III: Superación

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Dando golpecitos impacientes con los dedos sobre sus brazos cruzados Enji esperaba sentado en la sala de espera por Hawks. Habían ido a consulta con el psiquiatra para evaluar la evolución del rubio luego de tres semanas, veinte minutos estuvo Hawks en el consultorio encerrado con el doctor hasta que finalmente apareció, se acercó a Enji sonriendo contento y agitando las alas.

—¿Qué? —preguntó al verlo tan feliz.

—Me ha dicho que he mejorado mucho —le mostró el récipe en su mano donde habían nuevas instrucciones para medicinas con dosis más bajas—. También que pronto podría dejar los antidepresivos si sigo así, nos veremos en tres semanas más.

Enji sonrió muy ligeramente leyendo el papel, habían reducido todas las cantidades a la mitad, eso significaba que ya no necesitaba dosis tan fuertes como antes indicando con ello una mejoría.

—Aún no puedo regresar al trabajo porque no estoy en condiciones para la carga de estrés que me genera —suspiró levantándose los lentes y dejándolos sobre su cabeza—. Seguiré ausente de la empresa por otro rato más.

—Como dije, primero recupérate de aquí —con un dedo le dio un toque en la frente haciéndolo balancear hacia atrás—. Vayamos por las medicinas.

Mientras caminaban hacia la droguería del lugar se cruzaron con ciertos hijos del héroe en llamas.

—¡Fuyumi! ¡Shoto! —saludó Hawks levantando su mano en el aire y acercándose a ellos.

Los hermanos saludaron al alado héroe preguntándole qué hacía ahí cuando éste señalo hacia el padre de los niños se extrañaron.

—Así que te has estado quedando con Hawks —murmuró Shoto hacia su padre—. Viejo aprovechado fetichista raro.

Enji frunció el ceño hacia su hijo.

—¡Shoto! —lo regañó Fuyumi.

— Déjalo, sigue siendo un rebelde —le restó importancia el Todoroki mayor.

—Aunque no lo crean su padre me ha estado ayudando mucho a superar mi enfermedad —aseguró con una sonrisa tomando las manos de Fuyumi y apretándolas ligeramente.

—Aprovechado —tosió falsamente Shoto mirando hacia otro lado—. ¿Quién dijo eso?

—Shoto, para ya —pidió la peliblanca mirando a su hermano de mala gana.

—No es mi culpa que su fetiche sean las personas mentalmente afectadas —se defendió el chico bicolor señalando a su padre—. Ahí ves lo que le hizo a mamá y ahora a Hawks.

—¡Yo no le hice nada! —gritó encendiéndose en fuego el pelirrojo—. ¡Ya venía así!

—¿O sea que si admites que tienes algo con el hombre pájaro? —siguió molestando Shoto a su padre.

Hawks sin darse cuenta había estrujado demasiado fuerte las manos de Fuyumi debido al susto, la chica se dio cuenta de aquello así como de la respiración agitada del rubio, los ojos vacios clavados en la nada y el ligero temblor de su cuerpo.

—¿Hawks? —murmuró la chica para llamar la atención del ojimiel—. ¿Todo bien?

El muchacho no respondió tan solo exhaló fuertemente el poco aire que le llenaba los pulmones. Fuyumi lo tranquilizó hablándole suavemente como hacía con su madre las pocas veces que logró verla en una crisis de ansiedad y lo guió para buscarle algo de beber.

—¿Mejor? —inquirió la muchacha viéndolo tomar de a sorbitos del vaso de agua que le había conseguido.

El muchacho asintió.

𝓑𝓾𝓻𝓷𝓲𝓷𝓰 𝓕𝓮𝓪𝓽𝓱𝓮𝓻𝓼🔥 【 Endehawks 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora