Abril. 2009.
"¡¿Alice?! ¡Alice!" la profesora intentaba despertar sin éxito a mi compañera de pupitre, mientras el resto de la clase copiábamos los ejercicios escritos en la pizarra.
Para todos nosotros aquello era una situación cotidiana.
Alice siempre se quedaba dormida en clase, da igual en cual o a qué hora.
Y luego le sorprendía sacar notas tan bajas...
Un caso perdido de chica, eso seguro.Ella y yo éramos mejores amigas, bueno, literalmente yo era su única amiga, así que me consideraba su mejor amiga.
Y es que la verdad era muy amable y divertida, pero se le daba fatal socializar con otras personas.
Sin embargo, cuando se trataba de mí, ella era muy abierta y me contaba todo lo que se le cruzaba por la mente.
Cuando nos conocimos, hace ya tres meses, le quise preguntar por qué se quedaba siempre dormida en clase y me contestó avergonzada que era porque tenía pesadillas de cuando era niña.
Y con el pasar de los días, además de saber que teníamos muchas cosas en común y que Alice era muy agradable y sincera, supe que ella (a la vez que me lo contaba personalmente en el patio) de pequeña estudiaba en casa por cortesía de sus padres.
Nunca tuvo oportunidad de conocer a gente de su edad y menos hacer amigos.
Eso explicó un montón de cosas...
Así, como ella odiaba estar sola, se creó diversos amigos imaginarios.
Y cuando digo "diversos" quiero decir muchos.Tantos, que Alice los comenzó a enumerar y a llamarlos por orden para no confundirse.
Y el primer amigo imaginario, el que mayormente siempre estaba con ella, que la hacía reír, que hacía que se lo pasara bien y que se sintiera segura cuando estaba sola en casa ya que sus padres se iban a trabajar y su profesor particular se había marchado, lo nombró como Zero.
Un ser que crecía con ella, pero que no especificaba en su género o edad.
Y este "amigo que marcó tanto su infancia" lo tuvo presente hasta que dejó de ser una niña solitaria y se convirtió en una adolescente del montón.
Olvidó a Zero como a todos sus demás amigos imaginarios con los que ella se lo pasó tan bien.
Una historia triste... pero lógica.
Así funciona madurar.Dejar a un margen todas esas cosas que te ataban a un pasado feliz y despreocupado y mirar cara a un presente y futuro en los que te podrían esperar cosas igual de interesantes y divertidas... o no.
Al menos así es como yo lo veo.
Y Alice cuando escuchó mi respuesta a su anécdota estuvo totalmente de acuerdo.
Aunque debo confesar que desde que me habló sobre todos esos personajes y mundo imaginario, me quedé fascinada.
¡Tuvo más de cien amigos salidos de su mente!¿Cuánta imaginación tenía esa chica? ¿No le asustaba lo más mínimo?
Creo que estoy exagerando...
Yo soy la persona con menos imaginación del mundo.
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Creepypastas: Historias Pasadas
Детектив / ТриллерTodas las historias de Creepypastas recopiladas en una sola, tratando de aquellos que fueron y que ahora son. ¿Quién era el monstruo que aguarda en las calles y bosques?