TAEHYUNG Y HOSEOK - VHOPE (2)

Capítulo cuatro: Hojas pintadas de recuerdos

     Uniformados y con un recto porte, varios soldados se encontraban protegiendo la entrada al Distrito ocho. Había un par de pie con sus manos sosteniendo largas armas cuyo cañón apuntaba al suelo, aunque sus ojos parecían ser más letales por la seriedad y dureza de sus miradas. Había otro soltado de pie en el centro, justo frente a la reja gastada que tenía una placa de bronce con el nombre del distrito.

Ese soldado del centro fue quien empezó a caminar cuando los cinco jinetes se visualizaron acercándose a la entrada del distrito. Espero de pie a una considerada distancia de sus compañeros, observando los rostros de los soldados que se aproximaban a paso tranquilo sobre sus corceles, el que lideraba jamás lo había visto y eso fue lo que necesito para saber de quién se trataba. Frenaron a unos pasos del hombre quien mirando el rostro de HoSeok, esas facciones ocasionaron que sintiera mucho respeto y admiración, aunque no supiera la historia completa.

Se inclinó en una reverencia lenta, HoSeok siempre mirándole y regresando el saludo con una pequeña inclinación de cabeza cuando sus miradas volvieron a encontrarse —Sean bienvenidos, espero hayan tenido un viaje tranquilo.

—Así fue. —llamó su atención Paek avanzando hasta el frente donde se bajó de su caballo.

—Soldado Paek —le saludó cordialmente antes de volver a levantar la mirada hacia el único hombre que seguía sobre su caballo—, él debe de ser HoSeok.

—Lo es, fue un viaje largo así que estamos un poco cansados. Nos gustaría entrar ya.

Asintió —Lo entiendo, acompáñenme. —se dio media vuelta y empezó a andar con Paek siguiéndole tirando suavemente de la rienda del caballo, el resto de soldados siguiéndole de igual manera a pie.

El más joven de los soldados volteó un momento para ver a HoSeok acariciar gentilmente el cuello del caballo antes de que este se inclinará en el suelo como si se arrodillara, facilitando que descendiera del corcel. Apenas pisó el suelo, empezó a andar, y el animal le siguió sin dudar a sus espaldas aunque no le sostuviera de la cuerda. Andaba a paso seguro, mirando al frente, específicamente al intercambio de palabras que todavía mantenían el soldado Paek con el que resguardaba la entrada del Distrito ocho. Estaba tranquilo, dentro suyo incluso ansioso por apresurarse y buscar a TaeHyung. Después de haber revivido en su mente la escena en la que se encontraron por primera vez dentro de la arena, se sentía inquieto en su interior.

—Bienvenidos. —dijeron al mismo tiempo los hombres armados protegiendo la entrada, ambos repitiendo la reverencia hacia HoSeok. El hombre regresó el saludo agachando su cabeza con suavidad.

Pasando la reja que se abrió para ellos, estaba un vehículo estacionado. Parecía ser una camioneta militar, la parte de atrás estaba desprotegida a excepción de un techo, había asientos a los costados, donde ellos se sentarían para transportarse.

—Sus caballos se quedaran con nosotros, no se preocupen por ellos. Les cuidaremos hasta que regresen —dijo el soldado. HoSeok vio como el resto se acercaban tomando las cuerdas para llevarse a los corceles a asegurarles de un palo, uno de los hombres iba en su dirección y pudo ver cierto miedo en su rostro, estaba intimidado por él. Le sonrió volteándose para tomar la cuerda de Ego y ofrecérsela, esperando que de esa manera se diera cuenta de que no le haría nada—. Serán sólo 15 minutos para llegar al centro del Distrito ocho, ahí sólo deben seguir los señalamientos para llegar a un camino que ha estado cerrado, compañeros míos les esperan para abrirles el pasó, les señalarán por dónde ir para llegar al Distrito doce.

—Pensé que ya no había Distrito doce. —llamó la atención de todos HoSeok al pronunciar esas palabras.

El soldado asintió, agachando la cabeza ligeramente a modo de disculpa —Mi error, quise decir a dónde fue el Distrito doce, mi señor. Ya no queda nada y es peligroso ir ahí, por eso está cerrado el paso.