|6| ¿Qué somos?

159 19 12
                                    


Villamil picaba fresas en trozos pequeños. Esa mañana de encontraba especialmente feliz sin tener razón.

Sólo había abierto los ojos y el sólo hecho de existir lo hizo sentir bien. Se levantó vigorizado y entonces preparaba el desayuno.

Si bien no era un chef, se defendía con cosas sencillas.

A unos cuantos metros Martín fijaba su mirada en su laptop mientras bebía jugo de naranja. Le sonrió a la imagen antes de seguir con su trabajo.

Una vez la fruta quedo organizada cómo más le gustó tomó ambos tazones.

—¡Olé! No es lo más elegante, pero creo que te gustará mi avena.

Dejó el plato frente a él, procurado no perder detalle en como veía entre divertido y enternecido el corazón que había dibujado con los trozos de fruta.

—Yo hice una carita feliz —inclinó su plato dejándole ver—. ¿Aun no terminas?

—De hecho está terminado, sólo lo revisaba que no tuviera errores.

Cerró la tapa del aparato y lo dejó de lado.

—¿Y eso que despertaste tan... Creativo? Te vez feliz.

—Lo estoy, como no tienes idea y no sé porqué.

—Llevabas últimamente viéndote más triste que de costumbre.

Villamil lo miró un momento confundido. —A veces me asusto que me conozcas así. Pensé que no te darías cuenta.

Martín estiró la mano, con su índice acarició desde su barbilla hasta su pómulo donde abrió los dedos. Se inclinó hacia ellos y se permitió sonreirle con toda la ternura que pudo.

—Creo que te conozco bastante bien.

Juan miró su plato. Se había sonrojado. ¿Hace cuánto no lo hacía?

Ambos comían en silencio, como rara vez, no se tiraban miradas cómplices, pero estaban tranquilos. Buena vibra se respiraba.

—¿Juan?

—Dime.

—Bueno, con eso de que nos conocemos y a la vez no y prácticamente la locura que han sido estos meses. Entre idas y venidas de nuestras casas. Me estuve preguntando...

Los nervios apenas se notaban en su voz ronca y siempre relajada, pero estaban vívidos. A Juan le dio ternura y se acercó a besarlo.

—¿Qué?

—¿Tu y yo que somos? ¿a dónde vamos con esto?

Juan Pablo miró cómo el plato le sonreía. Él también lo hizo, o al menos lo intentó lo mejor que pudo.

Martín se incomodó preguntando, lo supo. Preguntar eso nunca es fácil y a veces parece mejor opción dejarlo pasar, que simplemente suceda lo que tenga que suceder, sin tomar en cuenta que de no tomar esos minutos de incomodidad se podría desatar una marea de meses de espera, de inseguridad e incluso dolor.

El casi que se obtiene después de mucho tiempo es horrible. Es lo más cerca que estás de lo que sueñas y sin embargo no te promete nada. Y aún así te aferras a ese casi algo, soñando que se vuelva un total. Mejor que nadie entendía lo que era estar así, también las consecuencias de no hablar las cosas, tal vez por pena, tal vez por miedo.

—Martin Vargas Morales. Alias Marto, alias Bachi, alias la pupila de mis ojos y no por verde, sino porque estás en mi y realmente no sé qué más poner aquí —ambos rieron— pero, ¿Te gustaría ser mi novio? ¿Quieres intentarlo?

La cuchara que Martín tenía en sus manos dejó de moverse, el silencio le caló unos segundos y incluso pudo sentir el aire pesado, pero casi tan rápido como se ahogaron en silencio
Martín sonrió enorme y Juan se lo regresó.

—Si —se sentó en sus piernas mientras susurraba—. Si —besó—, si, si y si.

Villa lo miró a los ojos.

Intentaron seguir comiendo, pero entre abrazos y picos, no podían. Los platos quedaron a medias.

Martín recogió sus cosas para irse, como siempre, un par de horas antes de que Juan saliera a trabajar.

—Hasta pronto, Villaco.

Por primera vez, lo extrañó tanto, lo extrañó a segundos de irse. También tuvo miedo de que no llegara o llegara en la noche llorando y con el corazón destrozado y no pudiera hacer nada.

Tuvo ganas de correr tras él, decirle que todo estaría bien aún si Juan era quien realmente necesitaba oír eso. Darle un último abrazo por si el destino decidía que sería la última vez que se abrazaran como algo.

Lo necesitó.

Ese día, por primera vez en mucho tiempo, no extrañó a Simón y extrañó dolorosamente a Martín.

COMPARAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora