Virgen hasta los 13

Chantaje

De toda la vida yo he estado peleada con mi hermana Mary, mi hermana es la típica adolescente popular de la preparatoria, todos lloran por ella, todos quieren con ella.
Ella va en segundo año de la preparatoria, tiene buenas calificaciones y es buena hija, es mi enemiga.
Yo sé que es una mosca muerta, se que es una zorra.
La he oído tener relaciones en su cuarto con un chico diferente cada vez. No digo nada por qué se que algún día yo voy a querer que ella guarde un secreto mío.
No me meto en su vida, pero me parece interesante lo que hace. Ella ya es grande tiene 17, puede hacer lo que quiera. Un día llegó a casa con una perforación en el ombligo y mis padres la regañaron y al final aceptaron eso, yo les pido permiso para hacerme una y me dicen que no que aún soy una niña y que no debo hacer eso ya que no me mando sola y no tengo su permiso.
Pero yo ya no soy una niña, se más cosas que la puta de mi hermana. Puedo ser mejor que ella.

Estoy llegando a la escuela, otra vez a ver las mismas caras de siempre.
Hoy me entregan calificaciones de la primera evaluación.
Reprobé 5 materias de 8.
Mis papás estarán super enojados conmigo, me castigarán. Eso no puede pasar.
Yo lo arreglaré en un momento.

Iré a la oficina de mi orientador, el se encargará de convencer a mis maestros de que me aprueben.
Primero iré al baño, necesito chantajearlo pero como no tengo dinero, lo haré físicamente.
Corto mi falda lentamente hasta que se vea algo más que las piernas, mi blusa está desabrochada, mi cabello despeinado, y tengo un labial que le robé a mi mamá.
Toqué su puerta, el estaba sentado viendo unos papeles.
-“Ema!, Que estás haciendo aquí"- dijo.

-“Ay profesor, estoy algo triste, 5 de mis maestros me han tronado, y eso no puede ser, siempre he sido buena alumna. Verdad"- dije mientras me abría de piernas en la silla.

Tenía una cara de asombro, pero a la vez de excitación.
-“Ema, por favor retirate. Si no tendré que hablar con tus papás y haré que vengan por ti."- dijo con la voz entre cortada.

-“Pero profesor, aún no me ha dejado explicarle"- abrí mi blusa poco a poco.

El se paró de su silla, cerró las cortinas y la puerta con seguro.
Lo voy a admitir, estaba asustada, nerviosa y tenía ganas de salir corriendo. No sabía que iba a pasar en ese momento. Mi orientador solo tiene 37 años, no está guapo honestamente, es casado y tiene hijos.
Estaba aterrada. Pero soy capaz de hacer lo que sea para no verme como la oveja negra de mi familia.

Entonces, me levantó de dónde estaba sentada, me tomó de la cintura y me acercó a el.
-“Exactamente, en qué quieres que te ayude"- dijo mientras me tocaba el pelo.

Me quedé callada, me alejé de el y mientras me quitaba la blusa dije: -“Mis profesores acaban de reprobarme, y usted tiene el control de las boletas, yo no merezco estás calificaciones bajas, o si?"-
Entonces seguí con la falda
-“Necesito que altere mi boleta, no quiero dieces si no una calificación aprobatoria. ¿Puede hacer eso por mi?"- dije con miedo, pero no lo demostré.

El se bajó el pantalón.
-“Claro que puedo, pero necesito que hagas tu algo por mi"- dijo.

Mierda!!
Que voy a hacer ahora, se que sigue, se bajó el pantalón, va a querer que...
Que asco. No. No.
-“Sabe que... Primero quiero ver los resultados y después usted y yo vemos lo que tenemos pendiente."- dije.
Y aceptó, así que me puse mi ropa rápidamente, salí de su oficina y me fui al baño por mis cosas.
Salí de la escuela asqueada, con miedo y un poco arrepentida de lo que hice, que voy a hacer o decir cuando quiera que le pagué eso.
Solo quiero llegar a mi casa y olvídar lo que pasó hoy.
Mis papás me preguntaron que tenía que había pasado, solo dije que estaba nerviosa por las calificaciones.
-“Espero que hayas aprobado"- dijo mi papá.

Solo sonreí y me fui a mi cuarto.
Tenía que pensar en lo que hice, si el orientador haría lo que pedí o no. Las firmas son mañana y tengo miedo de que no lo haya hecho, y tengo miedo de que si, por qué si si tendré que pagarle.
Ahí veré si mi chantaje sirvió de algo.