Viejos conflictos y amistades peculiares. Parte 1

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Llegue a casa completamente exhausta. Mi día había sido de lo más pesado, y por desgracia aun no acababa. Haciendo un último esfuerzo termine el trabajo de hoy y adelante gran parte del de mañana. Finalizando todas las tareas, agradecí al personal y los felicite por su gran trabajo y desempeño, los envié a descansar, verifique unas ultimas cosas y me dirigí, finalmente, a dormir. Sé que tal vez se estén preguntando por que debo descansar; para que sepan, realmente no necesito dormir, pues al ser un espíritu, puedo permanecer despierta por siempre sin la necesidad de dormir al igual que los humanos; pero eso no significa que tanto mi mente como mi cuerpo no se cansen.

A veces, cuando los días son tan pesados como este, mi mente suele encontrarse bastante agobiada y agotada. Mi cuerpo se siente más pesado y me cuesta bastante más realizar mis tareas diarias, por lo que una buena siesta siempre viene bien.

Una vez entre en la habitación deje caer mi cuerpo sobre la mullida y cómoda cama, cerrando los ojos y entregando mi mente al reino de Morfeo.

(3 horas después)

Desperté de un buen ánimo y con la energía renovada. Salí de mi cuarto rumbo a las cocinas donde comí un rápido desayuno/almuerzo/cena (no muy consciente de la hora), para luego dirigirme a la sala concordia. En el camino me cruce con varios elfos quienes me informaban sobre la situación laboral; contenta de que todo estuviera resultando bien llegue a la sala y me dispuse a continuar con el trabajo del día.

Luego de unas cuantas horas y de notar que el sol comenzaba a salir, escuche el sonido de varios pasos acercándose y una voz llamándome.

Dirigí mi atención a los recién llegados encontrándome con los guardianes siendo escoltados por uno de los guardias Pegaso. No me sorprendí de encontrarlos ahí, más esperaba haber podido librarme de ellos durante unos cuantos días; tristemente, y para mi desgracia, eso no sucedió.

- Guardianes. - Salude comenzando a trabajar - ¡Liff! - llame a la pequeña fairy - Por favor ordena el calendario de festividades del próximo año.

- ¿Tan pronto? - cuestiono. Yo asentí.

- Quiero mantener todo lo más organizado posible, presiento que este será un año ocupado. - la pequeña criatura asintió y salió de allí. - ¿No se dan por vencidos tan fácilmente, ¿verdad? - comente dirigiéndome a los guardianes que me observaban.

- No. - respondió Tooth - No somos conocidos por rendirnos. - agrego sonriente.

- Eso veo. - conteste volviendo mi atención al trabajo.

Mi humor había mejorado considerablemente; aunque aún me veía recia a pertenecer a los guardianes, soportaba más su presencia, siendo un poco más cortes con ellos. Claro, salvo con cierto panzón.

- Supongo que vienen a insistir. - mencione sin mirarlos.

- Supones bien. - respondió la voz de Jack sobre mi cabeza.

Levante la vista para observar al chico flotando despreocupadamente cerca del techo.

- Y yo supongo que volverás a negarte - intervino conejo.

- Supones bien. - garantice imitando al albino.

Lleve mi atención a algunas Fairies que me informaban de ciertos desperfectos en el taller. Mientras estaba en eso un joven albino me llamo pidiendo mi atención.

- Oye Songs, ¿Por qué tienes a todas esas criaturas extrañas aquí? - lo mire de reojo sin quitar por completo mi atención del trabajo.

- Son mis ayudantes. Ofrecieron sus servicios a mi hace cientos de años. - conteste.

La Guardiana de la Armonía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora