Te fuiste sin mí, y no he podido encontrarte. Espero que de esta forma lo consiga. Aunque sabes que no es tu nombre, ni el mío, ni el de ninguna de las personas que participaron en nuestra historia, sí sabes que ésta es nuestra historia; estos son los fragmentos de vida que compartimos juntos. Espero que algún amigo decida regalártelo por tu cumpleaños, sin saber que nunca fuiste la chica del café, pero sabiendo cuánto te gustan las novelas. O que encuentres el libro en alguna de tus nuevas librerías favoritas, y que decidas adoptarlo sin detenerte en la portada; espero que cuando lo leas sepas que aún espero una despedida. Y espero que te guste, aunque ya sabes que yo siempre fui más de poesía.
La última vez que recibí algo de ti, fue cuando encontré tu diario, aquél que llevaste a todas partes durante todo ese tiempo, durante todo nuestro tiempo, contigo. No me contó nada sobre ti que no supiera ya, aunque supongo que eso ya lo sabías cuando lo dejaste sobre mi cama aquella mañana que pasé fuera de casa. A veces me pregunto qué habría pasado si yo hubiese estado en mi habitación cuando entraste por la ventana; me pregunto si habrías fingido que te habías escapado para verme y si me besarías, o si te habrías derrumbado y habrías confesado la realidad; que tenías la intención de irte, y de no volver. De cualquier forma, tu diario me hizo saber que era real. Aunque no me había planteado que no lo fuera, no hasta el momento en que vi el cuaderno de cuero desgastado, y tu bolígrafo de tinta negro sobre mi colchón; pero supongo, que eso también lo sabías.
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La chica del café
Teen FictionTe fuiste sin mí, y no he podido encontrarte. Espero que de esta forma lo consiga. Aunque sabes que no es tu nombre, ni el mío, ni el de ninguna de las personas que participaron en nuestra historia, sabes que ésta es nuestra historia; estos son los...