Capítulo 1

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Pekín, China
Narra Pablo

Ojalá estos 15 días de viaje de negocios aquí en Pekín, me sirvan para estar tranquilo y desconectar de Madrid, ya que mi actual situación no es que fuera muy buena.

Dentro de un mes y medio me caso con mi actual pareja, Laura, de la que desde un principio me enamoré perdidamente, pero fue hace poco cuando entre nosotros empezaron a llegar unas constantes peleas y broncas. Yo quiero pensar que es por los nervios y la costosa preparación de la boda, que nos está pasando factura, y espero y deseo que una vez nos casemos todo vuelva a la normalidad, recobrando así la tranquilidad y la calma de cuando empecé a salir con Laura.

Me subí al avión de bastante mal humor, mi vuelo se había retrasado casi dos horas, en las que tuve que estar como un idiota dejando pasar mi valioso tiempo sentado en una de esas incómodas sillas del aeropuerto. Y para colmo cuando me he montado al avión, las cosas no han mejorado. Anda que no había gente y gente para que se sentara al lado mío, pero para mí desgracia va y me toca con una chica, que la verdad parecía bastante joven, y que por lo que se ve no entiende de educación. Ya que no solo se ha dormido, si no que no sabe mantener su cabecita apoyada en el asiento y estoy teniendo que aguantar su cabeza con una tremenda e incómoda melena rubia apoyada en mi hombro.

Mire mi reloj de muñeca, ya estábamos a punto de aterrizar en Pekín, los altavoces del avión y las azafatas fueron los que me lo confirmaron, ya que empezaron avisar de que íbamos a aterrizar y que debíamos abrocharnos los cinturones y apagar los aparatos electrónicos.

-Caballero, podría despertar a su esposa y avisarle de que debe abrocharse el cinturón, que vamos a aterrizar ya. -Me dijo una de las azafatas refiriéndose a la rubia de pelo rizado que tenía dormida apoyada en mi hombro.

-No no señorita, ella no es mi esposa. -Corregí rápidamente las suposiciones de la azafata.

-Lamento la equivocación caballero. -Dijo antes de continuar andando para avisar a más pasajeros dejándome a mí con el marrón de tener que despertar a la chica y avisarla de que se pusiera el cinturón.

-Disculpa. -Intente despertar a la chica moviéndola ligeramente. -Tienes que despertarte, vamos a aterrizar y debes abrocharte el cinturón.

-Mmm... -La chica de pelo rizado se removió levantando la cabeza de mi hombro, y me fijé bien en ella ya que antes cuando se sentó apenas la miré. -Ay dios mío me dormí, lo siento muchísimo de verdad. -Se disculpó bastante agobiada.

Me fijé cómo se peinaba los rizos apartándose los pelos que le molestaban de la cara, la verdad es que no era fea, tenía unos rasgos bastante marcados. También bajé la mirada al ver como se sentaba correctamente quedando más erguida, tenía un buen cuerpo, incluso se podría decir que algo trabajado, se veía que hacía deporte.

-No pasa nada, pero tienes que abrocharte el cinturón, vamos a aterrizar ya.

-Lo siento mucho de verdad. -Se volvió a disculpar. -Y muchísimas gracias.

Aterrizamos y salimos del avión, no volví a hablar nada más con aquella rubia de pelo rizado, aunque ella tampoco me dirigió la palabra desde que se abrocho el cinturón. La vi bajarse del avión delante de mí y como recogía su equipaje, pero nada más.

La empresa, de la cual yo era director de una de las multinacionales de Madrid, me informó ya en Madrid que nada más llegase tendría a alguien esperándome en el aeropuerto y el cual estaría mi servicio durante mi estancia aquí en Pekín para cualquier cosa que necesitase.

Efectivamente así fue, nada más salir de la zona de recoger el equipaje divisé un hombre de apariencia occidental sujetando un cartel en el que claramente se leía "Sr. López". Caminé a paso ligero dirigiéndome a él y una vez estuve a su lado amablemente se encargó de coger mi equipaje, y nos dirigimos hacia el coche en el cual me llevaría al hotel en el que me iba a hospedar.

Un viaje... ¿complicado? [Pabliriam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora