Chapter Three.

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Chapter three; "Ken bae".

La tarde había pasado lentamente para Jordan; su ojo no dejaba de titilar y su cabello de pronto se veía más rizado de lo normal

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La tarde había pasado lentamente para Jordan; su ojo no dejaba de titilar y su cabello de pronto se veía más rizado de lo normal. Se sentía hinchada y molesta, más aún después de ver las estupidas stories de Justin. Por supuesto, en todas ellas estaba la insulsa Scarlett Johnson. 

Se sentía como si alguien hubiera incendiado todas las tiendas de Prada. Como si Gucci hubiera quebrado, como si VS hubiera contratado a Kylie Jenner. Como si fuera una sucia perra aburrida en quiebra.

Ni siquiera probarse miles de outfits en la cara de la estupida de Shannon— a quien Megan decidió traer— y ver sus chuecos ojos empañados por la envidia, había mejorado su humor. Kendall era su última esperanza. O ciertamente, el enojo la iba a hacer tirar su armario por la ventana y, no sabia por qué, pero de pronto su mente se veía invadida con ideas homicidas hacia el estupido gato de Clarisse — la más nueva y tercer esposa de su padre— que no dejaba de maullar como si de por sí ya lo estuvieran degollando en su puerta.

No sabía por qué, pero las mimosas no habían tenido el habitual efecto en ella y al pasar las horas solo estaba más enojada. Así que justo cuando se decidía a hacer lo que cualquier persona estresada haría, y con eso se refería a traer el tequila, el timbre de la gran casa sonó. 

Dios, era hora. Ashley ya estaba al borde de patearla y tener una crisis por el estado en el que ella estaba, Megan intentaba tranquilizarla claramente en vano y Shannon no dejaba de subir stories en su espejo solo para que vieran donde y con quienes se encontraba, la maldita perra.

Casi tirándose de cara por las de pronto larguísimas escaleras, y derramando tequila en su vestido, corrió a la puerta antes de que Mirtha llegara.

—Vete, criada, desaparece— largó hacia la empleada — La edad solo te está haciendo un estorbo, deberías haber estado en la puerta antes de que siquiera tocaran— lanzando una mirada de asco u odio, haciendo que desaparezca más rápido de lo que alguien podría imaginarse para una mujer de 80 años. O con la rapidez con la que tendría que hacer su maldito trabajo.

Abriendo la pesada puerta, pudo ver a un sonriente Kendall, ni siquiera se notaba que horas antes su caprichosa hermanastra había interrumpido una tarde en la habitación de su nuevo novio universitario. 

— Ay Barbie J, más te vale que el tequila ya esté servido — suspiró el rubio — Por cierto, ¿Es posible tomar tanto alcohol sin que esos lindos labios falsos exploten? — soltó burlón.

Rodando los ojos y tirándose encima de Kendall, habló — Cosas peores pasaron por estos labios, imbecil. Como si no hubieras querido experimentar con ellos, mariquita—.

— Jesús, fue una vez, Jordy— dijo quejoso— Estaba borracho, Cristiano me había dejado y pensé que lo mejor sería dedicarme a las mujeres, resultó que solo tenía una rubia niña gorda para experimentar escaleras arriba— recordó esa noche hace años.

Antes que pudiera berrinchear, Kendall la hizo a un lado y entró a la casa, guiándose directo a su habitación, seguido de una resoplona Jordan.

Saludando a todas, incluso a una deslumbrada Shannon, Ken se tiró sobre su lujosa cama tamaño King.

— ¡Quitate los zapatos, son malditas sábanas importadas! — chilló J — ¡Y ni lo intentes, Shannon, no miraría en tu dirección a menos que te crezca un pene! — dijo para recibir una mirada enojada de la mencionada. Claramente, la muy boba no conocía a su hermanastro y sus preferencias por los pepinos y la invasión anal.

Haciendo caso a su hermanastra, luego de un muy necesitado suspiro y el recordatorio de que que pesar de todo la amaba más que a nadie, K habló — Es hora de que cuentes todo, Jordy. Tanto misterio va a hacer que tenga arrugas —.

Viéndose de golpe aún más estresada al tener que rememorar por vez número un millón los sucesos que encaminaron su humillación más grande, Jordan le contó todo a su hermanastro. Mientras, la estupida Shannon escuchaba atenta para no perderse nada y poder chismorrotear después.

Cuando terminó, muchos insultos después, Kendall tenía los ojos entre cerrados y Jordan ya podía ver como pensaba su próxima maldad. Se sintió mucho mejor solo después de un shot de tequila y de escuchar a K decir: — Vamos a hacer que la noche de ambos sea peor que comprar en Target toda la vida —.

Maldita sea, por algo amaba tanto a su hermanastro.

Fucking Barbie; jb. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora