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En cuanto me quede quieta el sueño va a vencerme.

Nunca he conocido a nadie que espere una derrota. Incluso si las posibilidades son mínimas, si el fracaso al final de la batalla se ve terriblemente claro, a los humanos nos gusta mantener la esperanza siempre. Es, entre la cualidad de razonar y la espalda erguida, una de las particularidades que nos distinguen de otros seres vivos: la esperanza.

Sin embargo, esta noche, saberme derrotada me sienta bien. Vencerse ante el cansancio es, a veces, de las cosas más placenteras de la vida. Recostarte en una cama y cerrar los ojos sabiendo que en cualquier momento caerás inconsciente sin tener que hacer circo, maroma y teatro. Pequeño placer.

Y no pienso negarmelo hoy.

11:19 de la noche. Hacer los sueños realidad es agotador.

Que sueñen con una canción que amen mucho.

MIDNIGHT SHOTS // Sorbos en el centro de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora