Epílogo.

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Palabras de la escritora de aquel tiempo cuando se subió esta historia:

"Bien. Llegamos al final.

No daré un discurso largo ni nada de eso. Solo diré gracias. 

Espero les guste el epílogo... Y que no me maten por él. 

Lo siento... "

***

La rutina de la familia Son-Myoui era simple.

Mina era levantada temprano por su esposa para hacer el desayuno mientras Chaeyoung despertaba, duchaba y vestía a la pequeña Miihi para finalmente dejarla en el preescolar e ir a sus trabajos.

Chaeyoung: Amor -Llamó a su esposa acariciando su espalda desnuda bajo las sábanas azules colocadas en aquel sofá convertible. Continuaban viviendo en el departamento que Jihyo les había dado cuando se casaron, así que no les había quedado más remedio que cederle su habitación a su pequeña hija y mudarse a la sala-. Es hora de levantarse, Mina -Susurró contra su oído besando dulcemente su mejilla, justo en el lugar en donde la chica tenía la pequeña cicatriz de aquella vieja caída de las escaleras.

Mina: No quiero levantarme -Se quejó con voz ronca, cubriendo su cabeza con la sábana y acurrucándose al cuerpo de Chaeyoung, sólo cubierto por unas bragas blancas y un brasier de lunares (No haré la aclaración en esta parte porque supongo que el dato de nuestra filosofa favorita ya se habrá grabado en sus mentes).

Chaeyoung: Tienes que hacerlo -Murmuró levantando las sabanas para encontrarse con los ojos cerrados de su esposa.

Mina: No puedes decirme eso cuándo es tu culpa que este tan cansada -Se quejó mientras se quitaba la sabana de encima y comenzaba a estirarse y bostezar.

Chaeyoung: Es tu cumpleaños, y quería ser la primera en regalarte algo... Además, estoy segura de que esta noche estarás muy cansada luego de la fiesta, así que no podremos hacer...

Mina: Lo entiendo -Suspiró levantándose, colocándose la ancha camisa de Chaeyoung que había quedado tirada sobre el suelo la noche anterior sobre su piel completamente desnuda. Tenían suerte de que Miihi durmiera tanto, porque si no ya habrían tenido que pagar varias sesiones de terapia-... Lo que realmente no entiendo es como tú, aun después de ocho años de matrimonio, no me has regalado una estúpida fusta...

Chaeyoung: Te la regalare cuándo la necesites... -Murmuró con voz ronca y una divertida sonrisa en su rostro.

Mina: La necesito ahora.

Chaeyoung: No. Ahora lo que necesitas es preparar el desayuno mientras me ocupo de Miihi. Después podríamos discutir sobre la fusta -Susurró con firmeza antes de levantarse e ir al baño, sabiendo que su esposa había tenido una buena vista de su cuerpo semidesnudo en el camino-. Y feliz cumpleaños -Dijo girando a mirarla con una sonrisa, encontrando los ojos de su mujer caminando tras ella fijos en su trasero.

Mina: Aun no entiendo como sigues viéndote tan perfecta luego de tantos años -Susurró entrando al baño tras ella comenzando a cepillar sus dientes mientras Chaeyoung decidía tomar una corta ducha-. Yo tengo las estrías del embarazo...

Chaeyoung: Son las estrías más bonitas que vi -Afirmó mientras abría la ducha, el agua tibia golpeando su piel con fuerza-. ¿Quieres ayudarme en esto?

Mina: Lo siento, amor. Eso solo nos distraería, y Miihi tiene que llegar a tiempo, al igual que tu...

Chaeyoung: ¿Qué hay de ti?

Mina: Pedí un día libre. Quiero terminar de escribir mi libro.

Chaeyoung: ¿John y Amy tendrán un final feliz? -Quiso saber.

La Chica De La Ventana (Michaeng adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora