𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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❝𝑨𝒊𝒕𝒂𝒏𝒂 𝑩𝒍𝒂𝒏𝒄𝒐❞

❝𝑨𝒊𝒕𝒂𝒏𝒂 𝑩𝒍𝒂𝒏𝒄𝒐❞

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Isabella Rodríguez

Engañada, me siento estafada. Luego de decirle a mis padres lo de la beca en el RVC me sentí un poco confundida cuando mi madre dijo "No te preocupes por el dinero", no estamos maaaal mal mal, papá y mamá tienen un negocio ahí que bueno, no tengo un Bugatti pero no me quejo. Luego me dijeron la razón. Les contaré el beta todo desde el principio para que puedan entender la vaina.

Mami siempre nos ha hablado tanto a Andrés y a mi sobre la Tía Aitana, de pana no me acuerdo mucho, ella murió cuando yo aún era muy pequeña, lo que más recuerdo de ella era que nos consentía mucho y era muy dulce. Luego de que crecí entendí la razón, la tía Aitana no podía tener hijos, era estéril, su esposo la dejó por otra que si pudiera darle hijos, pero la "perra empoderada" de mi tía le quitó todo lo que tenía por mamaguevo, palabras de Sarah Rodríguez, no mías.

Aitana pasó por un mal momento, pero luego con el dinero que obtuvo después del divorcio inició un pequeño negocio que eventualmente se fue expandiendo, ella siempre supo que sería de su fortuna si le llegara a pasar algo, sólo que nunca hubiese sabido que su deceso llegaría tan pronto. El primero de agosto del año 2009 Aitana Blanco falleció en un accidente de avión, se encontraba viajando hacia Francia para finiquitar unos pendientes con un socio allá.

Al no tener herederos o un marido al cual dejar toda su fortuna ella dejo en un escrito que le dejaría todo el dinero a los que fueron como sus hijos, sus tesoros como ellos solía llamar a sus sobrinos Andrés e Isabella. Lo usarían cuando fueran mayores.

Ajá, de seguro también se hacen la misma pregunta que yo me hice cuando me echaron el cuento ¿qué pasó con la empresa de la tía Aitana? Resulta que en la familia de mi mamá al parecer todos excepto la tía Tana son una mierda, para empezar ellos nunca aprobaron la relación de mis padres y le dieron la espalda luego de saber que mi madre, Saharah Blanco una chica de familia europea pudiente esperaba un bebé de Raphael Rodríguez, un simple venezolano de clase media. Ellos al enterarse de que todo lo que la tia Aitana tenía iba a ser nuestro hicieron lo posible para que eso no sucediese, pagaron los mejores abogados logrando quedarse así con las acciones de la empresa y las propiedades que poseía Aitana Blanco, dejándonos solo con una cuenta de fondos considerablemente grandes que específicamente decía que era nuestra en el testamento a medias que dejó La tía Tana ¿ven porque digo que son una mierda? Sorry, es que les tengo mas arrechera que a la vieja Teresa, échenle bolas.

Y ahora yo usaría esa plata pa' irme a Londres a iluminarle el mundo a los británicos con mi presencia, o sea soy rica y no lo sabía.

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Luego de echarle el cuento a Oriana del porqué será posible que me vaya a Londres por tres semanas.

—Brutal—dice con su boca formando una gran "O"—¿te imagináis que llegando a Londres salga tu abuela y te diga que eres una princesa? Nawebona de arrecho, eso es lo único que falta.

—Deja la mariquera, chica, tu sabes lo que opino yo de esa gente—ellos jamás quisieron saber de mi, lo que es igual no es trampa ¿rencorosa yo? Nada que ver.

—Está bien está bien y cuéntame ¿ya compraste tu boleto de avión?—dice cambiando de tema.

—De eso quería hablarte... Me iré pasado mañana—suelto mientras cubro mi cara con las dos manos porque estoy clara de cómo va a reaccionar Oriana.

Después de un largo silencio la escucho decir.

—¿Cómo es la verga?—exclamó la dulce princesa mientras con algo de brusquedad distintiva de ella me aparta las manos de la cara, es qué hay que ver que es ordinaria la carajita—No puedes irte pasado mañana ¡es muy pronto! Dijeron que debías estar allá en una semana.

—¡Lo se! Eso mismo le dije a mis padres, pero dicen que debo irme antes para buscar alguna residencia o apartamento y estar las tres semanas.

Okay, mentiría si dijera que no estoy cagada por esto de irme del país yo sola por tres semanas, digo, jamás he estado sin mi familia por mas de una semana, jamás me he subido a un avión y después de lo que le pasó a la tía Aitana no es como que estoy emocionadísima por pasar quince horas en uno, pero nojoda, también los estaría cayendo a coba si dijera que no me quiero ir de esta mierda, que arrechera no tener luz ni agua ni un coño nunca.

—Te voy a extrañar burda—dice Oriana a punto de llorar.

—Ay Ori, no llores por favor, sabes que si tú lloras yo lloro—la abrazo fuertemente mientras empiezo a llorar.

¿Qué les puedo decir? Soy mariquisima pa' estas cosas, no puedo ver a alguien llorando porque allá voy yo también a llorar, mi mami siempre dijo que soy muy empática, que no me avergüence de ello que el mundo necesita más personas así, por eso la verdad me importa muy poco que la gente crea que llorar es de "débiles".

𝑹𝑶𝑶𝑴𝑰𝑬𝑺 || 𝘛𝘰𝘮 𝘏𝘰𝘭𝘭𝘢𝘯𝘥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora