Frente a frente (Álex)

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Ninguno estaba listo
en el mismo lugar
de volver atrás,
de sellar lo sucedido
y guardarlo en el bolsillo.

Dos almas que se deseaban desahogar
llegaron al confesionario
antes de lo que pensaron.
Doblaron la esquina
y el shock fue claro.

Me asustaba su reaccionar
pero verla activó otra vez
el fuego de mi corazón,
el deseo de tenerla
y la paz de mi interior.

Nuestros ojos bailaban
en el silencio de nuestras palabras.
El mundo seguía girando
pero parecíamos estancados
Hipnotizados en descifrar del otro el estado.

De a poco se comenzó a delatar
mojando su perfecto lienzo
el cual deseaba besar.

De repente comprendí lo escencial
y el corazón se me partió a la mitad,
su dolor era el mío también.
Dudaba de mis movimientos
pero no resistí, me acerqué,
la abracé y la dejé expulsar
todo lo que en su interior
en estos largos días
no le ha dejado disfrutar.

Su aceptación me emocionó
y terminé como ella,
abriéndome a su comprensión.

Éramos dos débiles en plena avenida.
Extraños para la población
pero entre nosotros
viejos grandes amigos
que debieron ocultar sus sentimientos
por el bien que creían correcto.

Catalina Libutti

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