° Convolvulus

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Sentía que en cualquier momento podría morir del dolor. Es cierto, esa gente me había ayudado un poco a curar y tratar mis heridas pero tampoco hacía que me sintiera como nuevo, no había ningún medicamento para el dolor y eso me irritaba en incontables momentos en el día.

Creí que esa noche iba a morir, no le bastó solo una golpiza si no que el maldito encima de todo me atraviesa esperando con eso matarme, pero no sabe con quien está tratando.

Ni siquiera puedo correr bien por el ardor en mi abdomen; espero que todo esto por lo menos valga la pena.

La respiración del oji gris aumentaba con cada paso que daba, sentía temor por su vida con lo que haría a continuación, su cabeza iba llena de miles de pensamientos nublándolo por completo haciendo que este dejase de prestar atención al camino y que cayera al suelo luego de tropezar con la raíz de un árbol.

Su cuerpo se encontraba muy frágil en este momento y luego de seguir avanzando con dificultad había llegado a su destino. Una flecha cayó justo frente a él como un tipo de amenaza en caso de ser un desconocido.

--¡TSUKASA-CHAN, SOY YO!-- gritó para hacer bajar la guardia a cualquiera que intentase atacarlo.

El castaño se tranquilizó al escuchar la voz del mentalista.

--Tsukasa-chan, encontré una pequeña aldea primitiva, peleé con ellos y luego terminé algo lastimado...

Su expresión lucía totalmente diferente a la que alguna vez mostró ante la castaña. Una sonrisa desquiciada se dibujaba en su rostro mientras se dirigía al de cabello largo frente a él tratando de ocultar todo rastro de nerviosismo en su voz tratando de aparentar naturalidad.

--Respecto a Senku-chan no vi ningún rastro, ¡Está muerto! Sin duda alguna-- dejó salir chasqueando los dedos covenciendo al mayor.

Luego de que le hicieran algunas preguntas todos decidieron creerle, no les quedaba otra cosa que hacer tampoco.

Gen estaba cansado, no solo físicamente si no también mentalmente. Todo él había sido un desastre controlado por sus emociones desde el día en que fue despetrificado topándose con una nueva y extraña realidad a la que si o si tendría que aprender a adaptarse bajo el mando de Tsukasa por ahora haciendo como si todo iba bien obedeciendo sus órdenes tratando de olvidar todo lo que alguna vez vivió y sintió, tratando de olvidar la sonrisa de su compañera de trabajo a quien ya creía muerta.

Su pecho dolía más que cualquier herida al pensar en ella, trataba de no hacerlo para evitar venirse abajo pero simplemente era imposible.

Luego de decir su gran mentira necesitaba un tiempo para él mismo, estar tanto tiempo en aquel lugar comenzaba a fastidiarlo y cuestionar su existencia, se sentía mejor solo como era de costumbre para él.

Sus pies descalzos hacían crujir hojas bajo ellos con cada paso que daba, sus manos estaban entrelazadas ocultas bajo las mangas de su haori. Su vista concentrada pensando mientras su semblante ahora se mantenía serio, debía ordenar muchos pensamientos dentro de él y tomando asiento en una roca cercana aprovecharía su soledad para intentar desenredar el nudo en su mente.

--Todo esto por una simple botella de cola. Espero que al menos esté bien fría...

Se había quitado un peso de encima con lo que acababa de hacer, cerró sus ojos mientras recostaba su cabeza hacia atrás sintiendo una fría pero refrescante brisa de aire rozar su rostro haciéndolo sentir relajado luego de mucho tiempo. Un momento de paz era lo que necesitaba pero al abrir los ojos este se fue más rápido que un parpadeo siendo reemplazado por curiosidad.

Posó su vista en un tronco no muy lejano a donde se encontraba sentado, un pequeño bulto resaltaba en este y al no tener nada más importante que hacer decidió acercarse.

Caminó hasta quedar de frente al árbol. Observó en su copa y ramas para ver si era obra de algún animal pero ninguno parecía estar ahí, lo que lo hizo cambiar de opinión fue ver la exactitud con la que este pequeño objeto estaba atado al tronco; esto era obra de un humano.

Tomó entre sus manos un pequeño ramo de flores las cuales comenzaban a secarse y estar marchitas pero a pesar de ello pudo apreciar que estas eran de distintos colores ¿Quién haría esto y por qué?

Un ramo natural suele tener flores únicamente del mismo color, este tenía de varias tonalidades y si, las Prímulas crecían en los húmedos bosques japoneses en esta época pero no atadas de los árboles. Sintió como su corazón se aceleraba con solo imaginarlo, era una señal.

Su cuerpo comenzaba a temblar al comenzar a formar varias hipótesis, sus ojos se cristalizaban al observar el pequeño ramo entre sus manos, no quería creerselo y llevarse una sorpresa al descubrir que se debía a algo totalmente distinto de lo que creyó pero hoy, solo una última vez quería creer.

--Prímulas-- dijo tratando de calmarse mientras daba un suspiro --Deseo o amor duradero, deseo o amor duradero...¿amor duradero o deseo?-- no sabía a cual de las dos podrían referirse --...amor duradero.

El hueso de ambas rodillas del chico chocó contra el suelo mientras se sentaba en el césped, con ambas manos apretaba el ramo sosteniéndolo cerca de su frente. Su mechón de cabello más largo ocultaba el lado derecho de su rostro pero en el izquierdo se podía apreciar a la perfección como sus lágrimas se resbalaban por sus pómulos sonrojados.

--¿Estás viva?-- se preguntó observando las flores a punto de morir.

Algo en él le decía que había sido ella. Recordó el día en que le enseñó estas flores asi que sabía que ella también entendía su significado, Senku no tendría razones para hacerlo y la gente de la aldea no tenía el conocimiento suficiente; era su forma de comunicarse y siempre lo sería sin importar cuantos siglos pasaran, era la forma en que sutilmente ambos se demostraban su amor, era la forma en la que había elegido decirle que estaba con vida porque sabía que nadie más que él lo entendería. Ella estaba viva.

Formó una sonrisa imaginando que la idea de volver a tenerla entre sus brazos no estaba tan lejos de la realidad como creía.

Siempre le hacía pensar en las Convolvulus, su figura femenina y seductora que tanto amaba ver, ahora solo tendría que encontrarla y asegurarse de que estaba bien, no descansaría hasta tenerla frente a él y decirle cuanto la amaba.

No tenía ni idea de como hacerlo, nadie la conocía además de él y no sabía su ubicación exacta en este momento pero sabía que había alguien que no le daría un "no" como respuesta, que siempre y cuando hiciese algo para que este se beneficiara con su ayuda en la ciencia lo ayudaría a encontrarla.


Quería agradecer por el apoyo que ha tenido este libro, somos la historia número 1 en el "#gen" osiosi uwu.

Espero les haya gustado.

花の言葉 • "HANA NO KOTOBA" [Asagiri Gen x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora