Epílogo: Burning Feathers

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El cielo se sentía muchísimo más normal de lo que se imaginó y también olía a antiséptico, olor que le hacía picar la nariz, con la mano se la rascó y estornudó sonoramente. Un ligero dolor le recorrió el cuerpo y se preguntó por qué en el cielo existía el dolor si se suponía que era un lugar paradisiaco perfecto donde las cosas malas no existían, también quería saber por qué hacia tanto frio y por qué todo se veía tan oscuro, ¿acaso dios no conocía la calefacción o los bombillos? Le tendría que enseñar un par de cosas apenas lo encontrase y hablase con él.

Sintió como algo puntiagudo se incrustó en su mejilla y se removió quitándoselo d encima, ¿qué era? ¿una espina? ¿un pájaro picándolo? Era molesto eso seguro.

—Ya pasaron casi dos días, ¿estás seguro que despertará pronto? —esa era la voz de Mirko. ¿Qué hacia ella en el cielo si claramente tenía el trono del infierno ganado? Blanqueó los ojos pensando en que tendría que aguantarla incluso muerto pero entonces se planteó la posibilidad de que si Mirko estaba ahí entonces era porque eso no era el cielo, sino el infierno.

—Bueno, le pusieron una cantidad de sedantes lo suficientemente fuerte como para dormirlo tres días seguidos, así que es normal que siga dormido si dejas de picarlo con el dedo —recriminó la voz de Endevor. ¿Él también habia ido al infierno? ¿Y se podia saber por qué? Si él no habia hecho nada malo...bueno, quizá era por haber maltratado a su anterior familia pero eso no era razón para enviarlo a soportar toda la eternidad la presencia insufrible de Mirko. Tendría que hablar seriamente con el señor diablo y negociar con él luego quizá en alguna apuesta de cartas o algo.

—Oye, creo que está despertando —murmuró Mirko.

—Entonces deja de picarlo como si fuese una cosa —la regañó Endeavor—, a menos que quieras que cuando se termine de levantar te muerda el dedo.

Pesadamente abrió los ojos, sentía como si los tuviera cocidos o pegados con pegamento industrial, lentamente separó sus largas pestañas y reveló su adormilada mirada, veía todo lo suficientemente borroso como para creer que estaba ebrio, frente a él una mancha blanca y otra roja lo observaban. Parpadeó un par de veces enfocando la vista y poco a poco las formas a su alrededor empezaron a aclararse.

—¿Endeavor-san...? —murmuró con la voz ronca—. ¿Por qué estamos en el infierno con ésta loca?

—¿Eh? —Mirko lo miró mal—. ¿Cómo que loca?

—El diablo tiene malos gustos —bromeó aun medio dormido.

—Te estás ganando una patada lunar —aseguró la chica—. Y yo que me molesté en venir a visitarte y traerte flores, desgraciado.

—Mirko, déjalo ya, ¿siempre tienen que estar peleándose? —amonestó Enji mirando a la chica.

La albina hizo frunció sus labios notablemente molesta girando su rostro a otro lugar mascullando por lo bajo. Endeavor negó con la cabeza y con su mano le quitó los cabellos rebeldes a Keigo del rostro, llevaba dos días durmiendo en cuidados intensivos, luego de la explosión en el puerto había quedado bastante mal herido muy semejante a su anterior pelea con Dabi.

—Hey, buenos días —saludó el mayor—. ¿Cómo te sientes?

—Como si me hubieran drogado con todo lo que encontraron —masculló—. ¿Por qué estás muerto tú también?

—Creo que está delirando —comentó Mirko y con su dedo hizo círculos junto a su cabeza—. O ya se le zafaron el resto de tornillos que tenia flojos.

—Creo que lo mejor será que vuelvas a dormir —recomendó Endeavor y a Hawks no le costó demasiado hacer aquello pues apenas cerró los ojos por más de dos segundos cayó rendido.

𝓑𝓾𝓻𝓷𝓲𝓷𝓰 𝓕𝓮𝓪𝓽𝓱𝓮𝓻𝓼🔥 【 Endehawks 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora