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Jimin ya estaba en la casa de Jungkook. Había llegado hace tan solo unos minutos y ahora se encontraba sentado en el sofá del pequeño living que tenía la casa, esperando por un Jungkook que había ido a buscar algo para tomar.

Todo a su alrededor era desconocido, esa era la primera vez que iba a la casa de Jungkook. Si bien habían tenido un montón de citas, este todavía no conocía la casa del castaño. Puesto que generalmente él era quien lo acompañaba a su casa. Las paredes pintadas de un color beige claro, en las cuales habían cuadros de pinturas y también fotos, decoraban la sala. Ruidos comenzaron a escucharse, Jungkook había regresado.

Jugo de durazno, tu favorito – dijo Jungkook tendiéndole el vaso a Jimin, el cual recibió gustoso.

– ¿Y como sabes eso? – preguntó curioso.

Simplemente lo sé

Raro, porque no creo habértelo dicho

De hecho no lo hiciste

– ¿Y como sabías que era mi favorito?

Simplemente observándote lo deduje, en la cafetería del colegio siempre pides ese sabor, nunca otro. Supuse que era porque te gustaba

Eso significa que me observas muy seguido Jungkookie

Puede ser – respondió con simpleza, mientras tomaba de su bebida.




[ ... ]




Esta no era una cita cualquiera. Primero, porque era en la casa de Jungkook y eso generaba una cierta intimidad que en lugares públicos no podían tener. Y segundo, porque tenían pensado hacer algo un tanto especial ese día.

– ¿Estas seguro de que quieres hacerlo? – Preguntó Jimin una vez más.

Sí, no creo que me queden mal

No te van a quedar mal, o eso espero

Confío en vos y se que no va a ser así – respondió sonriente Jungkook al notar la sonrisa que se formaba en el rostro contrario.

Ok, entonces lo voy a hacer

Jimin había comenzado por arreglarle las uñas a Jungkook, aunque mucho no tardo porque este las cuidaba bastante bien. De la mochila que había llevado, sacó una pequeña caja, la cual contenía algunos de sus esmaltes preferidos. Los sacó todos y se quedo observando cada uno de ellos, pensando cual usar, hasta que llegó a la conclusión de que el transparente era una buena manera de empezar.

Jungkook observaba atentamente cada movimiento de Jimin. Prestaba suma atención a los gestos que hacia, la manera en que cerraba sus ojos cada vez que parpadeaba y las pequeñas sonrisas que se formaban en su rostro conforme hacía su trabajo. Observarlo desde lejos era una de las cosas que Jungkook solía hacer a menudo, pero tenerlo a centímetros de distancia no era nada comparado a tenerlo a tres mesas en clase. Podía ver todo con más claridad, cada gesto, cada movimiento, podía escuchar su respiración y los pequeños chasquidos que hacía con su boca. Todo.

Pasaron minutos hasta que Jimin se alejó y tomó las manos de Jungkook entre las suyas, admirando el trabajo que había hecho. No le tomó tanto tiempo puesto que ya llevaba muchos años haciendo eso, ya se había acostumbrado y vuelto en algo así como un experto.

– ¿Te gustan? – pregunto expectante por la respuesta del contrario y un tanto nervioso por ella.

Mmmh no lo sé – dijo pensativo, lo que provocó que Jimin bajase su mirada – no me gustan – y un suspiro se escuchó de los labios de Jimin – ¡¡me encantan!! – habló esta vez un emocionado Jungkook.

– ¿En serio?

Sí, te quedaron muy bien – exclamó con sinceridad, de verdad le gustaban.

Me alegra saber eso – dijo Jimin con una gran sonrisa en su rostro.

Nails - Jikook auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora