Capítulo 18

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A pesar de todo, Jungkook volvió al colegio al día siguiente después de semanas de no asistir.

Caminaba por los pasillos aún lastimado por lo que vio ayer, mientras se dirigía a su salón se cruzó con Rosé.

—Hola —le dijo a la rubia, ella se giró y lo miró confundida

—¿Qué quieres? —preguntó seria

—Sobre lo que pasó...

—Jungkook, déjame en paz —no lo dejó terminar de hablar —ya me cansé de ti, lo siento

—¿Qué quieres decir? —dijo entristecido

—Terminamos —mencionó directamente —estoy terminando contigo Jeon Jungkook

—¿P-por q-ueé? —se le formó un nudo en la garganta

—Simplemente ya no quiero estar contigo Kook, adiós —se dio vuelta dejando solo al menor

Él se fue corriendo al baño de inmediato antes que alguien lo viera. Estando allí se derrumbó, después de todo lo que le pasó quiso no sentir, no existir.

Jimin ingresó al baño viendo ahí tirado a Jungkook, rápidamente se acercó a él preguntándole si estaba bien.

—¡Aléjate! —gritó el menor golpeando al rubio —no te quiero ver Jimin

—Kook...

—Rosé terminó conmigo, ¿qué más quieres?

—Jungkook, ella me besó —reiteró

—¡Y tu te dejaste! —chilló —nisiquiera la evitaste, simplemente te gustó, ¡eres un maldito hijo de puta!

—Kook perdóname —comenzó a llorar —yo no quería, perdóname

—Jódete Park Jimin, nunca en mi vida te perdonaré —se paró alejándose de él —no te quiero volver a ver jamás y yo mismo le diré a mi mamá que no te deje pasar a la casa —¡te odio! —mencionando esto lleno de furia salió del baño y del colegio, regresando a su casa

Su tía estaba arreglando algunas cosas porque ya se acercaba la navidad, era el primer día de Diciembre y cada año hacían ese tipo de preparativos.

De pronto vio entrar a Jungkook, se sorprendió ya que era temprano, lo notó triste y se acercó.

—Jungkook, saliste temprano hoy, ¿qué pasó?

—Rosé... ella... ella... terminó conmigo —si tía apenas lo vio llorar lo abrazó sobando su espalda

—¿Terminó contigo?, ¿Cómo es posible si ustedes estaban bien, hace días cumplieron un mes cómo novios

—Yo... —la miró —yo la vi besándose con Jimin —sollozó otra vez

—Oh... lo siento mucho Jungkook

—Por favor no le digas nada a mi mamá

—¿Decirme qué? —bajó las escaleras confusa y al ver llorar a su hijo se acercó a él preguntando que pasaba, el pelinegro no tuvo otro remedio que contarle

—…se besó con Jimin

—¿Qué?, no puede ser, ese Jimin nunca me dio buena espina y Rosé parecía una buena chica, no puedo creer que te haya hecho daño —lo abrazó —ella no te merece, hay chicas mejores Kook, te lo prometo

—Gr-gracias mamá —se secó las lágrimas

—¿Quieres ayudar a poner el árbol de Navidad? —preguntó su tía queriendo que se sienta mejor

—No, no estoy bien, necesito estar solo

—No importa Kook, ve —respondió su mamá

El menor subió a su habitación y se dejó caer en toda su cama, se colocó en posición fetal abrazando su peluche, quería dormirse olvidando todo, olvidando que está vivo.

[…]

En las últimas tres semanas Jungkook no salió de su cuarto, su mamá llegó a comprenderlo e iba a ver como estaba cada vez que podía, le llevaba comida y le contaba chistes muy malos, el menor sonreía levemente pero volvía a estar triste. Su madre se estaba preocupando más por él y no quería verlo así.

—Jungkook, no debes quedarte toda una vida llorándole a una chica que seguro ni le importas, vales mucho más que ella, de verdad, Rosé no merece tus lágrimas y mucho menos Jimin, lo que tienes que hacer es salir de esta habitación y demostrarle al mundo quien manda, ¿lo harías?

—No lo sé

—Esa no es una respuesta —lo miró —, mañana es el último día de clases antes de las vacaciones y te reto a que vayas  como todo un ganador, que des a entender que nadie te vencerá, ¿sí?

—Bueno... —sonrió —está bien

—¡Ese es mi hijo!

Al siguiente día Jungkook reapareció después de un largo tiempo, todos se le quedaron mirando, sobre todo las chicas, les pareció que él estaba más atractivo que antes y no quedaba duda, él venía renovado.

Entró al salón robándose las miradas, estaba totalmente vestido de negro, ¿cómo no iba a llamar la atención?.

—Vaya Jeon, ¡resusitaste! —dijo sentándose al lado de Jungkook

—Cállate Félix —lo empujó en modo de broma

—Pensé que ya no ibas a aparecer por lo de Rosé y Jimin

—¿Lo sabes?

—Lo sabe todo el colegio, ellos son novios

El pelinegro lo miró esperando que sea broma lo que aquél chico acababa de decir pero supo que no cuando vio entrar a los dos mencionados tomados de la mano llegando a salón. Se sentaron juntos aún riéndose sin haber notado al menor.

Y es que así fue como se sintió el Jungkook en ese instante, como alguien invisible que nadie notaría aunque estuviera muerto y cada vez que lo pensaba lo deseaba más...

Mi Primer Amor | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora