태국 taehyungie → Taekook [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ]

041♡

—¿Éste o éste?

—La camisa, te queda perfecto lo blanco.

Jungkook suspiró frustrado.
—¿Tu dices que saldrá todo bien?
Bambam rodeó los ojos.

—Claro que si, lo haces sonar como si fueran a una cita... no es una cita, ¿verdad?–le miró acusador.

Jungkook se sonrojó con fuerza.
—¡Claro que no!–se acercó a su closet.

—Haré que te creo, pero mira, si quieres que ese rockero se fije en ti, usa esa camisa blanca junto a esos pantalones que marcan tus piernas, te aseguro que no dejará de mirarte en toda la noche.

—No es una cita, solo una reunión entre amigos–se acercó nuevamente a la pantalla—. ¿Este jean? ¿O el rasgado?–enseñó ambos.

—Mmm, el rasgado hace resaltar tu trasero, lo he visto en fotos.

—¡Yugyeom!–chilló avergonzado.

—Anda, cámbiate y déjame verte–acomodó la cámara, mientras se arreglaba un par de mechones.
A los pocos minutos, Jungkook apareció, un tanto avergonzado y dejando al más alto boquiabierto.

—Oh dios, Jungkook, luces tan sexy que haces dudar mi heterosexualidad.

—¿Tu dices que le gustará?–se paró frente al espejo, ¿realmente hacía resaltar su trasero?

—Jungkook si ese chico no se fija en ti realmente es un estúpido. 

Su celular sonó, avisando que tenía poca batería.
—Tengo que cortar, Yugyeom!

Yugyeom.
—¡Mas te vale que me cuentes todo! Adiós, bebé.

—Byee~–sonrió mientras se despedía con la mano y cortaba la videollamada.
Okey, oficialmente era una bola de nervios. Había invitado a TaeHyung y SeokJin a su casa, principalmente para que el último conozca el peli-negro, pero por alguna razón la idea de que el mayor estuviera en su casa le hacía poner nervioso, además de que le había pedido que vaya antes así podían charlar un rato.

Se peinó y perfumó por décima vez, acomodó la camisa y desabrochó los primeros dos botones, dejando ver un poco de sus clavículas.

Entonces, el timbre sonó y Jungkook casi deja caer el pote de perfume. Inhaló, exhaló y caminó con rapidez a abrir la puerta.

—Ho-hola, hyung–saludó con una pequeña sonrisa.

Su corazón comenzó a bombear con fuerza al verle, vestía simple, con su chaqueta de cuero y unos jeans un poco rasgados, pero aún así ante los ojos de Jungkook se veía hermoso.
—Jungkook... te ves hermoso–rápidamente se arrepintió—. D-digo... tu... t-te–

Jungkook rió al ver al mayor tan avergonzado, haciendo que toda pizca de nervios y tensión desaparezca.
—Tú también te ves hermoso, TaeHyungie–le tomó de la mano y le hizo pasar.