¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Isabella Rodríguez
Vamos en el carro así, Tom al volante con Sam de copiloto y Linguine conmigo atrás.
—Marico, eres igualito ¿Sam, verdad que es igualito?—pido la opinión de Sam y lo miro esperando su respuesta.
—Hasta en lo de no saber cocinar se le parece—concuerda su gemelo conmigo.
Estamos teniendo una charla del parecido que tiene Harold con Linguine, el carajo medio gafo de ratatouille, están claras que se parece burda.
—Cambiando de tema—interrumpe mi futuro esposo, no es difícil de adivinar quien es, su nombre empieza por T y termina con Om Holland—¿quién tiene hambre?.
Verga yo, la verdadera pregunta sería ¿cuando no tengo hambre?.
—Yo tengo como por allá lejitos ¿por qué?—digo para no verme tan lambucia.
—Yo también, se supone que Linguine iba a hacer el almuerzo, pero obviamente no lo hizo—añade Sam.
—Gracias, Sam—dice irónicamente—sabes que la cocina y yo no nos llevamos bien.
—Somos dos, entonces ¿McDonald's o Nando's?—pregunta Tom.
•─────────────────•
—¿Cómo se te dañó el teléfono?—escucho hablar al ruloso con el que he agarrado mas confianza, de pana Harry y yo ya nos hablamos como si fuéramos bffs.
—Se me cayó en la poceta mientras me bañaba—respondo simple. Los pondré al tanto, Sam y Tom están en el McDonal's pidiendo la comida, a mi y a Harry nos dejaron en el carro esperando como los propios perritos.
—JAJAJA que tonta—nada más escucho como él webon al lado mío se está cagando de la risa.
Este si es arrecho.
Yo agarro y le meto un lepe pa ver si va a seguirse riendo.
—Ay ¿vas a llorar?—ahora es mi turno de burlarme de él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.