Capítulo 3

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Un mes después...

—¿Estás seguro que debemos hacer esto?— Nakyum estaba muy asustado de subirse en esa banca flotante, él no era un gran amante de las alturas, pero Seungho estaba dando una orden, así que aceptó y se acomodó.

Después de que Seungho presionara unos botones, la banca se fue elevando poco a poco en medio de su gigantesco jardín, alcanzaron una altura de aproximadamente seis metros sobre el suelo y Seungho tomó su mano para que dejara de temblar.

—Eres el robot más humano que alguien podría imaginar— ya estaba más acostumbrado a los acercamientos del hombre, habían hecho de todo, así que sería absurdo ponerse tímido solo porque le tomara las manos. No, esperen... no habían hecho de todo porque no habían llegado a esa parte incomoda de la penetración. Cuando más calientes se ponían las cosas, Seungho tenía la amabilidad de frotarse entre sus piernas para simular una penetración y se corría sobre él, luego entraban en la ducha y estaba bien si solo se toqueteaban.

Se puso rojo por recordar cada detalle de su inesperada vida sexual, antes se hubiera imaginado a si mismo conquistando a una dulce chica, pero ahora resultaba que él parecía ser quien estuviera siendo conquistado—. ¿En qué piensas?— quiso saber Seungho, seguramente notándole muy distraído y sin ver las estrellas tal y como le pidió.

—En nada. Tenía la mente en blanco.

—Hmmm...— Seungho lo abrazo pasando un brazo sobre su hombro—. Nakyum ¿Con qué edad humana crees que te hayan programado?

—Creo que con 22 años— dijo su edad real. No porque quisiera decirla, pero es que Seungho siempre le sorprendía con la guardia baja.

—Eso es genial porque entonces sólo te llevaría cuatro años.

—Deja de decir que todo lo que tiene que ver conmigo es genial.

—¿Por qué? En serio lo es— Nakyum sonrió negando con la cabeza y disfrutó de la sensación que el cuerpo de Seungho le proporcionaba, ya ni siquiera pensaba en que estaban a seis metros de altura y se dedicó a admirar el cielo nocturno lleno de estrellas.

Algo andaba muy mal con él, estaba comenzando a sentirse preocupado por lo bien que la estaba pasando con ese hombre, estaba preocupado por la forma en que su corazón había aprendido a latir por él y ya no podía asegurar que fuera heterosexual.

Seungho le gustaba mucho. El hombre era amable, buen cocinero, inteligente, y con la convivencia diaria había aprendido a conocer acerca de sus emociones, sus experiencias y de su forma de ver la vida. Tal vez el era el único que tenía esa oportunidad de ver su amabilidad, Seungho hacia inversiones en la bolsa, tenía tiendas en varias partes del país y generaba ingresos sin hacer mucho esfuerzo, pero aún así no parecía dar absoluta importancia al dinero ya que también hacia donaciones millonarias cuando notaba una verdadera necesidad en quien solicitaba ayuda.

Algo no estaba mal, él era quien estaba mal en todo eso porque a final de cuentas, tendrían que separarse y Seungho sabría que él era una persona más en la lista de quienes le habían mentido.

***

Dos meses después...

Al despertar, lo primero que hizo fue lo que venía haciendo todos los días durante dos meses. Observar a Nakyum durmiendo, apartarle el cabello del rostro y acariciar sus mejillas hasta ver que fruncía los labios como un niño pequeño y caprichoso.

¡Ah. Maldición! Justo cuando pensaba que no podría ser más excéntrico, ahora resultaba que se había enamorado de un robot, él enamorado de una maldita maquina sin sentimientos que mostraba solo reacciones programadas en una memoria de trabajo.

Accidentalmente enamorado de tí (Pintor Nocturno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora