The calm before the storm V

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- ¡HORACIO! POR FAVOR, NO ME HAGAS ESTO – apenas se comprendía lo que decía, sus gritos mezclados con llanto eran indescifrables-

- P-pero de que estas hablando *coff coff* s-si no me fui a ningún lado, c-comisario bombón – su voz apenas tenia fuerza pero con una sonrisa en su rostro logró iluminar toda la habitación-

- P-p-pero no entiendo, tú... - Volkov estaba confundido, apenas lograba entender, le habían disparado –

- Ashh que problemas que das Horacio – Gustabo saltó desde arriba de la viga y cayó al lado de su compañero - ¿Ahora quien tiene mala puntería? – golpeó levemente el hombro de su compañero mientras lagrimas recorrían sus mejillas- Ahora, arriba que tenemos que seguir salvando a la ciudad hermano.

Volkov con los ojos abiertos, se dio vuelta para ver al secuestrador, se encontraba en el piso alrededor de un charco de sangre, el disparo había salido del arma de Gustabo

- ¡TRAIGAN A LOS MEDICOS DE INMEDIATO, QUIERO UNA AMBULANCIA PARA CADA AGENTE YA!

En segundos en lugar se volvió un desfile de médicos, el primero en ser atendido fue Horacio

- Necesitamos llevarlo al hospital de inmediato, perdió mucha sangre, informen al hospital

Los médicos llevaron a horacio en la camilla que poco después se desmayó a causa de la perdida de sangre. Volkov saltó en la ambulancia sin pensarlo y lo acompañó al hospital.

Apenas llegaron los médicos corrieron hacia el quirófano, Volkov sostuvo su mano desde el primer momento, pero las enfermeras le prohibieron el paso. Su alma salía de su cuerpo al mismo tiempo que su mano soltaba la de Horacio. Una de las enfermeras vio como desde su brazo chorreaba sangra y manchaba el blanco piso.

- Señor, tiene que tranquilizarse, está herido, deje que lo atendamos – ni la fuerza de tres enfermeras podían parar lo que sentía, empujaba con fuerza hacia la puerta, pero su cuerpo colapsó al perder de vista a su amado - ¡Señor! ¿Me puede escuchar? ¡Señor!

Sus ojos se iban cerrando lentamente mientras las puertas se cerraban, una fría y solitaria oscuridad. Su cuerpo dejó de funcionar, la adrenalina se había acabado y con ella su fuerza. En un segundo estaba en el piso pintando el bello piso de rojo.

Lentamente abrió sus ojos, apenas sentía su cuerpo, lo único que podía sentir era un calor y dolor extremo en su brazo derecho. A su izquierda estaba Gustabo sentado con un vaso de café mirando hacia la ventana donde se podía ver la puerta del quirófano. A su derecha se encontraba Conway, ambos tenían vendas por todo el cuerpo, pero no parecía ser nada grave. Poco a poco pudo mover su cuerpo, no lograba recordar que había pasado hasta que una voz se le apareció en su cabeza "solo quería escuchar tu voz por última vez y decirte que te amo...". Abrió sus ojos rápidamente y con ese golpe de energía logró sentarse, sus primeras palabras fueron

- ¡Horacio!

Gustabo y Conway saltaron al escuchar el grito, pero con una sonrisa en su cara dijeron

- Pero bueno, la bella durmiente se levantó – dijo Gustabo con una sonrisa cortada –

- Me alegra que estés bien y energizado Volkov, pensé que te rendirías. No puedo creer que te hayas desmayado por un disparo en el brazo, definitivamente eres una niña. – Conway trató de sacarle una sonrisa, pero los ojos de Volkov se volvían cristalinos a cada recuerdo que volvía.

- ¿C-cómo esta Horacio? – su voz temblaba, temía saber la respuesta, no quería saber pero al mismo tiempo quería saber si estaba bien.

Me gustas ¿te gusto? [VOLKACIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora