Los mandamientos de las 5 hijas de p*ta

Capítulo 1: Inicio

¡Hola! 

Hoy me ha atacado la gripe y me tiene con una mucosidad del carajo.  Hace poco comenzó a llover a cántaros y me siento como para contarles una historia que mi mamá me narró y que considero muy interesante.

Todo comienza con Alba, ella nació en el 1952, un domingo 23 de marzo y su nombre fue dado como símbolo de un nuevo amanecer. Era de piel taína y dos días antes había sucedido el primer concierto de rock en la historia. El chisme voló rápido, ni siquiera fue en su país pero en ese concierto comenzaron a mezclarse negros y blancos; por eso le llamaron Alba, porque era el comienzo de nuevos días.

Por la pobreza, a los 15 años se fue a vivir con un hombre que intentó darle lo mejor que pudo, la embarazó y luego murió en un accidente. Me contaron que el caballo que tenía le había pateado la cara y que se había ahogado en su propia sangre. Nació su niña cuando ya tenía 16 años, le llamó Bárbara, una trigueña hermosa, igualita a su mamá. Entonces tuvo que mudarse, irse a vivir con un hombre blanco y mayor que no tenía otro deseo que no fuera el poder usarla como diera gusto y gana. La pobre Alba, aguantaba todo eso, golpes, maltratos, labios rotos, moretones; nadie que la defendiera y prefería tener dónde dormir, dónde comer y vivir con un demonio blanco bajo el mismo techo a tener que ver a su niña morir de hambre y frío en la calle.

Este cabrón la obligaba a los quehaceres de la casa, a ligar cemento, limpiar, sembrar, incluso a acostarse con otros hombres que pagaban por estar con ella; ya se había acostumbrado.

Cuatro años después, en el 1972, nació Cecilia y para el 1981 ya su quinta y última hija, Jimena, tenía dos años; primero estaban Susana y Genoveva.  Cinco hijas y demasiado sufrimiento bajo el techo de un machista abusador. Bueno, no les seguiré aburriendo sobre todo el abuso, todo surgió igual hasta el... no lo recuerdo, ¡vuelvo rápido! le voy a preguntar a mi madre en qué día fue, solo sé que era en despedida de año.