*Advertencia* En este capitulo se muestran escenas referenciadas al maltrato hacia un menor, se recomienda leer bajo su propia discreción
--Como sabrás Draco, cada generación de los Malfoy ha sido seleccionada dentro de Slytherin logrando siempre destacar entre los mejores estudiantes—comentó Lucius mientras golpeaba su varita en su mano provocando pequeñas chispas de color rojo, que reflejaban su anterior estado de ánimo—siendo un ejemplo de la magnificencia de una verdadera casa ancestral, que ha mantenido la pureza de su sangre —el tono de su voz era gélido mientras caminaba delante de su escritorio hasta detenerse frente a su hijo—no solo tu linaje es de excelencia sino que jamás un Malfoy se ha visto opacado por nadie, mucho menos una estúpida e inmunda sangre sucia—agrego entre dientes al tiempo que apretaba su varita fuertemente mientras la apuntaba hacia abajo justo sobre su hijo quien hincado trataba de no perder la conciencia—asi que permíteme entender cómo es que tú, el único heredero de este ancestral legado puede ser tan incompetente y estúpido al grado de permitir no solamente que una sangre sucia logre superarlo sino que además no pudiste ni siquiera lograr que Harry Potter se volviese tu amigo—bajo la varita suavemente al tiempo que se sentaba nuevamente en su escritorio su tono de voz perdiendo toda emoción y observando indiferente a su único hijo quien se encontraba no solo herido por los hechizos cortantes sino que además tenia una mancha de orina justo debajo de él, Lucius arrugo el rostro asqueado, pero no reclamo al niño por ello, él ha visto adultos degradarse aun más la primera vez que sienten un crucio golpearles, su hijo grito y lloro, al punto de orinarse en cima pero permaneció de rodillas y solo por eso merecía la consideración de evitar una segunda imperdonable.
Volteo su silla hasta observar los terrenos de Malfoy Manor, lo que sus ancestros le legaron, lo que su padre logro para él y lo que algún día cedería a Draco, volteando la cabeza al oír un suave "pop" fuera del estudio recordó la razón de ese castigo para su hijo, las cartas siempre ocultaban más cosas de las que se dicen, apuntando su varita nuevamente a su hijo murmuro LEGEREMENS logrando fácilmente invadir la mente de su niño, ignoro muchos recuerdos centrándose en sus interacciones en la escuela y sus actividades escolares, al ver el recuerdo del partido de Quidditch sintió demasiada rabia, ese mestizo bueno para nada logro entrar al equipo de su casa en su primer año, algo que ni siquiera el habia logrado en sus años en Hogwarts, empleo más fuerza en el hechizo lastimando a su hijo en el proceso, no le interesaba Draco, ni las interacciones con sus amigos, solo busco cualquier recuerdo que sirviera para su nuevo propósito, algo que le dijera más sobre el niño Potter, que le permitiera formular un plan; furioso termino el hechizo de forma precipitada sin darle tiempo a Draco de procesar el daño ocasionado, en la mente de Lucius tomaba forma un nuevo plan, no le interesaba hurgar en los sentimientos de su hijo, sus amistades o pesadillas, pero...
--Estudiaras desde el amanecer hasta la media noche todos los días, sin excepción, aumentaras tus notas si deseas evitar un nuevo correctivo, y entrenaras más arduamente tus conjuros, Severus te enseñara oclumancia es casi ridículo que tan fácil es entrar a tus pensamientos. A partir de ahora deberás demostrar tu valía si deseas seguir siendo un Malfoy, por lo tanto, aprenderás que los débiles no tienen lugar a esta familia—hablo muy seriamente abriendo la puerta al tiempo que arrebataba una carta de las manos de su elfo y despidiéndolo con un puntapié—tu respuesta, hijo.
--Si...padre...--logro pronunciar Draco con el sabor de la sangre y sintiendo la bilis subir por su garganta, sentía que respirar enviaba miles de cortes a sus pulmones.
--Bien, me disculpare con tu madre y sus visitas por tu falta de apetito, ve a tu habitación—hablo con una sonrisa macabra en su rostro, tal parecía que al fin tenía buenas noticias.
--Te gradezco...padre—mientras se ponía de pie, observo como la varita de su padre se apuntaba nuevamente hacia él y tembló fuertemente, a punto de vomitar.
--Fregoteo—murmuro su padre limpiando la marca de orina de su alfombra persa e ignorando completamente a su hijo, comenzó a escribir una carta al tiempo que libros flotaban hacia su escritorio conforme eran requeridos por el patriarca. Draco se inclinó y reunió todas su fuerzas para caminar lo más dignamente posible sin caerse, pero no pudo evitar trastabillar cuando un libro le golpeo en la cabeza, escucho a su padre chasquear la lengua al tiempo que abría la puerta con magia y prácticamente le arrojo al suelo del pasillo, cerrando la puerta nuevamente tras él.
Draco colocó su mano sobre el golpe que recibió del libro, observando sangre fresca en sus manos, sin saber si la herida de su cabeza era seria o la sangre pertenecía a los cortes de sus palmas, solo comenzó a avanzar hacia la habitación, al fondo del pasillo, casi oculta de la vista, un cuarto demasiado grande, vacío y frio, jamás le gusto, odiaba dormir ahí, casi deseaba su inmensa cama, aquella que lo despertaba cada noche pensando que se lo comería.
El cuarto era gris, la cama baja y pequeña en una esquina, todas las paredes llenas de libros, y el escritorio con una pila de tareas que el sabia su padre pediría a su tutor revisar al día siguiente a primera hora. El baño estaba a un costado, no tenia puerta y estaba demasiado iluminado, contaba con espejos de cuerpo completo, a pesar de ser un espacio pequeño siempre se observaba al entrar y salir, siempre veía ese pequeño niño que su padre despreciaba por su nula fuerza, por su sentimentalismo inútil, ese cuarto era su estudio desde que cumplió 5 años, ahí le enseñaron cada norma y regla de la sociedad, empezando por "los Malfoy no lloran" una frase que le costó días de azotes entender, y que su padre siempre repetía cuando Draco lloraba.
"—Las únicas lagrimas permisibles son aquellas que te enseñan a obedecer"
Eran las palabras de su padre después de sus correctivos. Cuando paso un año de su primer magia accidental su padre dejo de llevarlo al médico, pidiendo que este viniese en casos graves o urgentes, pero dependiendo principalmente de las pociones de su padrino Severus para tratar sus heridas.
El recuerdo del rostro de Severus cuando tubo que venir porque su profesor de artes oscuras decidió usar una maldición punzocortante en él por primera vez, fue la razón de que fuese su padrino ahora, Lucius le exigió a volverse su padrino para no revelar el maltrato hacia su primogénito, cuando Severus se negó, su padre comento que no le daría a Draco nada, ninguna poción o ungüento, por lo que no le quedo más opción que firmar el acuerdo y realizar el hechizo que le haría cuidar a Draco.
Las palabras dulces de su padrino, susurradas junto a su suave toque permitió que Draco se recuperase en esa ocasión, fueron solo dos años de eso antes de entrar a Hogwarts, y sabia que cuando su padrino le enseño pociones avanzadas, principalmente aquellas enfocadas en sanar el cuerpo, no fue por que confiase en su talento sino que era para que al regresar a la mansión resistiera, "no siempre estaré ahí para ti" fueron sus palabras cuando le enseño como arreglar un brazo roto cuando estaban juntos en Hogwarts, "sino puedes detener a tu padre, al menos no permitas que te marque para siempre". Palabras vacías que solo le recordaban que aun si Sev lo quería, el no intervendría nunca en los castigos físicos que Lucius le daba.
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*cortito porque me dolió escribirloSorpresa?
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Corazón Sin Elección
FanficDraco Malfoy nunca tuvo elección, ni sobre su vida, ni sobre su corazón, ni sobre su muerte. La muerte le tuvo tanta lástima a aquella alma, débil, herida, enferma, sola, que tomo una elección. ¿Qué harías si la muerte te diera una segunda oportunid...