Streamers | Huening Kai

𝟎𝟔 Jadeos a solas

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐈𝐒
Jadeos a solas

—Mhm, sobaka, ¿estás en tu cuarto? —preguntó Alek con la voz ronca, acababa de despertar.

—Si, mis papás salieron hace poco —Kai se acomodo sobre la cama y jadeo en el proceso.

—Uhm, ¿qué pasa? ¿estas bien?

Kai trago saliva y fuera del marco toco su miembro. Estaba excitado y medianamente erecto. Alek solo le miraba, conocía esos ojitos de necesidad y mentiría si dijera que no disfrutaba de verle jadear y apreciar cómo su pecho subía y bajaba.

—Sobaka no puedo ayudarte si no se que está pasando —murmuró con una leve sonrisa en el rostro—, ¿estás excitado? —Kai asiente—, ¿tienes a mano el juguete que te envie?

—Ah... es-espera.

Huening Kai dejó el celular sobre la superficie de la cama, se levantó y rebusco en lo alto de su armario. Cogio la caja de zapatos y volvio a dejarla sobre su cama, de ella saco un dildo y regreso con Alek. Frente a la cámara, comenzó a quitarse la ropa y luego cerró la puerta con seguro.

Alek ya no traia camisa y había estado masturbandose con la vista del cuerpo del menor. Kai se apresuró y cambio la videollamada en su computadora portátil, la dejó frente a él y tocó su falo semi erecto al igual que su novio.

—Eso, sobaka, toca allí y dime como te sientes —murmuró.

Kai descendió su mano hasta tocar su ano y comenzó a hacer pequeños movimientos en el lugar, jadeando al sentir su propio toque.

—Uhm... lo quiero dentro.

—¿Qué esperas?

El castaño asintio mientras introducía uno de sus dígitos en su entrada, comenzó a moverlo suavemente hasta ingresar otro. Con su mano derecha tocaba sus pezones y su miembro, pellizcaba y jalaba simultáneamente.

Alek disfrutaba de sobremanera la vista que estaba obteniendo de su chico. Lo alentó a que metiera el dildo y el contrario le obedeció, inserto brevemente la punta del juguete y luego continuó.

—Ahg... ha pasado tiempo desde la última vez —comentó.

—Tienes que estar apretado... oh. —El mitad y mitad jadeo, moviendo con más rapidez su mano sobre su propio genital.

Kai lo veía por la pantalla y se estremecía al pensar que un día, en el futuro, la longitud del contrario estaría dentro de él, tocando su punto dulce, sus pieles juntándose y el sudor de ambos mezclándose. Sintio un escalofrio recorrer desde su coronilla hasta la punta de su pene.

Luego un chorro del líquido blanquecino salió disparado hacia su pecho y finalmente un hilo del mismo bajaba por su longitud.

Alek se había quedado pasmado al observar la expresión en el rostro de Kai. Su boca semiabierta y el pecho que subía y bajaba, por la respiración. Sus mejillas sonrosadas y el juguete entrando y saliendo de él, imaginaba que era el suyo que estaba adentro y continuó sus movimientos.

Minutos después él también se corrió.

—¿Otra... ronda? —preguntó con un tono de diversión y lascividad.

—Siempre quieres más —comentó—... hagámoslo.