Capítulo 5

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Pekín, China
Narra Miriam

Llevaba una semana bastante buena, y casi sin darme cuenta ya estábamos a jueves. En cuanto a trabajo la verdad es que tenía bastante, pero había conseguido amoldarme bien y trabajaba de manera muy eficiente, tanto yo como mi equipo.

En unos días volvería España, en concreto el viernes de la semana próxima.

En parte tenía ganas de volver, eran muchos días fuera de casa y separarme de mi hija siempre se me había hecho muy cuesta arriba, pero por otro lado Pekín no estaba mal. Si que es verdad que trabajaba todo el día y apenas tenía tiempo, pero siempre conseguía sacar un ratito al final de la tarde para dar una pequeña vuelta por la ciudad y así desconectar del trabajo.

Me desperté por el sonido de la alarma de mi móvil, y automáticamente un gruñido a modo de queja se escapó de entre los labios de Pablo.

-Apaga eso... -Se quejó y escondió su cara en mi cuello acomodándose.

Afianzó más su agarré en mi y me abrazó impidiéndome así poder levantarme.

-Cariño va, que me tengo que levantar. -Le dije pasando mi mano por su pelo y dejándole múltiples caricias una vez había apagado la alarma.

-Solo 5 minutitos y ya. -Me respondió aún con voz ronca dejando varios besos en mi cuello.

Esta noche habíamos variado y estábamos en mi habitación, lo que no había cambiado era el despertarnos completamente desnudos y abrazados.

La alarma de mi móvil volvió a sonar indicándome que ya habían pasado 9 minutos desde la primera vez que sonó.

-Venga Pablo, que ahora si que si me tengo que levantar. -Le dije y él soltó mi agarre dejándome así el poder levantarme de la cama. -Y tú levanta también anda, que ya es hora. -Lo insté dejándole varios besos y acaricias por toda su espalda desnuda.

-Cuando salgas de la ducha me despiertas. -Me respondió escondiendo la cara en la almohada y sin ninguna intención de levantarse.

Sonreí dejando un último beso en su hombro y me encaminé al baño a ducharme.

Al final terminó siendo lo de todas las mañanas, no sé como lo hacia, pero siempre soy yo la primera en despertarse y por el contrario termina siendo él quien se arregla primero.

-Mi vida me bajo ya al buffet a coger mesa. -Me dijo Pablo entrando al baño y dejando un sutil beso en mis labios.

-Vale, no tardo nada. -Le respondí terminando de peinarme haciéndome ondas en el pelo con la plancha.

Pablo salió de la habitación yéndose al restaurante, y apenas 10 minutos después salí yo también ya arreglada.

Cuando bajé Pablo estaba revisando unos papeles del trabajo sentado en una mesa para dos con ambos desayunos ya colocados encima de esta.

-Gracias cariño. -Le dije sentándome frente a él al ver que ya tenía mi desayuno listo. -Oye, y mi bollito ¿Qué le ha pasado eh guapo? -Le recriminé en broma al ver como a uno de los bollitos de mi plato le faltaba un bocado.

-Ha sido un bocadito solo, para probarlo. -Me respondió dejando los papeles a un lado y sonriendo. -Que por cierto, esta asqueroso, yo no sé como te comes eso todos los días. -Dijo en referencia a los bollitos al vapor típicos de aquí de China, los cuales me había aficionado a desayunar todas las mañanas.

Sonreí negando y le di un sorbo a mi café con leche.

Muy caliente y con leche de soja.

-¿Está a su gusto señorita? -Me preguntó al ver como le daba otro sorbo a mi café.

Un viaje... ¿complicado? [Pabliriam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora