es posible, la enferma dijo que habías muerto.

Ella sonrió y se lanzó contra mi, yo cerré los ojos del susto y cubrí mi rostro con mis manos, después de un rato de esperar el ataque abrí mis ojos, resultó que mi mente me había jugado sucio, era una simple ilusión creada por el miedo.
Rápidamente entre a mi casa, un rugido llamo mi atención... Era mi estomago, había olvidado el hambre que llevaba, comencé a revisar toda la cocina comiendo todo lo que podía, pero el hambre no se iba, no se que pasa, a este paso moriré de hambre, comí galletas, pan, carne... De todo, pero mi hambre no se iba, me dejé caer de espaldas.

Yo: Que me pasa, porqué no puedo saciar mi hambre?

Mientras estaba en el suelo mi celular comenzó a sonar, no quise contestar así que deje que se fuera al buzón, era Esau.

Esau (llamada): Carlos, como seguís? Llame al hospital y me dijeron que ya te habías ido a tu casa y que ya estabas mejor, cuando podas llámame para ir a tu casa.

Cuando la llamada finalizó, pensé en si debería decirle a Esau lo que pasó o debería guardarme el secreto?
Al final decidí mejor guardarme el secreto, tenía miedo de lo que fuera a pensar de mi.

Yo: Creo que será mejor no decirle a nadie.

Como ya era tarde decidí irme a dormir (no se si sabrán lo difícil que es dormir con hambre), cuando al fin pude dormirme un sueño comenzó a surgir.

Sueño

Yo iba caminando junto a Esau, cuando de repente, mi ojo empezó a palpitar de nuevo, mis garras y colmillos crecieron, mi boca había empezado a producir más saliva de nuevo, podía sentir el calor de la sangre que corría por Esau, eh incluso empecé a olfatear su sangre... Mi sed de sangre iba creciendo cada vez mas, mis ojos ya estaban totalmente rojos, no pude resistir mas y me lancé sobre Esau para succionar toda su sangre, cuando Esau volteó a verme note que esa no era su cara era la cara de Kenia, que me tomo del cuello.
Del susto me desperté dando un fuerte salto.

Yo: Ahora, como viviré mi vida como un humano normal? De hecho... Como puedo llamarme humano ahora. Ya no podría considerarme un humano normal.

Me levante de la cama, no me había dado cuenta de que ya eran las 7:30 p.m. No sabia que paso, pero al parecer había dormido todo el día.
Aún tenía mucha hambre, así que me fui a la cocina, había olvidado que me comí todo el día anterior, al ver que no tenía que comer decidí ir a la cafetería de siempre a comer algo, como siempre, me fui caminando. Después de una caminata bajo la luna llegue a la cafetería, pero cuando llegue ya habían puesto el cartel de cerrado.

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