Epílogo

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LO QUE AMO DE TI

YoonGi deslizó la yema de sus dedos sobre la cremosa piel del menor tratando de grabarla con fuego en su mente, Jimin se removió entre sueños sonriendo por las caricias de su esposo.

¡Oh que bien se sentía decirlo Su Esposo!.

Retuvo la alegría que eso provocó y se removió de nuevo.

— Buenos días Osito— susurró, el alfa repartiendo besitos húmedos en la nuca del rubio.

Jimin sonrió con los ojos cerrados.

—Buenos días cariño~—regreso mimoso por ser despertado dulce y deliciosamente por su pareja.

Jimin se volteó para besar los labios delgados y apetitosos de YoonGi sonriendo.

—Es hora de levantarse— insto el pálido.

—No quiero~— dijo aferrándose al cuerpo del alfa.

—Alguien amaneció cariñoso hoy—besó la nariz del omega con dulzura.

Jimin sonrió embobada viendo a su lindo esposo ser tan atento y cariñoso, el mismo acarició el cabello rubio de su malcriada pareja sonriendo cuando éste se pegó más a su cuerpo delineando con su nariz sobre su cuello buscando el exquisito aroma que desprendía su alfa, a YoonGi ya no le sorprendía que su osito actuara meloso, desde hace algunas semanas el menor estaba detrás de él como el lindo osito todo mimoso y pegadizo que se escabullía a donde el alfa estuviera incluso cuando se duchaba, cosa que no le desagradaba en absoluto.

Dejó de pensar y acarició de nuevo la suave piel de Jimin, por hoy quería disfrutar del día junto a su omega.
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Jimin levantó la cabeza para ver que YoonGi durmiera profundamente y sonrió dándole un beso en la nariz, desenrolló el brazo que apresaba su cintura y salió de la cama a buscar su cuaderno rosa, ese que su lindo esposo había intentado quemar en secreto. Lo encontró en el armario y se escabulló hacia el living para preparar la sorpresa que tenía para él.

El menor sonrió por el recuerdo delineando la tapa del estuche y lo abrió, sentándose en el sofá tomó el lápiz de nuevo colocándolo contra el papel escribiendo en una hoja en blanco.

Lo que amo de Min YoonGi.

Jimin amaba cuando su esposo actuaba como una niño pequeño, todo consentido y mimado, amaba que fuera celoso, solo un poquitín por que lo veía formar esa linda arruguita en sus cejas, amaba cuando YoonGi le sonreía mostrándole sus encías, amaba cuando lo cargaba en sus brazos, amaba cuando se avergonzaba cuando le decía que lo amaba, sus lindos sonrojos tiernos cuando tomaba alcohol o aquellos pequeños detalles que hacia creyendo que Jimin no los notaba, amaba que se mostrara frío con otros cuando en realidad es un gran gatote amoroso en los brazos del rubio. Amó cuando YoonGi dijo que su tipo ideal solo debía ser Min YoonGi, Jimin amaba cuando su esposo era divertido, amaba cuando le hablaba de su trabajo, amaba cuando le hacia el amor lento y cariñoso, amaba que YoonGi lo abrazara de noche cuando tenía una pesadilla, cuando estaba para él en las buenas y en las malas, amaba cuando era tierno, amaba cuando creía que Jimin estaba distraído y lo contemplaba embobado con un brillo en sus ojos mirándolo a él y sólo a él. Amaba cuando sabía que no tenía la razón, pero su alfa se la daba, amaba que YoonGi peleara con sus propios temores solo para protegerlo como aquella vez que huyó de una rata y su esposo la mató aunque las odiara con toda su alma, Jimin amó cada segundo en el cual YoonGi colocaba el anillo en su dedo o como lloró mientras lo abrazaba y besaba su labios diciendo "ahora si es para siempre" por que el corazón del omega había amado a ese chico desde que lo vió por primera vez. Jimin amaba a YoonGi, todo de él.

El menor dejó de escribir sonriendo, apretó contra su pecho el cuaderno y subió de nuevo las escaleras, su esposito mimado aún seguía durmiendo sobre la cama con el cabello despeinado cubriendo su cara. El omega abrió la libreta donde había escrito todo y de dentro de sus pantalones sacó el test de embarazo que había aguardado desde hace dos días dentro de su mesita, en ella resaltaban aquellas dos líneas moradas que confirmaban lo que su omega le había estado susurrando desde hace algunas semanas. Besó los labios de YoonGi, quien se removió, y salió de la habitación que compartían, para esperar pacientemente a que su esposo bajara frenético una vez supiera la noticia.

Después de una media hora Jimin se extraño de que el alfa no bajara y decidió que subiría a ver que su esposo no se hubiese desmayado de la impresión.

Cuando abrió la puerta se dio cuenta que YoonGi no estaba en la cama y que el cuaderno rosa y la prueba seguían igual, Jimin temió que su esposo no estuviera listo para procesar tamaña de sorpresa por parte del rubio por que al principio no se había mostrado entusiasmado, se acercó a la pequeña mesita donde reposaba su libreta abierta con los ojos comenzando a llenarse de agua cuando vio la letra de YoonGi impresa debajo de la suya.

Lo que amo de Park Jimin: Todo.

Decía, los ojos del menor se llenaron de lágrimas, sintió como los brazos de su pareja se enganchaban en su cintura, su olor lo reconfortó mientras éste repartía besitos desde su hombro.

—Y-Yoon — gimoteo.

El alfa le dió la vuelta y lo abrazó con fuerza.

—Algún día vas a matarme. Park Jimin— dijo con la voz quebrada—Maldición... Es que—no pudo terminar la frase y Jimin sintió miedo.

—¿Estas enfadado?—preguntó temeroso.

YoonGi separó el cuerpo de Jimin del suyo y sus preciosos ojos chocaron con los contrarios, los ojos del mayor inyectados en sangre tomaron un brillo casi sobrenatural.

—¿Enfadado?, no podría estar enfadado yo...yo no se que decir estoy tan emocionado ¿Un bebé? ¿de ti y de mi? ¿Es real?— el pálido juntó su frente con la de su pareja incrédulo derramando las primeras lágrimas.

—Es real— susurró Jimin.

YoonGi sonrió entre lágrimas atrayendo al omega hacía su cuerpo, besándolo y levantándolo del suelo dando giros.

—Te amo, Te amo— murmuraba — juro que seré el mejor esposo y padre, te cuidaré los cuidaré a ambos—Decía, no cabía en felicidad, por que formaría su propia manada con el amor de su vida mientras posaba su mano sobre el plano vientre del rubio.

Jimin también derramó lágrimas abrazándolo de vuelta.

Sus ojitos buscaron los de su esposo una vez rompió el abrazo y entre las gotas calientes que surcaban sus mejillas sonrió achinando sus ojos y mostrando sus dientes.

—No debes jurarme nada Yoonie, por que ya lo has hecho todo. Eres el mejor esposo, alfa y ahora también serás el mejor padre, de eso no tengo ninguna duda por que eso es lo que amé, lo que amo, lo que amaré de ti— y juntó sus labios con los de su pareja en un beso lento, sintiendo la calidez y el amor del otro, con sus corazones reconociéndose una vez más y susurrando el para siempre que ambos querían.

Fin.

¡Lo odio tanto como lo amo! (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora