Chapter Seven; "Problems for the squad and good old friends"
Las puertas del gimnasio se abrieron para revelar a una menuda pelirroja con cara de pocos amigos — El director Morgan los espera en su oficina — dijo mientras golpeaba impacientemente su pie de arriba a abajo — Ahora mismo. También al chico —
— ¿Why? — el ojo derecho de Jordan Blake comenzaba a parpadear repetitivamente. Su mente ya maquinando el motivo y quién podría estar detrás de esto.
— ¿Piensas que soy su maldita vocera? Yo que mierda sé — gruñó la pelirroja, su ceño aumentando.
Genial, una más de las perras amargadas que parecían odiarla a ella y a sus amigas. Realmente, todo sería más sencillo si las demás estudiantes aceptaran que se encontraban en otro nivel y dejaran de gastar sus energías negativas en envidiarlas. Era un gran consejo.
— Jodidamente eso eres, insulsa. Ahora fuera de mi vista — ladró la rubia. Todo el tiempo lidiando con la misma mierda, pensó, malditas pelirrojas estupidas.
Luego de un bufido la mencionada sin nombre, salió pisoteando por las grandes puertas. Seguido de un gran grupo enfurecido.
Los tacones repiqueteaban por los impolutos pasillos de Sputhpoint, mientras Jordan Blake y sus amigas parecían estar cada vez más furiosas. Oh, realmente deberían de haber visto sus rostros al encontrarse al dúo de perdedoras a un lado del director Morgan. En. Verdad. Querían. Matarlas.
Jhonhson y su amiga se encontraban en una esquina de la pequeña habitación, y, como siempre cuando había problemas, Justin estaba frente a ellas. De frente al director Morgan, Jordan, Kendall y el equipo detrás.
— Las señoritas Scarlett jhonhson y Miranda... — el cansado adulto miró a la golfa en busca de ayuda, interrumpiendola — Como sea — prosiguió después de un ademán — Me han informado sobre el incidente y los disturbios causados en el gimnasio — Aún detrás de su escritorio y con las palmas juntas como si estuviera rezando. Quienes realmente deberían estar rezando eran las dos insulsas con miradas de suficiencia en el extremo de la habitación — Deben entender que sus compañeras sólo lo han hecho por su bien y seguridad — miró severamente a todos, excepto a las mencionadas.
— Maldita idiota — murmuró Megan, entre dientes. Lo suficientemente bajo para solo ser oída por su equipo. Dios sabía que todas estaban de acuerdo. Si es que Dios se involucraba en dramas adolecentes. O si a apoyaba los insultos en situaciones realmentes necesarias y había ignorado todos los años de sexo antes del matrimonio como para estar de su lado.
— He decidido que, usted, Señorita Blake, deberá limpiar el laboratorio de biología mañana a la salida de clases — habló el gordo director — Usted, señor Bieber, recibirá el mismo castigo que la Señorita Blake. Así que espero que hagan un buen equipo, porque pasarán la tarde juntos limpiando. Y usted Señor... —
— Kendall Hamilton — respondió rápidamente Ken, al darse cuenta que el hombre lo miraba.
— Señor Hamilton, no quiero verlo aquí otra vez. El resto de ustedes, tomen esto como una seria advertencia. Ahora malditamente tengo que volver a convencer a todos los padres presentes para volver a invertir en el fondo de deportes. Muchas gracias. That's all. Salgan de mi vista. — solucionó.
— That's not fucking fair! Estas insulsas llevaron a Bieber a una práctica c-e-r-r-a-d-a. ¡Creo que no debo de recalcar los incidentes generados por el público masculino en los últimos meses! — Exclamó de pronto Jordan, quien había estado apretando su mandíbula y escuchando su estúpido castigo.
— ¡Respete a sus compañeras, Señorita Blake! Este año no habrá nuevos participantes para el equipo de animadoras, todo gracias a estos acontecimientos. — levantó la voz el director Morgan, levantándose de su silla. — Ahora salgan todos de aquí si no quieren recibir un castigo — los echó.
Mientras tanto, Justin salía a zancadas del aburrido despacho. ¿Cómo Scarlett había sido tan estúpida?. Morgan no iba a solucionar nada. Lo único que haría sería llamar al imbecil de su padrastro y exigir más mierda para los fondos escolares. Y, maldita sea, el no necesitaba a ese idiota diciéndole a su madre lo mal que había criado a su hijo.
El odioso director Morgan lo odiaba. Sabía que nada bueno podría salir después de haber sido llamado por la enojada pelirroja de culo enorme. Estúpida Scarlett.
Una vez llegado al estacionamiento, se apoyó sobre su moto –resultado de días de trabajo legal en el taller y de otro no tan legal con sus chicos– y prendió un cigarrillo. A la espera de consumirlo, escuchó una voz en la entrada. El conocía bien ese tono de amenaza.
— Escucha con atención mosca: no te acerques a mi, no te acerques a mi equipo. Jamás podrás ser parte de esto, cariño. Las chicas como tu, jamás podrán igualarnos. — la voz de la rubia cada vez subía más. — Ah, ¿Y Scar?, voy a hacer de tu año una real mierda si sigues metiéndote en mi camino. —
A la mierda Scarlett. A la mierda. Ella había provocado a la perra de Jordan yendo a Morgan, ahora que afronte las consecuencias. ¿En qué mierda pensada? Al carajo, se iba. Salió del estacionamiento aumentando cada vez más la velocidad. Esta vez no iba a consolar a la morena.
Luego de unos pares de amenazas, Jordan Blake se dirigió con una brillante sonrisa al estacionamiento de Southpoint. Nada como atemorizar idiotas para alegrar su día. Y, al parecer, su pequeña charla había tenido espectadores.
Al voltear, ahí lo vio; chaqueta de cuero negra perfectamente entallada en grandes hombros, con sus infaltables anteojos de sol y un aro en forma de cruz brillando en su oreja izquierda, junto a una sonrisa que realmente bajaba ropa interior — Así que, veo que las cosas están agitadas, ¿no es así, J?— dijo Grayson James.
— ¡Mira quién decidió aparecer! Sabía que no ibas a durar mucho tiempo sin extrañamente, G. Tierno, realmente tierno. — bromeó, mientras caminaba hacia el morocho haciéndolo reír.
— Como sea, hoy estaremos en el taller, ¿vienes? — preguntó.
— Sabes que si Justin está ahí va a haber problemas, no es una sorpresa que no podemos estar en la misma habitación sin querer matarnos — dijo segura. No quería traerle problemas a los chicos, ellos siempre la habían respetado y tratado bien. Se conocían hace años de las carreras y luego cuando había sido la chica de Justin.
— Vamos, me sorprendes. No te entregaría a la boca del lobo, J. Solo somos los chicos y yo esta noche. Cam volvió de Los Angeles y quiere verte — continuó, mientras posaba su brazo sobre sus hombros — De todas formas, sabes que si Justin aparece, voy a sacarte de ahí —
Mierda, ella realmente extrañaba a Cameron. Y realmente quería ver al resto. Confiaba en Grayson, ¿nada pasaría, no?
— Fine, see u tonight G — guiñó un ojo mientras se marchaba a su Jeep.
Kendall la mataría, pero cancelar los planes de un día de Spa, valía la pena por ver a viejos amigos.