Mi Primer Amor | TaeKook

Capítulo 14

Pasaron al rededor de dos semanas, Rosé y yo nos llevábamos super bien, demasiado a decir verdad, aún somos amigos, le dije que sólo la veía de esa forma y ella entendió, me gustó su reacción, por un momento pensé que se molestaría y no me hablaría nunca más pero fue todo lo contrario.

Dejé de ir a la casa de Jimin y él dejó de visitarme, tiene miedo de mi mamá, aunque le dije que con él no hay problema igual se niega, solamente nos vemos en clases.

Cada vez que salgo del colegio miro al lugar donde Taehyung siempre me esperaba aunque sé que ya no volverá a estar ahí. Él ya no me habla como antes, no debería incomodarme pero ahora es una simple conversación, como si fuéramos dos desconocidos que su primera vez hablando fue por Messenger.

Me duele leer eso, no importa que cosa le diga, siempre sonará cortante así que dejé de hablar con él, me dolía en el alma y no podía hacer nada para remediarlo.

¿Cómo se pudo cortar todo tan fácilmente?

El menor estaba aburrido, su mamá había salido a la iglesia y como siempre no llevó su celular, el suyo se había quedado sin batería y quería terminar el juego que tanto le gustaba.

Tomó su teléfono y entró a Play Store, de inmediato lo descargó y mientras tanto entró a la galería, sólo eran fotos familiares. Salió de allí y entró a WhatsApp.

-Al parecer ella si puede tener y yo no -dijo en voz alta refiriéndose a la app

De pronto algo llamó su atención, era la imagen de Taehyung que estaba en uno de sus contactos, frunció el ceño y entró. Ella había hablado con él.

-¿Cómo pudo hacer eso? -se preguntó sintiendo un nudo en su garganta

La conversación era de hace 15 días, por esa razón era que Taehyung estaba muy cortante cuando hablaba con él, por culpa de su mamá.

-Mierda... -salió de WhatsApp y borró el juego que ya había instalado

Volvió a su habitación se tiró en la cama, comenzó a llorar lentamente, se sentía cada vez peor, ¿qué hizo mal?, ¿de quién fue la culpa?, no servía de nada hacer esas preguntas cuando ya era demasiado tarde.

En ese momento sintió que una persona en todo el maldito mundo quería que él estuviera bien. ¿Cómo lo iba a hacer si cada vez se sentía peor? No importa que pasara, todos los días se sentía triste.

[…]

Los días pasaron y Jungkook no quería salir de su habitación nisiquiera a comer, aún recordaba los bonitos ojos de Taehyung mirándolo sólo a él, de un momento a otro dejaron de hablar.

Nada era igual, Jungkook no quería hacer ninguna actividad, no salía de su cama para nada y parecía que a su mamá ni le importaba, no venía a preguntar como estaba, y así era mejor, ¿qué le iba a decir?, ¿que quiere dejar de existir?

Mientras estaba tirado en su cama mirando al techo de la habitación escuchó la puerta abrirse, era su papá, vino a traerle el almuerzo y un poco de agua, lo dejó a un lado y se sentó en la cama.

—Hijo… —el menor miró —deberías salir uno de estos días

—No tengo ganas

—Esto es difícil, no diré que te entiendo porque no es verdad, tu y yo casi nunca hablamos pero eso no significa que no me preocupe por ti, de verdad me importas y quiero que seas feliz —el pelinegro volvió a llorar con sus palabras —Jungkook, te quiero y te apoyo, no importa si te gustan las mujeres o los hombres, eso no es importante para mí, tu eres y seguirás siendo mi hijo y eso nunca va a cambiar, o ¿acaso has matado a alguien?

—No... —respondió llorando

—Y espero que nunca lo hagas porque eso no te lo perdonaré —rió

Jungkook lo abrazó lo más fuerte que pudo, sonrió sabiendo que había alguien de su familia de su lado, alguien que jamás creyó que lo estaría.

Su papá se levantó y cerró la puerta dejándolo sólo, los sentimientos de felicidad y tristeza se juntaron, después de todo comió lo que él le trajo, sabía muy mal y dedujo que lo había preparado él, aún así estaba feliz.

En ese momento recibió un mensaje de Rosé.