Capitulo 12

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Planes

Prov. Lucas



- ¿quieres un té de especias? Me pregunta mientras se dirige a la cocina.

-claro, despues de este remojo que nos dimos podemos atrapar gripa. Dije mirándola con pucheros.

- si el problema es que te hale hacia la piscina te lo merecías, me hiciste enfadar bastante y créeme que eso fue poco para lo que te quería hacer, no estoy de acuerdo de que la persona que considero como mi hermano se este revolcando con todas mis amigas de infancia, ¡por Dios!, no es bueno, claro que no, me niego a tus actos. Dijo alterándose, provocando un rojo debajo de su cuello.

-lo siento. La vergüenza inundo mis paladares, me sentí sucio y desagradable, sin ser digno de agradarle a alguien me fui a la habitación.

subí las escaleras en desanimo, sin ganas de mirar a alguien, fue como un retroceso cada palabra engañosa que les decía a esas muchachas, sucio, era lo único que escuchaba en mi mente. Llegue a la habitación y me dispuse a buscar mi teléfono, recogí mi ropa decidido a irme a mi casa, aunque deba quedarme solo.

Miré a una esquina y vi una pequeña maleta, era mi maleta roja, la que siempre utilizaba para mis viajes vacacionales al pueblo de mi madre, mi mama dejo mi ropa como había mencionado, pero, aun así, me iré a mi casa se dónde mamá guarda las llaves de repuesto.

Me cambié la ropa mojada por algo mejor que estaba en la pequeña maletita roja, le di una ultima mirada a aquella habitación donde dormí junto a mi mejor amiga, la que es del alma y estoy perdiendo, nos estamos perdiendo.

- ¿A donde vas con esa maleta? Me pregunto mientras veía su imagen, la típica chica atleta con una toalla enroscando su cuerpo, mojada y con una taza de té con olor a especias.

- Me... iré, siento que es lo correcto, además no me siento digno de mirarte a los ojos, traicione tu confianza y me aproveche de todo. Dije mirándola tan profundo a los ojos y mirando entre veces a la padre que divide la cocina a la sala de bienvenida.

- No es necesario, ya no importa, dejemos todo en el pasado. Dijo mientras dio un paso.

- No te acerques, no trates de hacerte la de la vista gorda, ¿me dirás que no te molesta lo que hice?, es bastante obvio que es denigrante mis acciones.

- Pero...

- No des más explicaciones Miles, soy un cerdo asqueroso.

- Lucas, no es necesario.

- ¡quiero que todo el mundo se dé cuenta de que Lucas Ruiz es un cerdo! Grite alzando mis manos en forma de cruz abierta, aun sosteniendo mi maleta.

- ¡por Dios Lucas! No ensucies tu nombre. Dijo con voz susurradora y un tanto triste.

- ¿Te molesta que diga la verdad?

- No. Dijo segura.

- ¿Entonces qué?

- Me molesta que una gran persona como tu ensucie su nombre por algunos errores que cometió y se quiera echar la soga al cuello así nada más. Dijo haciendo énfasis en cada palabra que salía de sus bocas, se acerco a mi y tomo mi mandíbula entre sus manos.

- ¿Sabes algo? Me pregunto tornando su mirada a punto de echar lágrimas.

- ¿Dime que no se? Pregunte evadiendo su mirada, centre mi vista en las paredes y a la brecha hacia la puerta.

- Te quiero. Dijo apretando su mandíbula para retener sus llantos.

- ¿Como alguien como tú me puede querer?

- ¿Y como alguien como tu puede ser tan necio?

- No tengo respuestas. Dije mirándola fríamente.

- Entonces yo tampoco tengo respuesta.

- Déjame irme. Dije echándola a un lado.

- ¿Y quién cuidara de mí?

Me quede en silencio, mi madre me encargo su cuidado, estaría solo en casa, ¿me quedo?, ¿me voy?

- Yo cuidare de ti. Dije tirando mi maleta al suelo para luego darle un tierno abrazo. -siempre estaré para ti, tú siempre estarás para mí.

- Ten, este es tu té- dijo pasándome una taza.

- ¿Enserio pasaremos nuestros días encerrados aquí? Pregunte enojado mientras nos dirigíamos a la habitación.

- Claro, ¿acaso tu tienes planes para salir? Pregunto girándose hacia mí.

- No, pero podemos crear uno así salimos en grupo y adivina quien tiene licencia de conducir.

- Pues yo. Dije todo orgulloso.

- ¡No tonto! Yo tengo licencia, podemos irnos de viaje por un buen tiempo.

- Tienes licencia, pero no tienes dinero, ¡cierto! Eres hija de unos buenos empresarios con buen dinero, tienes suficiente para mantenerme a mi y a mis nietos. Dije girando los ojos mientras habría la puerta de la habitación.

- No exageres, solo son mis ahorros y si, un poco de dinero extra.

Nos sentamos en la cama y nos estábamos tomando nuestro te hasta que se prendió el bombillo de Miles.

- ¡ya se!, tengo una agenda de lugares que me gustarían visitar, déjame y los busco.

Se paro de la cama y salió por unos instantes de la habitación, tomé mi celular y tenia diez llamadas perdidas de Natali, le escribí y solo quería saber dónde estaba debido a que llamo a mi casa y mi madre le comento que no estaré por unos días.

Le comenté que pasaría una semana en la casa de Miles y no le agrado para nada, sugirió que fuera a visitarla, pero no accedí.

- ¡Aquí esta! Dijo mostrando una libreta de cuero con unas calcomanías de aviones y restaurantes.

- ¿Qué?, me vas a mostrar tu diario. Dije en tono de burla.

- Claro que no, tengo algunos lugares anotados, direcciones de hoteles, restaurantes, cines y demás.

- Oye... Natali me estaba llamando varias veces, le conté sobre que me quedaría una semana aquí y no le agrado la idea.

- Sabia que reaccionaria así, la conozco.

- Bueno, entonces, si reaccionó así porque es en tu casa imagínate salir de pasadías. Dije encogiéndome de brazos.

- Era obvio que no iríamos solo Lucas, invitaremos a nuestros viejos amigos y si quieres invitar a tu novia entonces hazlo, seria más confortable.

- Si, pero debemos planear todo bien, pedir permisos y demás.

- Ni necesitamos permiso a quienes invitare soy mayores de edad y no tienen tantas cosas por hacer y sus padres son liberales.

- Me gusta eso, si no te molesta escojamos el lugar y avisa de todo.

- La les avisé, solo falta el lugar.

- ¿Qué tal si vamos a San Juan? Propuse señalando el nombre desde su libreta.

- Claro porque no, luego vamos a San Francisco.

- Perfecto entonces cuando sería el día y todo lo demás.

- Bueno es domingo podemos partir el martes a las ocho de la mañana y llegamos aquí el viernes antes de que tu madre venga.

- Entonces... escupí mi mano - ¿hecho?...

Se escupió ella su mano – hecho.


AVENTURAS DE AMOR ''amor arriesgado'' (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora