Capítulo I

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Milo llegó al hospital, caminó por los pasillos con precaución, evitando toparse con Krest. 

Al dar vuelta en uno de los pasillos logró reconocer a Saga, estaba acompañado de un chico rubio quien se apreciaba bastante nervioso y Krest no tardó mucho en hacer su aparición. 

Con cuidado caminó discretamente hasta el pasillo que quedaba cerca de donde ellos se encontraban, por suerte pasó desapercibido y logró escuchar su conversación. 

-Señor Krest, ¿cómo están? 

-Por el momento bien Shaka, Camus está tranquilo, aún no despierta de la anestesia, los médicos estiman que lo hará en unas horas más. 

-¿y el bebé? 

-Está en los cuneros, permanecerá ahí hasta que sea lo suficientemente fuerte. 

Milo se sintió muy mal, no sólo Camus la estaba pasando mal también ese pequeño que ahora se había quedado sin padre y vino al mundo de forma prematura. 

Se dirigió a una de las enfermeras y preguntó por él número de la habitación de Camus. 

Una vez enterado de su ubicación esperó hasta que las tres personas que estaban obstaculizando su paso se retiraran, sabía que simplemente fueron a la cafetería así que no disponía de mucho tiempo, sigilosamente se escabulló por los pasillos hasta la habitación, entró sin hacer ruido y entonces lo vio. 

Dormía plácidamente, sus manos reposaban sobre su vientre de manera tan sutil que no pudo evitar pensar en que ese chico emanaba elegancia aún estando dormido, caminó hasta estar cerca a la cama, acarició sus largos cabellos ahora completamente turquesas, ya sólo quedaba un pequeño rastro del tinte rojo en las puntas. 

Beso su frente y apretó con firmeza su hombro, era increíble sentir su presencia de nuevo tan cerca, si por el fuera se quedaría a su lado aguardando el momento en que recobre la conciencia sólo para pedirle perdón de rodillas, por ser tan imbécil y dejarlo ir. 

Estaba por animarse a besarlo en los labios pero algo en su conciencia lo detuvo y terminó abandonando la habitación no sin antes acariciar de nuevo su cabello. 

De vuelta en el pasillo trataba de controlar su corazón que comenzaba a latir desbocado, evocando a su memoria los recuerdos de sus días estudiantiles cuando hacía hasta lo imposible por saber pequeños detalles que le ayudarán a conocer mejor a ese hermoso ángel. 

Al final la curiosidad por conocer a alguien más guió sus pasos hasta la sala de cuneros, a través del enorme ventanal recorrió la mirada por cada uno de los recién nacidos que ahí se encontraban, luego recordó que la criatura había nacido prematuro y trató de estirarse un poco para tratar de verlo pero la realidad es que las incubadoras estaban demasiado retiradas y no podía ver nada. 

Algo decepcionado se disponía a retirarse cuando una enfermera se percató de su presencia. 

-Buenas noches, ¿puedo ayudarlo? 

-No en realidad, gracias. 

-¿Es papá del pequeño que nació hace media hora?, ¿el que está en incubadora? 

-Si… 

No creía que fuera tan sensato mentir respecto a ese asunto pero la curiosidad fue mayor. 

-Pase, justo venía a cambiarlo. 

Entró a la amplia sala detrás de la enfermera, se distrajo unos momentos con una pequeña niña, tenía la piel pálida y unos ojos enormes que veían todo a su alrededor expectantes, Milo se sintió conmovido por la imagen que le regalaba la pequeña, sin evitarlo sus ojos comenzaron a escocer por el llanto contenido, solo deseaba que su pequeña donde quiera que estuviera se encontrará con bien. 

La enfermera lo llamo suavemente, cuando regresó los pies a la tierra giró en su dirección y la vio sostener un pequeño bulto, se acercó dubitativamente hasta ella y bastó con que se estirarla un poco para vislumbrar al bebé entre las mantas. 

Le pareció algo curioso el hecho de que su piel fuera un poco morena, teniendo en cuenta que ni Camus, ni Shura, tienen tez bronceada. 

No queriendo indagar mucho en el asunto sólo se dedicó a observar los cautivador es gestos que hacía, de momento no logró distinguir parecido alguno con sus padres ya que aún se encontraba un poco inchado pero lo que si era seguro es que se aseguraría de cuidar a ese bebé y a Camus con su vida. 

Recuerdos del corazón 2 (Milo X Camus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora