Capítulo 11

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Ya habían pasado unos meses desde que Naruto y Samui empezaron su relación prohibida, un shinobi renegado y una Kunoichi leal a su pueblo, varios veces ambos habían cruzados sus caminos, todos terminaron en encuentros sexuales bastantes salvajes.

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Samui se desnudó y su ropa modificada kunoichi de Kumo quedo cuidadosamente doblada en una canasta de paja en un estante de madera, y envolvió una toalla alrededor de tonificado cuerpo al descubierto, como siempre suspiro con molestias cuando sus grandes senos tentaban el saltar del agarre de la toalla.

A veces tener unos senos tan grandes era una pesada carga, en más de un sentido, pero no lo negarían, eran más las ventajas que las desventajas, la envidia de las mujeres y deseo de su amante eran solo una de ellas.

La sala de los baños termales estaba nublada por el vapor, un ambiente agradable y confortable con azulejos blancos por todas partes y pequeñas plantaciones tropicales sobre repisas para decoración y oxígeno, pocas veces se podía dar el lujo de alquilar un lugar como este en el país de las aguas termales.

"Muy cool..." Los pies de Samui se deslizaron suavemente hacia las cálidas aguas, y cuando estuvo al borde, la toalla se desprendió, exponiendo sus hermosas curvas a la habitación y a nadie más, reviso la puerta para asegurarse de que nadie estaba dando un vistazo en el lugar equivocado, dejando de lado toalla a un lado con cuidado, se metió en el agua tibia con una toallita más pequeña en el pecho para ocultar sus pezones de color rosa pálido.

Cuando se sintió más cómoda, dio un suspiro de alivio, el calor relajante la envolvió y la abrazó como una tierna amante, ese era un sentimiento que deseaba sentir más amenudo, la vida shinobi no era una donde puedas tomarte muchas libertades y lujos, ni mucho menos momentos relajantes como este.

Dando un suspiro apoyo su cabeza en el borde se las termales para dejar que su cuerpo en su gloria desnuda sólo flotara, aunque su paz no duró mucho, escuchó el suave desliz de la puerta y sonrió de forma suave al reconocer el chakra de quien acababa de entrar.

"Espero no interrumpir" Naruto ni siquiera se molestó en usar una toalla, no tenía nada que la kunoichi de Kumo no hubiera visto.

"De hechos, llegas justo a tiempo" lentamente ella se levantó del agua, dejando que cada gota se deslizara por su glorioso cuerpo tallado por los mismo dioses, un figura delgada con curvas y caderas que harían a cualquier enloquecer.

"¿Ah si?" el le dio una sonrisa descarada cuando ella se acercó lo suficiente para estar ante el, aún si paso sólo unos meses la diferencia de estatura entre ambos seguía siendo abismal, aunque eso no molesto a ninguno de los dos.

"Si, para un masaje" en un estallido de humo ella hizo que de un sello tatuado en su brazo apareciera una pequeña botella transparente, con un líquido lúcido en el.

"¿Sigues con ese fetiche? ¿y quién lleve aceite de bebé en su equipamiento?"

"Shhhhh~" asiendo que se calle ella tomó la toalla que había dejado caer antes y la uso como almohada, para deslizarse por el suelo con calma como burla para su amante, su cuerpo desnudo quedó en el suelo boca abajo en el frío suelo se azulejos blancos, no podía decir que era la posición más cómoda debido a que sus grandes pechos soportaba el peso de su cuerpo y sus pezones se apretaban contra el suelo, "¿Vas a seguir mirándome ... o me vas a dar un masaje en la espalda?"

"…" sabiendo que no ganaría esta discusión, sólo siguió la corriente, derramando el aceite en su espalda, puso sus manos a la obra, inclinándose hacia adelante, puso sus manos sobre sus hombros, que luego procedió a amasar lentamente, sus movimientos eran firmes pero suaves, sus pulgares trabajaban las áreas más pequeñas de su cuello mientras sus palmas empujaban contra las áreas más grandes del músculo.

Icha Icha Ronin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora