CAPÍTULO 13

1.6K 186 9
                                    


- ¡Por fin aparecéis! – refunfuñó la anfitriona.

- Lo siento... ¡Chichí! ¡No sabes lo bien que me lo ha pesado entrenando con ellos! ¿Podré venir más veces? – rogó Goku con una amplia sonrisa.

- Vamos... ¿A caso tienes que pedirle permiso a tu mujer? Ven cuando quieras, no está mal entrenar contigo – dijo Vegeta sin prestar mucha atención mientras se acomodaba junto con todo el grupo.

Goku rascó su nuca y prosiguió contando su aventura, pues estaba muy emocionado; hacía años que no encontraba a alguien con quien poder compartir su pasión.

- Y su hijo, Trunks, ¡Madre mía! Es casi tan fuerte como el padre – dijo mientras le daba una palmada en la espalda y reía.

Esto alertó a Goten - ¿Acaso ha ido a entrenar con mi padre y Vegeta? – pensó.

Su madre también se percató de esto, pues Goten tiempo atrás avisó de que bajaría según terminase de arreglarse, no de que iba a entrenar, además le parecía muy raro que su hijo dejara a sus invitados solos por ir con su padre.

- Hijo, ¿No estabas arreglándote?

- Eh... Sí – dijo entendiendo que había sido cosa de Goten – Pero luego me pareció que podía darme tiempo a probar el aparato nuevo que le has puesto a papá.

Al decir esto, colocó una mano sobre su nuca, la mano que anteriormente había dañado con la puerta del cuarto.

- ¡Trunks! ¿Qué te ha pasado? – preguntó su madre al ver la venda que le cubría.

El joven, se quedó helado al comprobar su despiste y no tuvo otra que inventarse una excusa.

- No es nada, mamá. Solo que debí apoyar mal la muñeca y me molesta un poco.

- ¡Eso te pasa por no entrenar! – gruño Vegeta; a lo que todos contestaron con una medio risita.

- Bueno, ya está bien, vamos a comer de una vez, que para eso estamos aquí – añadió Bulma con una gran sonrisa y pidiendo a todos que fueran pasando al gran comedor.

La velada transcurrió normalmente para todos, excepto para los dos jóvenes que apenas comieron o hablaron. Tan solo hacían lo necesario para intentar levantar las menos sospechas posibles. Sin embargo, Bulma, como buena anfitriona, se percató de esto y de vez en cuando lanzaba algún comentario para averiguar algo acerca de qué les pasaba a aquellos dos; de hecho, al terminar la comida, pidió a Goten quedarse para pasar la tarde con su hijo y enseguida notó el nerviosismo de ambos y las mil y una excusas que interpusieron para tratar de rechazar la oferta.

Siendo así, fue la hora de irse y cuando tocó despedirse, los dos muchachos se quedaron en frente el uno del otro y sin apenas levantar la mirada tan solo soltaron un tenue <<adiós>>.

Solo tú [Truten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora