Psicopata.

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Es curioso como toda la gente tiene ese mismo mecanismo de pensar, nos entristecemos, reímos, lloramos, gritamos de dolor, pero ¿Quién nos escucha?, tan solo somos un grito al silencio, una llamada a la nada, lo somos todo y a la vez nada, y aun así tenemos casi el mismo pensamiento que todos.

Después de tanto esfuerzo, tantas horas, días, meses pensando, al fin pude contar toda la verdad, hice lo que quería, pero ¿a qué costo?, la perdí a ella, aunque es un precio que estoy dispuesto a pagar, después de todo ella estara bien.

-No te preocupes... te perdono, sé que lo hiciste por mi bien- dijo con lágrimas en sus ojos, se creó ese brillo en ellos como si fueran una vitrina con una de las joyas más preciosas del mundo, joyas que cada vez parecían más quebrajadas que la vez anterior.

-Muchas gracias, en serio, me alegro que entendieras eso...- sentía un alivio tremendo en el pecho, es como si me acabaran de quitar una espina enorme que tenía clavada allí, aun con todo lo que hice y con todo lo que la hago sufrir, ella sigue perdonándome y queriendo estar conmigo.

Ella me abrazo, yo correspondí el abrazo, simplemente no queríamos soltarnos el uno del otro, era la única manera donde nosotros 2 sintiéramos que éramos imparables, era la única manera en la que nos sentíamos seguros, el único lugar donde sabíamos que no nos pasaría nada malo, todo parecía estar algo mejor para nosotros hasta que él apareció.

-Adiós hija... tu mama me hecho de la casa- le dijo mientras le daba un beso en la frente, mirándome a mí con rabia, temor, incluso diría que algo de sorpresa.
-Todo es tu culpa Lucas, por tu culpa ahora la Yari no tiene su familia completa, le acabas de arruinar la vida, por eso mismo ella terminara contigo- dijo con un tono seguro, bastante confiado de lo que decía.

De seguro él pensaba que porque hice esto terminaría ella conmigo, que egoísta de su parte, como se nota que nunca supo comprender a una persona lo único que hacía era manipular a ella y su madre, era alguien bastante manipulador, narcisista y arrogante.

-Al fin tienes razón en algo basura, pero porque mejor no te callas un rato y le abres toda la boca a puñetazos, hasta quedar con los nudillos con sangre, hasta que veamos que no le quedan dientes, sabes que podemos hacerlo, tenemos el cuerpo, el intelecto y básicamente todas las de ganar.

-Uff, no sabes cómo me gustaría hacer todo eso que dices, pero sabes perfectamente que no puedo, solo empeoraría las cosas y técnicamente ya ganamos, así que no hay necesidad de eso.

-Usted solito se buscó todo esto- le conteste con un tono firme y una gran sonrisa en la cara, para que supiera que si me alegraba verlo derrumbarse como el bicho asqueroso que es.

Estaba seguro que había ganado, que lo había conseguido, ella finalmente podría ser feliz junto a mí, su familia estaría bien y todos ganábamos... pero la vida es muy injusta. Se escucharon unos gritos viniendo de la casa y logramos observar como la mama de mi novia se alejaba corriendo con un cuchillo en la mano, todos creímos lo peor, que se suicidaría, por eso mismo todos salimos en búsqueda de ella, pero en el trayecto a la Yari también se le ocurrió fugarse, eran demasiadas emociones para ella por el día, no sabía si su madre haría algo, yo creía que estaba en algo parecido al shock, mientras tanto yo estaba tan preocupado por ella, no me importaba el tipo ese, no me importaba la mamá, yo tan solo quería que ella estuviera bien y fuera feliz, por eso mismo yo solo me concentre en buscarla a ella, salí corriendo por las calles con lágrimas en mis ojos, lagrimas que el mismo viento helido borraba, no paraba de llorar, no paraba de pedirle a dios que ella estuviera bien, que por favor me la cuidara y que no cometiera alguna locura, realmente estaba aterrado... no quería perder a la persona que más amaba, no quería perder a nadie más, tan solo quería estar en paz con ella. Luego de un rato sin haberla encontrado miro mi teléfono y miro que tenía 3 llamadas perdidas de mi madre así que la volví a llamar yo, cuando ella contesto le dije.