10. Sally Williams

27 4 0
                                    

Aparezco en mi casa una tarde de verano.

¿Dónde estoy? ¿Qué día es? ¿Sigo siendo yo?

A ver... 

Por la temperatura que siento que hace, sigue siendo como en la actualidad, doce de agosto de 2002

Sí, el ambiente se siente cálido. Tiene sentido.
En cuanto quién soy... pues soy yo. Me siento como yo. ¿Cómo se tiene que sentir alguien que no se siente como alguien?

Me miro los brazos. El pelo de estos es castaño, como yo.
Mi cara es redondita y me falta un diente de leche.
Sí, definitivamente soy yo.

Me fijo al mirar al suelo que estaba sentado en la alfombrilla del salón, jugando con mis figuras de acción mientras mamá prepara el desayuno y papá pone la mesa.

No puedo oír nada de lo dicen, pero parece que están preocupados.
Eso da un poco igual; son adultos. 

Seguramente cuando vaya a la cocina intentarán hacer como que nada les pasa y que todo está bien. ¿Y luego me regañan a mí por mentir?

Las cosas se ven más claras de lo normal, como si hubiese más luz natural dentro que fuera de la casa.

Voy hacia la puerta. 

Me da curiosidad saber cómo es el mundo exterior en el sueño. 

Pero mis padres me piden claramente que no vaya y me vuelvo a sentar en la alfombra de mi salón.

El aire es muy denso.

Me empiezo a estresar repentinamente, no sé por qué. ¿Quizás porque me quedo sin aire?
Subo a la habitación respirando agitadamente y me encierro.

En el centro hay una niña con un bonito vestido rosa lleno de barro (¡qué asco!) y un oso de peluche también sucio. 

Los ojos del peluche son botones, pero le falta uno.
La niña rara tiene algo rojo que sale de su frente y se le escurre por toda la cara y sus ojos verdes brillan mucho (¡parece un gato!).

Me mira igual de sorprendida que yo a ella, como si este fuera su sueño.
(¡Pero es el mío! ¡Yo debería ser el único sorprendido aquí!).

No estoy asustado porque esté ahí, de todas formas. ¿Por qué debería darme miedo una niña?
(Me dan miedo, pero no en ese sentido).

"¡Hola! ¡Soy Sally! ¿Quién eres tú?" me pregunta, con un tono de voz super animado y alegre. (¿Tendremos la misma edad?)

Tiene el pelo ondulado y parece ser de una vagabunda, como diría mamá. Sus ojos parecen tener moratones alrededor, pero es difícil saberlo. 

Varias partes de su cuerpo también los tiene.

"¿Quieres ser mi amigo?" me vuelve a preguntar sonriente, acercándose mucho a mí y sin dejar de mirarme.

Retrocedo. 

No me gusta que la gente esté tan cerca de mí y menos alguien que no conozco.

Pero asiento; parece maja.

"¿Quieres jugar, Sam?" me pregunta de nuevo y antes de que responda usando mi voz, el cuarto empieza a oscurecerse rápidamente. 

La intensa luz que había fuera y dentro de la casa desaparece y ya no puedo ver ni los muebles, ni nada. 

Tengo miedo (¡No me gusta la oscuridad!)

Todo se desvanece, como un cuadro cuando le echas agua.
A la sonrisa brillante de la niña también le pasa lo mismo y se vuelve triste, con llantos retumbando de fondo. 

Creepypastas: Historias PasadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora